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Periodismo urbano y de ficción
Pilar Urbano, la veterana columnista que unió en estrecha amistad a Miterrand y Benegas y que vio etarras armados donde debía haber «borrokas» por las calles de Vitoria
J. p.
Corrían los años ochenta, y Pilar Urbano destacaba ya como columnista en ABC. Su columna «Hilo directo» tenía muchos seguidores. Uno de ellos era Txiki Benegas, entonces dirigente incuestionable de los socialistas vascos y llamado a suceder a Felipe González al frente del PSOE, ... aunque después su meteórica carrera política, por diversas vicisitudes, quedó ralentizada.
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En una comida con periodistas, a cuenta de la campaña electoral para las autonómicas vascas de 1984, Benegas no cabía en sí, de orgullo y satisfacción. «El otro día escribía Pilar Urbano que soy poco menos que un estadista, y que tengo hilo directo, casi a diario, con Francoise Mitterand», entonces presidente de la República francesa. «¡Claro!, el primer sorprendido soy yo . No he hablado nunca con el presidente francés, ni a través de intermediarios, ni creo que lo haga. Pero, ¿cómo voy a desmentir una afirmación que me deja en tan buen lugar?». Y, que se sepa, no lo desmintió nunca. Así que los lectores de «Hilo directo» se quedaron convencidos de la fluida comunicación entre el mandatario galo y el dirigente de los socialistas vascos. Por entonces, Francia comenzó a conceder las primeras extradiciones de etarras a España, un hecho entonces sin precedentes en la inexistente colaboración antiterrorista. Así que más de uno atribuyó este gesto de amistad al «hilo directo» entre Miterrand y Txiki Benegas.
Etarras, en marcha por Vitoria
Unos meses antes, en una visita ficción al País Vasco, Pilar Urbano narró en una de sus crónicas el desarrollo de unos presuntos altercados provocados por jóvenes aspirantes a entrar en la «kale borroka». El supuesto escenario lo ubicaba la periodista en el centro de Vitoria. Relató la presencia de etarras, pistola en mano.. Los periodistas que ejercen en la capital alavesa, tras indagar si la cronista foránea les había pisado la noticia del año, verificaron después, con indiscutible alivio, que de pisar noticias, nada. Ningún profesional de la información, ni parroquiano, vio en los días anteriores etarras pistola al cinto campar a sus anchas por las calles de Vitoria. Por ver, no vieron algarada ni manifestación alguna.
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