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Máximos honores en la despedida de Suárez

El ex presidente del Gobierno será enterrado en la catedral de Ávila, a donde trasladarán también los restos de su esposa, Amparo Illana

Máximos honores en la despedida de Suárez abc

almudena martínez-fornés

Adolfo Suárez será despedido con los máximos honores y para ello el Gobierno pondrá en marcha, por segunda vez en la democracia, el ceremonial fúnebre del Estado previsto para los expresidentes del Ejecutivo. Todo se está preparando teniendo en cuenta la voluntad de la familia.

Suárez siempre mantuvo unas profundas convicciones religiosas, por lo que su despedida seguirá el rito católico. Sus restos mortales descansarán en el claustro de la catedral de Ávila, a donde serán trasladados también los de su esposa, Amparo Illana, fallecida en 2001 y que recibieron sepultura, de forma provisional, en la iglesia de Mosén Rubí, también en Ávila.

La organización de los actos corresponde a Presidencia del Gobierno, según el Real Decreto 684/2010, que establece los honores militares y los honores fúnebres militares que se deben rendir a las personalidades. En principio, se seguirá el mismo protocolo que se puso en marcha tras el fallecimiento de Leopoldo Calvo-Sotelo, que fue el segundo presidente de Gobierno de la Democracia (desde febrero de 1981 a diciembre de 1982) y el primero que falleció. En aquella ocasión, se decretaron tres días de luto oficial.

La capilla ardiente se instalará en el salón de los Pasos Perdidos del Congreso, donde permanecerán el tiempo necesario para que las autoridades del Estado y los ciudadanos que lo deseen puedan acudir. A su llegada a la carrera de San Jerónimo, los restos mortales del expresidente, cubiertos con la bandera de España, recibirán honores militares fúnebres y accederán al Congreso por la puerta de los Leones, que sólo se abre en ocasiones solemnes.

El féretro será recibido por las altas autoridades del Estado y una vez instalada la capilla ardiente deberá estar acompañado todo el tiempo por soldados de los tres Ejércitos y agentes de la Guardia Civil. El velatorio primero estará abierto a las autoridades y luego al público.

Cuando falleció Calvo-Sotelo, los Reyes y los Príncipes de Asturias acudieron a la capilla ardiente para despedirse del expresidente, imponerle el collar de la Real Orden de Carlos III a título póstumo y trasladar las condolencias a la familia. El Congreso también habilitó un libro de condolencias. Tras el cierre de la capilla el féretro saldrá del Congreso con honores militares y el Himno Nacional.

El ataud con los restos mortales del duque de Suárez se instalará sobre un armón que deberá encabezar el cortejo fúnebre seguido por familia y autoridades, y cuyo recorrido deberá definirse. Lo más probable es que el traslado de Suárez a Ávila se realice por carretera, dada la proximidad, aunque en el caso de Calvo-Sotelo, que fue enterrado en Ribadeo (Lugo), se hizo en un avión oficial. En Ávila continuarán los honores y las despedidas a uno de los hombres más queridos de esa tierra.

En los próximos días se oficiará un funeral de Estado, previsiblemente en la catedral de La Almudena, con la presencia de la Familia Real, las altas autoridades del Estado, la familia Suárez y los representantes de los distintos sectores de la sociedad.

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