Las últimas averías de los aviones oficiales

22 de marzo de 2014: Viaje de regreso de la Reina de Guatemala

El avión oficial en el que la Reina regresaba anoche a Madrid procedente de Guatemala sufrió una avería tras realizar una escala técnica programada en el aeropuerto de Las Américas de Santo Domingo (República Dominicana). Cuando el Airbus A-310 de la Fuerza Aérea Española se disponía a despegar pasadas las 20.30 horas (01.30 horas de la madrugada en España), el piloto tuvo que abortar el despegue. Esta es la cuarta avería que sufre un avión de las Fuerzas Aéreas Españolas en los últimos cuatro meses.

En un primer momento, el comandante anunció que se había registrado «una falsa indicación en un motor» (una luz naranja en el cuadro de mandos), por lo que había sido abortado el despegue, pero que se procedería a despegar de nuevo, ya que no había ningún problema.

Sin embargo, tras un segundo intento, el comandante anunció que sí que había un «problema en el motor de indicación de reversa» y que «esperamos tenerlo solucionado en menos de dos horas».

Según explicó el piloto, el sistema de reversa ayuda al aterrizaje y minimiza la pista que se necesita para aterrizar y, aseguró que se trata de una avería menor y bastante frecuente.

El Ejército del Aire dispone de cinco aviones Falcon, de fabricación francesa, Dassault, para trayectos cortos, así como de dos Airbus a-310 para larga distancia y con mayor capacidad.

Este Airbus fue comprado junto con su gemelo en diciembre de 2000con el fin de que sustituyeran a los dos viejos Boeing 707 destinados en ese momento al uso de autoridades y que acumulaban un largo historial de averías y fallos técnicos. Los nuevos aviones, que fueron comprados de segunda mano a Air France, costaron 172 millones de euros, que se pagaron en seis anualidades hasta 2005. Las dos aeronaves fueron acondicionadas en la fábrica de Airbus de Toulouse para su nuevo uso y se estrenaron en septiembre de 2003. Aunque su primer vuelo lo realizó en 1982, cuando se compraron y remotorizaron se estimó que su vida operativa sería de 25 años.

8 de marzo de 2014: Mariano Rajoy vuelve de Dublín

Las averías han afectado a distintos aviones de la Fuerza Aérea Española y la avería que presentó el avión de la Reina este 22 de marzo es igual que la que sufrió el Falcón que trasladó a Mariano Rajoy procedente de Dublín el pasado 8 de marzo, que le obligó a retrasar varias horas su llegada a España hasta que el Ministerio de Defensa envió otro avión para recoger al presidente del Gobierno en Dublín.

Según Defensa, el Falcon 900 tuvo que regresar al aeropuerto de la capital irlandesa «tras detectarse una luz de aviso de fallo mecánico». «Tras producirse el despegue, a unos 300 pies del suelo, se iluminaron en cabina las luces de aviso de fallo Rev Unlock y Transit que indicaban que la reversa del motor nº2 no estaba blocada y segura en la posición de plegada [...] La tripulación aplicó el correspondiente procedimiento de actuación para estos casos, pese a ser un fallo menor. Una vez efectuadas las acciones no desapareció el aviso de fallo por lo que la tripulación, siguiendo los pasos establecidos en el procedimiento para esta contingencia, solicitó instrucciones al control para regresar y aterrizar».

En ningún momento fue necesario declarar emergencia en vuelo y se realizó un aterrizaje normal, según las mismas fuentes. Se informó al Centro de Operaciones del 45 Grupo del Ejército del Aire de la incidencia del fallo mecánico del avión y, se ordenó de inmediato el despegue de otro avión.

Finalmente Rajoy volvió en el avión que se encendió el piloto, una vez comprobado que no sufría ninguna avería. Mientras que el resto de la delegación lo hizo en el segundo avión enviado.

27 de enero de 2014: Viaje del Príncipe de Asturias a Tegucigalpa

El pasado 27 de enero el Príncipe de Asturias llegó a Honduras con nueve horas de retraso después de que el Airbus de la Fuerza Aérea Española en el que viajaba a Tegucigalpapara asistir a la toma de posesión del nuevo presidente, Juan Orlando, sufriera una avería que le obligó a aterrizar en Santo Domingo, donde Don Felipe y el resto de la delegación española permanecieron durante cerca de siete horas, a la espera de proseguir el viaje.

El avión, que tiene 31 años de antigüedad, partió de Madrid y, tras un vuelo sin problemas y dentro del horario previsto, realizó una escala técnica en Santo Domingo, que estaba programada con antelación. Poco después de que el Airbus despegara de la capital dominicana con destino a Tegucigalpa, el piloto detectó la avería y decidió regresar a Santo Domingo, en lugar de continuar el viaje.

Según informaron fuentes de Defensa, tras despegar de Santo Domingo se encendió el piloto del aceite de uno de los motores, al parecer por un problema del filtro del aceite, y el comandante del avión decidió por precaución regresar al aeropuerto. En la aeronave viajaban también mecánicos, que son los que revisaron el Airbus y repararon la avería.

Este Airbus fue comprado junto con su gemelo en diciembre de 2000 con el fin de que sustituyeran a los dos viejos Boeing 707 destinados en ese momento al uso de autoridades y que acumulaban un largo historial de averías y fallos técnicos. Los nuevos aviones, que fueron comprados de segunda mano a Air France, costaron 172 millones de euros, que se pagaron en seis anualidades hasta 2005. Las dos aeronaves fueron acondicionadas en la fábrica de Airbus de Toulouse para su nuevo uso y se estrenaron en septiembre de 2003. Aunque su primer vuelo lo realizó en 1982, cuando se compraron y remotorizaron se estimó que su vida operativa sería de 25 años.

25 de noviembre de 2013: El Príncipe de Asturias cancela su viaje a Brasil

El avión Airbus 310-300 en el que el Príncipe de Asturias tenía previsto haber viajado el 25 de noviembre de 2013 con destino a Brasil sufrió una avería que le impidió despegar. Don Felipe pasó toda la noche a la espera de que los mecánicos repararan la avería, pero pasadas las ocho de la mañana vieron que no se podía reparar y se suspendió el viaje.

Una hora después de que embarcaran Don Felipe y el resto de la delegación y, cuando la tripulación ya había anunciado las recomendaciones de seguridad, el avión seguía en la base, sin empezar a rodar. Poco después de las dos de la madrugada, la tripulación pidió a Don Felipe y al resto de pasajeros que abandonaran el avión con el fin de poder revisar una pieza. En ese momento, todo parecía indicar que se trataba de una revisión rápida, puesto que se recomendó que los equipajes de mano se quedaran en la cabina.

Pasadas las cuatro y media de la mañana los mecánicos detectaron la pieza defectuosa del avión, que afectaba al funcionamiento del sistema flap (los alerones que se despliegan en el despegue y aterrizaje, así como durante el vuelo). En concreto, se trataba de un sensor que provocaba un cortocircuito en uno de los flaps del ala izquierda. En ese momento, los técnicos decidieron sustituir la pieza averiada por la del otro avión gemelo que tiene la Fuerza Aérea Española, que se encontraba aparcado en la base aérea de Getafe en una «revisión programada». Los mecánicos estimaron que el proceso llevaría unas dos horas, pero se prolongó bastante más tiempo.

A muy bajas temperaturas, de alrededor de cero grados centígrados, y alumbrados por linternas, los mecánicos estuvieron durante toda la noche tratando de reparar la avería en el ala izquierda del avión, mientras la delegación aguardaba en tierra, en el pabellón de autoridades de la base aérea, a la espera de novedad.

Dado que el viaje del Príncipe a Brasil sólo iba a durar dos días y la avería en el avión provocó una demora de muchas horas, finalmente se suspendió la visita.