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caso nóos

El día que Castro se quedó sin argumentos

«Nunca ha habido un cambio de criterio con las facturas», reiteraron los inspectores de Hacienda ante el juez

El día que Castro se quedó sin argumentos joan lladó

pablo muñoz / josep maría aguiló

Las actas de las declaraciones de los inspectores de la Agencia Tributaria el pasado 25 de enero son la mejor prueba de cómo ese día el juez Castro se quedó sin argumentos para imputar a la Infanta Cristina, tal como ha venido informando ABC. Algunos de los diálogos demuestran que sus argumentaciones técnicas no tuvieron fisuras y cómo algunas tesis mantenidas hasta ahora por algunas acusaciones rozan el disparate.

El fiscal Pedro Horrach le pregunta a la técnico que hizo la inspección tributaria:

-Fiscal: No es posible, porque así lo marca la ley, que se atribuya por impuesto de sociedades los ingresos procedentes de ser un miembro de un consejo de administración. ¿Es así?

-Inspectora: Sí.

-Fiscal: Supongamos que no es así. Acto seguido, ¿qué habría que hacer?

-Inspectora: Reconocerle el sueldo a la persona física por cuanto se entiende que en una sociedad el dinero no llueve del cielo; es decir que algún trabajador ha de tener, en este caso si es el profesional pues se ha de poner un sueldo, que una vez deducidos los gastos, será casi la diferencia entre el ingreso y el poco gasto que pueda tener.

-Fiscal: Es decir, llegaríamos a cuota cero. Entonces, si hay un informe que dice que primero hay que tributar vía Aizoon, este informe pericial, ¿pensaría que está hecho por la defensa de la Infanta o la acusación popular?

-Inspectora: Hombre, yo pensaría que está hecho por la defensa.

Enfrentamiento

Las actas están llenas de diálogos de este tipo y también reflejan el enfrentamiento entre el juez y el fiscal, con frases de Castro como ésta: «No interprete usted a Su Señoría, usted haga las preguntas que tenga a bien pero sin interpretarme».

Algo parecido sucede con las tres facturas por valor de 69.990 euros a las que se agarró el juez y la acusación popular para sostener que había delito fiscal en Aizoon. Lo primero que dejaron claro los peritos es que esa sociedad no existe, pues es solo un ropaje jurídico; lo segundo, que todas las facturas cruzadas entre las sociedades de la galaxia Nóos son similares y responden a un reparto de beneficios entre Torres y Urdangarín; tercero que nunca han cambiado su criterio sobre ellas y cuarto, que son inocuas a los efectos de perseguir el delito fiscal.

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