«Saint Valentine’s day» en Rota

Por cifras como esa, la localidad roteña asiste expectante a la llegada del primero de los cuatro buques de guerra de la US Navy que desplegarán en el Mediterráneo el conocido como «escudo antimisiles» de la OTAN. En dos años, 1.200 marinos y unos 4.800 familiares se instalarán principalmente en Rota, El Puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda o Chipiona.

María José Resinas Verano -Marijó para los yanquis- es la particular cicerone del personal de la US Navy en Rota, localidad de 29.000 habitantes. Empleada durante 14 años en la base, conoce como nadie los gustos, curiosidades y demandas de los estadounidenses. Su labor la realiza ahora desde la «Oficina de Cooperación Rota-Base Naval», inaugurada en septiembre para atender las peticiones de los marinos por venir.

«Lo primero que demandan es seguridad» , explica Marijó. Efectivamente, la principal de las doce razones que esgrime el Ayuntamiento roteño en su folleto de bienvenida es que esta localidad «tiene el menor porcentaje de delincuencia en el sur de España». Marijó reflexiona sobre la importancia de la base para esta localidad que, cada vez con menos frecuencia, sufre las manifestaciones ideologizadas con la vieja cantinela del «OTAN no, bases fuera». «Los que se manifiestan no son de aquí. Si no existiera la base estadounidense, algo habría que inventar. Aquí vivimos de esto, rara es la familia que no tiene a alguien trabajando allí... y del turismo de suecos y finlandeses», puntualiza.

Con una oferta de 400 viviendas, Rota aspira a absorber a unos marinos estadounidenses que se dividen en tres tipologías: los «novatos» ávidos de nuevas experiencias en Europa, los que tienen ya un bagaje en misiones en el exterior y buscan la inmersión con la cultura española y los que apenas tienen contacto con la población, los negocios locales y el día a día de Rota.

La alcaldesa de Rota, Eva Corrales (PP), confía en que la llegada de los buques de la US Navy sea «un revulsivo económico» . La llegada de los cuatro destructores ya ha supuesto inversiones en la propia base para acondicionar los muelles, así como la adjudicación a los astilleros de Navantia de la Bahía de Cádiz un contrato de mantenimiento y reparación de los buques por 187 millones para los próximos siete años.

El embajador estadounidense, James Costos, y el secretario de la Armada estadounidense, Ray Mabus -que fue recibido ayer por el Príncipe de Asturias en Zarzuela- presidirán hoy la ceremonia de bienvenida al destructor estadounidense. Del OTAN no, bases fuera ya no queda ni el ruido .