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Una sala de 70 metros para un capítulo sin precedentes en la historia de España

Recorrido por la sala de vistas de los juzgados de Palma en la que Doña Cristina prestará declaración mañana como imputada

Una sala de 70 metros para un capítulo sin precedentes en la historia de España joan lladó

PABLO MUÑOZ / JOSEP MARÍA AGUILÓ

Ala derecha de la segunda planta de los juzgados centrales de Palma, sala de vistas «F», a la izquierda del pasillo... Ese será mañana uno de los focos de la atención pública no solo española, sino internacional, a juzgar por el enorme despliegue mediático ... que se vive ya en la capital balear. Allí, desde las diez de la mañana, Doña Cristina responderá a las preguntas del juez José Castro, del fiscal Anticorrupción Pedro Horrach, de su defensa y, si así lo desea, a las del resto de las partes personadas. De esa declaración dependerá el futuro de su imputación por delito fiscal y blanqueo de dinero .

La sala de vistas «F» es rectangular, ocupa unos 70 metros cuadrados y está presidida por un retrato, no muy grande, del Rey. Debajo de él se sentará el magistrado, en una silla de respaldo alto de madera labrada, justo en el centro de una mesa vetusta del mismo material flanqueadas por las banderas de España y Baleares. A su derecha e izquierda están los estrados de la Fiscalía y las acusaciones, y de la defensa, respectivamente. Frente al juez, en un pequeño pupitre con micrófono, se sentará Doña Cristina, a apenas tres metros de éste. Mientras dure la declaración no podrá evitar mirar, siquiera de soslayo, la imagen de su padre. Y en las paredes verá también colgados retratos de ministros de Justicia.

El resto de la sala, un tanto fría y algo desgarbada, está ocupado por dos filas de bancos, una de seis unidades -la más cercana a la puerta-, y la otra de ocho. Allí buscarán acomodo el resto de los abogados personados en la causa que quieran acudir a la cita.

La declaración se grabará, pero sólo en audio a petición de la defensa de Doña Cristina, que prefiere evitar cualquier riesgo de que se produzca una filtración de la imagen de su cliente mientras es interrogada. Su marido, Iñaki Urdangarín , no puso en cambio objeción alguna y lo cierto es que las medidas de seguridad tomadas por Castro para evitar su difusión se han demostrado absolutamente eficaces.

Pero el instructor, consciente de la especial trascendencia de la declaración, ha tomado otras medidas para evitar sorpresas. Los abogados tendrán que dejar en la puerta de los juzgados teléfonos móviles, tabletas y cualquier otro dispositivo electrónico que permita grabar. No puede haber filtraciones y para ello lo mejor es tomar medidas.

La duración de la declaración es otra de las incógnitas. Lo normal, según distintas fuentes, es que acabe a la hora de comer, en torno a las dos y media o tres de la tarde. Pero con el juez Castro estas predicciones suelen fallar, tal como se ha acreditado muchas veces a lo largo de la instrucción.

En cualquier caso, se alargue o no, lo que sí es seguro es que esos 70 metros cuadrados de la segunda planta de los juzgados centrales de Palma serán centro de atención mundial durante esas horas. Dentro, un juez de instrucción, un fiscal Anticorrupción y una infanta de España como actores principales, en una sala presidida por una fotografía del Rey, escribirán un capítulo sin precedentes en la historia de nuestro país.

Una sala de 70 metros para un capítulo sin precedentes en la historia de España

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