El triple crimen de Burgos, reabierto nueve años después

La Policía revisará el caso, centrándose ahora en un hombre culpable de asesinato e imputado por otra desaparición

El triple crimen de Burgos, reabierto nueve años después félix ordóñez

cruz morcillo

Un jurado declaró el miércoles culpable por unanimidad a Ángel Ruiz Pérez, juzgado por el asesinato de Rosalía Martínez el 25 de agosto de 2011 en el pueblo burgalés de La Parte de Bureba. El acusado atropelló con un Peugeot (robado un mes antes) a ... la anciana de 85 años y ocultó el vehículo en un garaje que no se utilizaba de otro vecino y que fue quien lo encontró allí un año después.

El individuo, según sostienen el fiscal y la acusación, estaba enfrentado con la familia de la víctima. Su ADN fue recogido en el turismo, que presentaba daños en un foco coincidentes con los encontrados en el lugar del atropello. Pero los parientes de la anciana no eran los únicos enemigos de Ángel, obsesionado con medio pueblo por motivos tan dispares como una linde o la colocación de una alcantarilla.

Su enfrentamiento con el alcalde Salvador Barrio era conocido por todos. Había discutido con él a cuenta de una linde de tierras y Salvador le había recriminado que se metiera en las propiedades de otros agricultores o causara destrozos. El 7 de junio de 2004 Salvador, su esposa Julia Dos Ramos y su hijo pequeño de 11 años fueron asesinados con saña en su piso de la capital burgalesa. Les asestaron casi un centenar de puñaladas.

Poco después sobre su tumba alguien escribió pintadas insultantes como «cerdo, cabrón, hijo de puta». En marzo de 2005 fue detenido Ángel Ruiz como autor de esas pintadas, tras un exhaustivo informe grafoscópico. La Policía, encargada de la investigación del triple crimen, registró su casa y le tomó declaración con los escasos indicios recabados hasta entonces.

Detenido y exculpado el hijo

A los tres días quedó en libertad. Tenía coartada y, en teoría, ni siquiera conocía el domicilio de los Barrio en Burgos donde el asesino no forzóla puerta y solo dejó una huella de zapatilla del 44, un número que tampoco se correspondía con el del arrestado. Fue condenado por las pintadas en el mausoleo, pero no se pudo avanzar más.

En junio de 2007 los agentes detuvieron al hijo mayor del matrimonio Barrio, interno en Aranda de Duero en la fecha del crimen, por el triple asesinato, si bien los indicios aportados no convencieron a la Fiscalía de Menores que decretó su libertad a las 72 horas. La causa contra él fue archivada, aunque parte de su familia sigue acusándolo.

Desde entonces no ha habido avances en la investigación, pero la Policía tiene intención de reabrir el caso orientando las pesquisas hacia la persona que ya estuvo bajo sospecha: Ángel Ruiz, cuya sentencia condenatoria por el atropello de la anciana se conocerá en los próximos días, tras el veredicto de culpabilidad.

Usó el coche de la víctima

No es la única acusación que pesa contra él. Un juzgado de Briviesca lo imputó en marzo del año pasado por la desaparición de Sharil A.S., un joven búlgaro desaparecido el 17 de enero de 2013 en esa localidad. Su novia denunció ante la Guardia Civil los hechos y la búsqueda se intensificó tras aparecer semanas después el coche del joven, quemado en un monte del Valle de Tobalina. Las investigaciones destaparon que Ángel Ruiz lo había utilizado días antes.

Los padres del desaparecido señalaron desde el principio a este hombre. Contaron a los agentes que habló por teléfono con él el mismo día en que se perdió su rastro; varios compatriotas declararon que Ruiz buscaba un sicario y un pasaporte falso, dado que ya estaba acusado por el homicidio de su vecina e incluso salió a relucir una supuesta deuda de 10.000 euros.

La Guardia Civil ha rastreado varias zonas próximas, frecuentadas por el imputado, pero un año después no han hallado ni rastro del búlgaro. Ruiz, que niega los hechos, había quebrantado además una orden de alejamiento en La Parte de Bureba.

Durante el juicio por el asesinato de Rosalía han salido a relucir algunas claves de su personalidad, esa en la que la Policía tiene previsto rebuscar de nuevo en busca de una posible relación con el triple crimen de la familia Barrio. Ruiz es una persona «hipersensible a las ofensas, vengativo y carente de cualquier empatía hacia los demas», según la pericial psicológica exhibida en Sala.

El vecino conflictivo tiene reconocida una incapacidad desde 1990. Sufre trastorno psicótico paranoide, pero según el veredicto «no influyó en las capacidades de querer y conocer cuando produjo la muerte a Rosalía Martínez». Es revelador el alegato del fiscal al instar a los miembros del jurado a considerar culpable a Ruiz para «cortar la escalada de violencia del acusado, castigar sus acciones y proteger a sus futuras víctimas». Esa personalidad podría encerrar claves que se pasaron por alto en su día o establecer nexos con otro caso también sin resolver, según los investigadores.

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