Caso Asunta: tres imputados sin un nexo

El Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil envió al juez un informe en el que certifica que no han hallado pruebas de contaminación en sus análisis y, por tanto, el semen encontrado pertenece a este colombiano. Un preservativo utilizado y entregado por Ramiro J. tras una denuncia por violación a mediados de julio había sido analizado dos semanas antes en el mismo laboratorio .

La complicación es aún mayor dado que los forenses que participaron en el levantamiento del cadáver señalan: «valorado con luz forense se aprecian manchas posiblemente de semen en la región cervical y del hombro izquierdo y en la sisa y región inferior por debajo de la sisa» , y en el acta el secretario judicial deja constancia además de que se aprecian «restos de material biológico bajo el ojo izquierdo y la mejilla». Según los biólogos del Instituto Armado, las muestras mencionadas señalan al colombiano .

Dos unidades a la greña

El juez José Antonio Vázquez Taín , en cambio, considera que se produjo una contaminación en el Laboratorio y la Audiencia de La Coruña avala esta tesis en su último auto en el que denegó la libertad de Basterra.

La Policía Judicial de la Guardia Civil de La Coruña, encargada de la investigación del crimen, ha aportado pruebas de que el colombiano estuvo el 21 de septiembre en Madrid, tras tomarle declaración como imputado y realizar una serie de pesquisas.

Los resultados de esas pesquisas no son «concluyentes» para las defensas de Porto y Basterra, que se aferran a esta vía como la principal arma para exculpar a sus clientes. Hasta que se levantó el secreto de las actuaciones se creía que las cámaras del centro comercial Xanadú (Alcorcón) habían grabado esa tarde a Ramiro y a su novia, que acudieron al mismo para recoger su traje de boda.

No es así; las cintas fueron regrabadas , por tanto, esa imagen no existe. Varios empleados de «El Corte Inglés» de ese centro comercial declararon que la pareja había estado en el establecimiento, pero solo uno recuerda de forma fehaciente a la novia del imputado, según las defensas, que han solicitado que vuelvan a declarar.

Alegan además que estas personas prestaron testimonio cuatro días después de que se levantara el secreto. Finalmente, los posicionamientos de su teléfono y las llamadas recibidas también sitúan a Ramiro J. en Madrid esa tarde-noche, un indicio «insuficiente» para los abogados.

La Guardia Civil , además de estas comprobaciones y de tomar declaración al entorno del sospechoso, rastreó sus cuentas bancarias remontándose hasta enero, según consta en el sumario. No halló ni rastro de pagos o ingresos extraños que pudieran vincularlo con los padres de Asunta .

El jueves, el imputado declaró por videoconferencia desde los juzgados de Navalcarnero, pero esta diligencia no arrojó más luz, más bien lo contrario. De hecho, la acusación ejercida por la asociación Clara Campoamor solicitó personarse también como acusación contra él , una medida que el juez denegó a las defensas.

Es la principal laguna del caso, aunque no la única, hasta el punto de que el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Galicia ha pedido que se aclare cuanto antes. Mientras, hay tres imputados sin ningún nexo entre ellos, salvo un inquietante ADN .