Citan a las víctimas del «loco del chándal» por su inminente salida

A Manuel González González, condenado a 169 años de cárcel , la anulación de la doctrina Parot lo pondrá en la calle de manera inminente. Un equipo multidisciplinar de la cárcel barcelonesa donde ha cumplido condena considera que no está rehabilitado y que hay un «riesgo extremo» de reincidencia.

Ante esta circunstancia, y por el previsible impacto que su puesta en libertad pueda causar a sus víctimas, la Audiencia de Barcelona las convocó ayer con objeto de «ofrecerles información oficial y veraz, asesoramiento, atención y apoyo por parte de los servicios especializados ». En definitiva, arropar en la medida de lo posible a quienes la excarcelación de su antiguo agresor convierte de nuevo en víctimas.

Según informó el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), la Audiencia de Barcelona, junto con la Oficina de Atención a la Víctima del Delito de la consejería de Justicia y los Grupos de Atención a la Víctima de los Mossos d’Esquadra fueron los encargados de atender a las mujeres convocadas , acompañadas de sus abogados.

Según explica el TSJC, la iniciativa de la reunión surge de los magistrados de la Sección Novena de la Audiencia barcelonesa, los mismos que se ven forzados ahora a dictar su liberación, con objeto de «d ar una respuesta lo más amplia posible, no solo desde la vertiente jurídica, sino también social, a las personas perjudicadas por un delito y a su entorno familiar». Este tipo de reuniones están previstas dentro de la futura Ley Orgánica del Estatuto de la Víctima.

«Riesgo extremo»

Las circunstancias que envuelven la excarcelación de «el loco del chándal» son particularmente dolorosas. A Manuel González, condenado en 1997, se le aplicó la doctrina Parot en 2010 para prolongar su estancia en prisión hasta 2019 . Una forma de mantener alejado de la calle a quien un equipo de profesionales de la prisión de Brians II (Barcelona) consideró que tenía un «riesgo extremo de reincidencia».

El informe, elaborado a petición de la misma Sección Novena de la Audiencia de Barcelona, incluye el dictamen del psicólogo de la prisión, que no juzga creíbles las manifestaciones del recluso de que no volverá a delinquir , en tanto que «no ha accedido a participar en ninguno» de los programas de tratamiento para los presos por delitos sexuales. «Distante y desconfiado», y «hasta en algún momento» hostil con el equipo de tratamiento, el informe señala que el recluso tiene, además, un alto sentimiento de «hostilidad y venganza hacia el sistema judicial y penitenciario».

Incapaces de comprender la excarcelación de su agresor, «las víctimas tienen miedo» , reconoce la abogada de una de ellas, María José Varela. No es un miedo infundado. Sin rehabilitar, Manuel González es vecino de L’Hospitalet de Llobregat, la misma ciudad en la que cometió la mayoría de los ataques.