Mas conocía desde el miércoles que Sáenz de Santamaría cerraría el acto con empresarios
La vicepresidenta dice que la sustitución es automática y rebate la excusa de Artur Mas
M. J. CAÑIZARES/ A. I. SÁNCHEZ
Ni fue una decisión de última hora ni era la primera ocasión en que un presidente de la Generalitat cedía el protagonismo protocolario a un miembro del Gobierno español. Artur Mas había planificado su plante a la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría en un ... acto organizado por Fomento del Trabajo al menos desde el miércoles, según han explicado a ABC fuentes empresariales, pues ya entonces se había confirmado el orden de intervención de los representantes institucionales y la número dos del Ejecutivo español aparecía como responsable de cerrar las intervenciones. Ese orden aparecía incluso en la convocatoria enviada a los medios de comunicación el martes. Sin embargo, el presidente autonómico anunció que no acudiría al encuentro apenas dos horas antes de que éste comenzara.
El propio Mas insistió ayer en que supo del cambio «pocas horas antes» del acto , es decir, que Sáenz de Santamaría cerraría los discursos en calidad de presidenta del Gobierno en funciones porque Mariano Rajoy se encuentra en Panamá. «La Generalitat, como máxima institución del país no podía quedar en segundo orden», dijo el dirigente nacionalista, quien decidió no acudir «para no sentar un precedente».
Según el consejero de Presidencia, Francesc Homs, «en 36 años de democracia nunca había ocurrido algo así». Sin embargo, sí existen antecedentes de cesión protocolaria en Cataluña. En un almuerzo celebrado en el Palacio de Pedralbes de Barcelona, el entonces ministro de Defensa, Narcís Serra, tuvo un mayor protagonismo en la ceremonia que el presidente Jordi Pujol, tras la ausencia del presidente Felipe González. Asimismo, el propio Jordi Pujol cedió rango protocolario al ministro Josep Piqué en un acto celebrado en Barcelona, cuando gobernaba José María Aznar.
«Podemos entendernos»
La vicepresidenta del Ejecutivo, fiel a la estrategia de Moncloa de no avivar la tensión con la Generalitat, desmontó la excusa de Artur Mas con tono calmado y mucha mano izquierda recordando que la presidencia en funciones es automática en ciertos supuestos, el desplazamiento del jefe del Gobierno al extranjero entre ellos. «No es necesaria ninguna delegación para ningún acto, está resuelto con carácter general por la ley. No hay órdenes preceptivas», recalcó en La Moncloa.
No obstante, no dudó en echar sal en la herida de los empresarios catalanes recordando que Mas no sólo plantó al Ejecutivo sino a quien convocaba e invitaba . «El acto no era ni de uno ni de otro, todos teníamos algo que decir», señaló. Sobre la declaración de independencia subrayó que es un proceso «que nadie quiere» y pidió prudencia ante procesos que quien abre «ni siquiera sabe cómo cerrar» . Como salida tendió una vez más la mano a la negociación. «Somos capaces de entendernos en un marco de diálogo hacia objetivos comunes, pero respetando las reglas de juego», advirtió.
Mas conocía desde el miércoles que Sáenz de Santamaría cerraría el acto con empresarios
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