CiU pide a Zapatero que se calle

El diputado convergente ha respondido airado a las opiniones vertidas por el expresidente socialista sobre la consulta (la célebre, hipotética e ilegal) en las que afirmaba que «esa reivindicación, tal y como aparece formulada, no es viable, ni política ni jurídicamente. No lo es a la luz de la Constitución de 1978, ni de los tratados europeos». Si bien el antiguo ZP, de natural conciliador con los nacionalistas, añadía a continuación:«Pero ello no supone ignorar o minusvalorar las profundas aspiraciones políticas que tiene buena parte de los ciudadanos de Cataluña».

Ni el visto bueno del expresidente a una reforma de la Norma Fundamental, ni su adhesión a la declaración federalista de Granada del PSOE (con un título, por cierto, muy de su estilo: Un Nuevo Pacto Territorial: La España de Todos) , han contentado a Macías, que se ha preguntado en Twitter «quién ha dado la consigna a tanta gente para que se pronuncie contra el derecho a decidir de Catalunya». Parece referirse a Felipe González , que ha venido a decir que la independencia no puede ser y, además, es «imposible»; a Josep Antoni Duran, compañero de coalición, que ha pedido «alternativas» a la secesión; a los comisarios europeos, que han confirmado el verso de Margallo: «El adéu a España significa el adéu a la Unión Europea».

Qué lejos quedan los tiempos en que Zapatero y Artur Mas se reunían, casi a escondidas, en La Moncloa para negociar el intenso Estatut. Los convergentes ya no agradecen la mano tendida del único presidente del Gobierno español que podría haber dicho: «Aprobaré el Estatuto que salga del Parlamento de Cataluña» . El único que se habría dejado la piel para aprobarlo «como sea» (dejando la tarea de constitucionalizarlo para el Constitucional). Ahora CiU recomienda silencio a Zapatero, que no escriba tribunas en el periódico de su amigo ( léase El Mundo) , que se dedique a supervisar nubes, punto en boca, ¡chitón!