El pederasta Daniel Galván trabajó como traductor de las tropas destacadas en Irak

El Gobierno español tampoco es muy proclive a ofrecer información sobre su vida . Cuando se le pregunta, la respuesta es el silencio. Sin embargo, los rumores sobre una supuesta colaboración de Galván con los militares españoles no dejan de sonar. La única persona que ha hablado públicamente sobre este tema en nombre del Gobierno ha sido el director general de Cooperación Jurídica Internacional, Ángel Llorente . Preguntado directamente por ABC sobre si Galván trabajó para el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) la respuesta fue clara: «No me consta». Más categóricos fueron en el propio CNI negando tal vinculación, aunque dijeron a este periódico que desconocen si desempeñó alguna labor para la inteligencia de Estados Unidos. Dos fuentes distintas, sin embargo, coinciden en señalar que realizó trabajos de traductor para las tropas destacadas en Irak. Una de ellas, incluso, asegura que colaboró como intérprete de tropas españolas y en concreto de la Legión. No obstante, ninguna fuente oficial confirma este extremo. El Ejército español estuvo desplegado en Irak entre agosto de 2003 y abril de 2004.

Todo se consigue con dinero

Daniel Galván es una persona misteriosa, poliédrica, contradictoria. Callado e introvertido, fue incapaz de mantener una relación normal con las mujeres que fueron sus compañeras de trabajo durante seis años en la Universidad de Murcia. Sin embargo, ese mismo hombre tímido con las mujeres se mostraba hábil y cautivador cuando trataba de convencer a padres de familia para que le confiaran a sus hijos menores, de los que luego abusaba sexualmente: lo consiguió más de una decena de veces. El carácter reservado también desaparece cuando el juez marroquí le preguntó por qué lo hizo. Altanero y jactancioso, ese mismo hombre tímido respondió que abusó de 11 niños de entre 2 y 15 años porque « en Marruecos todo se consigue con dinero ». Los escasos detalles que se conocen de la vida de Daniel Galván dibujan un personaje seguro de sí mismo, que sabía lo que quería y cómo conseguirlo y que no perdía el tiempo en asuntos ajenos a sus intereses. Lo primero que hizo tras ser indultado por Mohamed VI fue intentar que también le anularan la multa que debía pagar a sus víctimas. No lo consiguió, porque el indulto no elimina la sanción económica, pero sus planes de vida estaban ya diseñados y en ellos no había sitio para preocuparse por los niños de los que ya había abusado.

Ciudadano español

Nació en Basram-Basora el 1 de julio de 1950. Se licenció en la universidad de su ciudad. Hasta que desertó. Su siguiente destino fijo fue España, donde se casó con una mujer española, lo que le permitió obtener la doble nacionalidad. Algunas fuentes aseguran que aquello fue una tapadera para conseguir el pasaporte español. Otras, no obstante, cuentan que se lo entregaron como contraprestación por sus servicios en Irak. Sea lo que fuere, su matrimonio fue efímero, pero los papeles no: precisamente el pasaporte español ha estado a punto de permitirle disfrutar de su vejez en libertad. Sólo la airada reacción del pueblo marroquí ante el indulto ha impedido que sus crímenes quedaran impunes. Y por muy poco. Ahora se enfrenta a una denuncia en Torrevieja , donde el padre de una niña que hoy tiene catorce años asegura que su hija fue víctima de Galván cuando tenía siete. El padre regentaba un kiosco y a diario necesitaba que alguien se hiciera cargo de la niña durante unas horas. Ese alguien fue Galván. Cuando el pederasta desapareció, la niña se lo contó a su padre. Pero ya era tarde. Una vez más, el pederasta había vuelto a desaparecer.