La última mentira de Carcaño: Marta sigue sin aparecer

El rastreo de ayer miércoles no atendió a niguna orden judicial, sino que se trató de una gestión policial. Comenzaron por la mañana y al mediodía la Policía informó de que había dado por concluidos los trabajos al mediodía, aunque continuaron por la tarde y no se descarta que prosigan hoy.

Estos trabajos se producen un mes y medio después de que Carcaño acusara a su hermano, Francisco Javier Delgado , de acabar con la vida de Marta del Castillo golpeándola con la culata de un revólver cuando la joven medió en una discusión entre ambos. Tras el crimen, ambos habrían enterrado el cuerpo en la finca.

La familia de Marta , que lucha por que se sigan buscando los restos de su hija en esta zona, estuvo ayer presente durante la actuación de los investigadores. Al parecer, la Policía inició hace varios días las gestiones administrativas previas a la búsqueda para comprobar la titularidad de la finca y obtener los permisos requeridos para tal fin.

Precisamente, la semana pasada la Fiscalía se opuso a la reapertura de la causa contra Francisco Javier Delgado al considerar «nula e inexistente» la credibilidad de la acusación. La familia de Marta demandaba reabrir la causa contra Delgado tras la séptima versión de Carcaño.

La Fiscalía apoyaba así la decisión del juez de instrucción 4 de archivar la causa contra Delgado, en unas diligencias que se mantuvieron abiertas escasas semanas mientras el magistrado tomaba declaración a ambos hermanos en mayo pasado.

El juez dijo entonces que la Policía «se extralimitó» al investigar hechos ya juzgados en sentencia firme. El fiscal lo ratifica: «No se entiende el motivo por el cual la Policía le toma una nueva declaración a Carcaño, desviándose claramente del objeto de la pieza separada», que es la búsqueda del cuerpo de la menor, desaparecido desde el 24 de enero de 2009.

Debido a las mentiras de Carcaño, parte de su condena firme dictada por el Supremo ha sido el pago de los 616.319 euros que costó buscar el cadáver en el Guadalquivir y en un vertedero de basuras, dispositivos emprendidos a raíz de sus sucesivas declaraciones.

Carcaño, con esos relatos dispares, aumentó «de forma cruel e inhumana el dolor ya de por sí insufrible de la familia de la víctima», según el fiscal.