El «pacifista» que no quiere la desaparición de ETA

El presidente del PSE, Jesús Eguiguren, que ha compartido el Premio, atribuye a Otegi la decisión de ETA de cesar definitivamente su actividad criminal, un argumento que esgrime para exigir su puesta en libertad. Pero la realidad es que el exportavoz de Batasuna ha desaprovechado cuantas ocasiones se le han presentado, que han sido muchas, para exigir a ETA su disolución incondicional y entrega de las armas. Nunca lo ha hecho, ni por activa, ni por pasiva. Se delató en el juicio por el «caso Bateragune» cuando declaró ante el tribunal que la violencia de ETA se había convertido en un «estorbo» para la «izquierda abertzale». En efecto, porque antes Batasuna se servía de los atentados para presionar al Gobierno. Pero con una banda debilitada, y su «brazo político» ilegalizado, esos atentados se habían tornado en lastre. En el mismo juicio, Otegi se ufanó ante los magistrados de que él había convencido a ETA para que abandonara la «lucha armada». Y si tanta influencia ejerce sobre la banda de los «Ternera», ¿por qué no le convence para que se disuelva incondicionalmente y entregue las armas? ¿Es que se trataba de un farol? o ¿acaso no quiere, en efecto, que la banda desaparezca?

Gran contribución de Arnaldo Otegi para ser merecedor del Premio Guernica. En en el correspondiente acta se especfica que se concede «con el objeto de hacer público reconocimiento de las personas físicas o jurídicas, instituciones o cualesquiera otro tipo de colectivos de personas, que por su trabajo hayan contribuido a la construcción de la paz y a la promoción de la reconciliación». Unos requisitos que cuadran con el perfil de Otegi. Con estas cualidades, podrían ser candidatos a futuros Premio Guernica, ¿por qué no?, «Josu Ternera», que preparó con el «pacifista» Otegi el «proceso de paz» o, a título póstumo, Francisco Javier López Peña, «Thierry», qu compartió mesa con Jesús Eguiguren días antes del «accionar armado» que reventó la T-4.