Rajoy se reúne con Federico Franco

La organización de la visita de trabajo de Franco a España se ha realizado con bastante discreción y supone, en cierto modo, un desagravio por la decisión de no invitarle a la pasada Cumbre Iberoamericana de Cádiz, como consecuencia del malestar creado en muchos países de la región por la forma en que llegó al poder. Federico Franco asumió la presidencia de Paraguay en junio de 2012, tras un juicio político en el que fue destituido el presidente Fernando Lugo, lo que provocó que el país se viera aislado en la región.

El programa de la visita, que ha sido anunciada sólo esta tarde, se ha reducido al mínimo y se ha limitado al almuerzo con Rajoy y a un encuentro, mañana, con la CEOE, así como una intervención en el Foro de la Nueva Economía.

Franco dejará el poder en breve, ya que han sido convocadas, para el 21 de este mes, nuevas elecciones presidenciales, a las que no concurrirá. No obstante, apoya al candidato de su partido, al liberal Efraín Alegre, aunque las encuestas otorgan una dispar ventaja al colorado Horacio Cartes. En declaraciones a Efe, el presidente paraguayo ha dicho que el procedimiento parlamentario por el que se destituyó a Lugo estuvo totalmente ajustado a la Constitución y se quejó del aislamiento a que fue sometido por Mercosur y Unasur, que ha calificado de «absolutamente injusto» y ha añadido: «Paraguay es un país libre, soberano e independiente, para siempre, como reza la nota de emancipación de España».

Ha insistido en sus críticas al régimen venezolano, afirmando que el actual presidente encargado de Venezuela, Nicolás Maduro —que fue declarado «persona non grata» en Paraguay por injerencia en los asuntos internos paraguayos durante la crisis de destitución de Lugo— «fue designado por voluntad de Hugo Chávez» y «no tiene ningún respaldo, ninguna legitimidad».

Franco ha señalado que Paraguay es un lugar seguro, predecible. «Hay —ha dicho— estabilidad jurídica, política y tributaria, y nunca se le ocurrió a ningún gobierno nacionalizar una sola empresa de nadie y mucho menos española».