Más de 10.000 personas han muerto en 2024 intentando llegar a España, casi un 60% más que el año anterior

El informe, que cuenta con el apoyo económico del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, constata una crisis migratoria sin precedentes frente a las costas españolas, principalmente en aguas del Atlántico hacia Canarias, la ruta «más letal del mundo». Tanto es así que de las más de 10.000 víctimas documentadas por Caminando Fronteras, 9.757 se registraron en la llamada ruta atlántica, el 93% del total. Lejos de esas cifras está la ruta argelina, en el Mediterráneo, con 517 víctimas; mientras que la ruta del Estrecho y la del mar de Alborán se cobraron 110 y 73 vidas, respectivamente.

El informe analiza 293 tragedias ocurridas en esos diferentes cruces migratorios. De esos casos, recoge que 131 embarcaciones desaparecieron sin dejar rastro y con todas las personas a bordo. Los datos son obtenidos, según explica la ONG, a partir de fuentes primarias, comunidades de inmigrantes, familiares de las víctimas y organizaciones sociales en el terreno. El colectivo gestiona una línea telefónica de alertas operativa las 24 horas del día y los 365 días del año. A través de este servicio, recibe alertas de cayucos en peligro y el Observatorio de Derechos Humanos centraliza la información. El trabajo diario con esas comunidades, así como el cotejo de las denuncias de los familiares de las personas desaparecidas, «hacen posible reconstruir los datos», abundan.

Pese al elevado número de víctimas que refleja el informe, ese dato apenas representa el 15% de los que intentan llegar a España en busca de una mejor vida. Según el Ministerio del Interior, entre el 1 de enero y el 15 de diciembre de 2024, el mismo periodo que analiza la ONG, 57.738 llegaron al país por vía marítima. Otras organizaciones, sin embargo, rebajan la cifra de fallecidos o desaparecidos drásticamente. El Proyecto Migrantes Desaparecidos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) de la ONU cifra en poco más de 1.000 los fallecimientos frente a las costas españolas (959 en la ruta atlántica), aunque admite que «muchas más desapariciones» se quedan sin documentar debido a los «naufragios fantasma», y remite a los datos aportados por Caminando Fronteras.

Por meses, abril fue el más trágico: 1.284 personas no consiguieron llegar a su destino en suelo español. Con el calor y el buen tiempo aumenta la llegada de inmigrantes a las costas españolas, aunque no así el número de víctimas. Esas cifras son mayores en meses como febrero (1.093) o mayo (1.103), de meteorología más desfavorable. El colectivo subraya que las salidas de embarcaciones desde Mauritania, el principal punto de partida hacia Canarias, no han cesado ni en periodos donde las condiciones meteorológicas en la ruta han sido «terriblemente complicadas».

El documento concreta que del total de víctimas, 421 fueron mujeres y 1.538 niñas, niños y adolescentes. Su presencia es mayor en las embarcaciones neumáticas que salen de la franja costera entre Agadir (Marruecos) y Dajla (Sáhara Occidental), una ruta en la que las mujeres suelen viajar con sus hijos e hijas, muchas de ellas nacidas durante el tránsito migratorio. La ONG alerta de un «notable aumento» en el número de mujeres que viajan en los cayucos procedentes de Mauritania, Senegal y Gambia, más al sur, y también observa una mayor presencia en la ruta hacia Baleares, procedentes África Central y Occidental y enfrentando grandes riesgos como la exclavitud o la violencia sexual.

«Estas cifras evidencian un fracaso profundo de los sistemas de rescate y de protección. Más de 10.400 personas muertas o desaparecidas en un solo año es una tragedia inadmisible. Urgimos a que se priorice la protección del derecho a la vida, se refuercen las operaciones de búsqueda y rescate y se garantice la justicia para las víctimas y sus familias», condena Helena Maleno, coordinadora de la investigación.

«Pese a observarse ciertos avances en la recepción de denuncias y ejemplos de buenas prácticas, siguen existiendo muchos obstáculos para poder ejercer sus derechos», alerta la organización, que denuncia en su informe una supuesta «inacción y arbitrariedad» en los rescates, la omisión del deber de socorro o la «criminalización» de organizaciones sociales y familias como algunas de las principales causas de este aumento de naufragios y víctimas.

La ruta atlántica hacia Canarias centra buena parte de este informe por el volumen de salidas. Solo en las últimas 24, más de 525 inmigrantes llegaron a las costas canarias. La mayoría de tragedias investigadas por la ONG corresponden al cruce migratorio desde Mauritania, que concentra más de la mitad de las muertes y desapariciones totales (6.829). Esta ruta se ha activado especialmente en 2024, señala el documento, y funciona como un punto de tránsito al que llegan personas procedentes, fundamentalmente, de la zona del Sahel, huyendo de los conflictos bélicos, la violencia o el impacto del cambio climático.

En cambio, el número de salidas desde la zona de Senegal y Gambia ha disminuido de forma considerable desde 2023. El informe lo atribuye a «cierta estabilidad política» en la zona, si bien la cifra de víctimas de esta ruta (2.127 en 2024) continúa siendo «alarmante», señala la organización. El tercer cruce atlántico que recoge el documento, desde la franja costera situada entre Agadir y Dajla, reportó 801 muertes o desapariciones. En este caso, el informe observa un patrón de salidas conjuntas en intervalos cortos de tiempo. No en vano, casi la mitad de las víctimas se cuantificaron solo en el mes de noviembre.