Mariano Rajoy y Alberto Núñez Feijóo no han coincidido en actos electorales durante este fin de semana. Sí lo harán en el cierre de campaña, día para el que el PP prepara un maratón de mítines, con dos grandes actos en Lugo y Orense. Por ahora, los populares han reventado la Plaza de Toros de Pontevedra y el Polideportivo de Riazor, este último con Feijóo como principal protagonista, sin el presidente del Gobierno. Rajoy estuvo ayer en La Coruña, y aquí pidió el voto para el candidato del PP a la Xunta porque «es el mejor y porque no tiene alternativa». El presidente del Gobierno repartió elogios a Feijóo y críticas, ácidas y agudas, a sus adversarios y a la posibilidad de reeditarse un bipartito, «pero en versión peor».
El primer acto en la agenda de ayer de Rajoy fue con responsables locales del PP en un hotel de La Coruña. «Soy un forofo del PP, como os podéis imaginar», comentó Rajoy con sorna después de pedir el voto para su partido. A Rajoy se le ha visto relajado en su tierra, con humor y con ganas de pisar la calle. Ya lo hizo el sábado por la tarde en la provincia de Lugo, donde se le vio especialmente a gusto. «No pido el voto porque sea un forofo del PP, sino porque se han hecho las cosas bien, y es lo que más conviene a Galicia», explicó.
Galicia, «la primera»
Rajoy defendió la gestión de Feijóo, porque Galicia «fue la primera Comunidad en afrontar la crisis, hizo un diagnóstico correcto y asumió la realidad. Eso es lo primero exigible a un gobernante, y Alberto lo hizo. Tomó las medidas correctas desde el principio, y si otros lo hubieran hecho en 2009, todo sería más fácil», explicó el jefe del Ejecutivo, quien después compararía la gestión de Feijóo en Galicia con la de «un buen padre de familia», que no deja facturas sin pagar y no ahoga a los suyos con deudas.
Por la gestión del presidente de la Xunta, apuntó Rajoy, «las cosas en Galicia están hoy muchísimo mejor que en la mayoría de las comunidades de España». Eso sí, insistió en que es necesario trabajar todavía con muchísima intensidad, porque «las cosas no están bien todavía».
¿Por qué Galicia está mejor que el resto? Rajoy resumió así la situación de esta Comunidad: el Gobierno paga a sus proveedores, Galicia no ha tenido que pagar eso que algunos llaman rescate, «porque se ha gobernado bien», y se pueden pagar las deudas. Algo, desde luego, de lo que no pueden presumir comunidades como Cataluña, Andalucía o la Comunidad Valenciana, asfixiadas por las deudas y por la dificultad para pagar a final de mes.
«El PP tiene un magnífico candidato. El mejor. No hay comparación posible», resaltó Rajoy, quien dedicó buena parte de su intervención a la situación en Galicia y entró en muchos de los debates que están en la campaña de esta Comunidad. Como ocurre con los contratos con la mexicana Pemex, de cuya existencia duda la oposición, con el PSOE a la cabeza. De hecho, Alfredo Pérez Rubalcaba volvió a dudar de esos contratos el sábado en su mini-mitin en La Coruña.
Pemex y la oposición
«Conozco bien este asunto», dijo Rajoy. «Estuvimos en México en abril y hablamos de ello. Se han concretado unos contratos y no comprendo cómo puede haber gente que transmite que no le gusta que haya esos contratos. Es difícil de comprender. Yo me apuntaría y diría que empujé a Feijóo para conseguirlo, aunque no fuera verdad. Pero crearía confusión y alguien podría creérselo», comentó con ironía.
Para Rajoy es otro punto a favor de Feijóo que el PP esté en Galicia «en los problemas reales de la gente, y no en historias que algunos quieren poner como grandes preocupaciones de los ciudadanos». En ese sentido, destacó que el Gobierno de Galicia «está en sintonía y en conexión» con el Ejecutivo de la Nación. «Comparte objetivos», subrayó.
«Injusto y malo»
En el lado contrario situó al «bipartito», ese pacto entre el PSOE y el BNG que gobernó en Galicia hasta 2009. «Todos sabemos lo que dio de sí y la herencia que dejó. Ahora no son dos, sino cinco. Y Galicia no se merece tener otra vez algo parecido a ese bipartito, pero en versión peor. Es injusto y malo para los gallegos». Un Gobierno, dijo Rajoy, necesita «objetivos compartidos, el mismo ideario, el mismo programa, y no cinco distintos».
Desde La Coruña, Rajoy marchó a un aserradero en Rois. Allí insistió en que los hechos avalan a Feijóo, que «no engañó a nadie y tomó las decisiones necesarias». «No nos podemos permitir un Gobierno con cinco partidos mal avenidos, con cinco idearios diferentes, cada uno en una consejería. ¡Así no se puede gobernar! No podemos tener un presidente con un vicepresidente que piensa distinto», advirtió. Por eso pidió sentido común.
Por la tarde, en Monforte, Feijóo reprochó que sus adversarios se dediquen a «dar patadas, a insultar y a calumniar» porque se ven perdedores. «¡Pues vamos a ganar!», aseguró.




