«La verdadera encuesta será el día 21». Si hubiera que buscar una frase que hiciera coincidir a los principales candidatos a la presidencia de la Xunta, sería esta. Pese al manido recurso para evitar valoraciones, todas las encuestas publicadas hasta la fecha dan una serie de pistas sobre lo que puede ocurrir.
Si los sondeos aciertan, el PP reeditará el próximo domingo su mayoría absoluta, queda por saber con que márgen sobre los comicios de 2009. Han dicho los estudios demoscópicos que el PSdeG sufrirá un importante revés electoral, que podría traducirse en hasta 6 escaños menos, y que el BNG o se mantiene o cae, pero no subirá. De este último dato se deducirá el número de escaños que pueda obtener A.G.E., matrimonio de conveniencia entre Izquierda Unida y Anova (Formación creada por el exlíder del Bloque, Xosé Manuel Beiras) y quien todos los sondeos otorgan alguno de los sillones en el Parlamento de O Hórreo. Algún sondeo se atreve a dar un escaño a CxG (tercera de las escisiones del BNG) y muy pocos a SCD, experimento del exbanquero Mario Conde, que utiliza Galicia como campo de ensayo para su previsible salto a la política nacional.
Una alianza de cinco contra el PP
Pero la ciencia no es exacta. Si todos los pronósticos yerran, y los de Feijóo no consiguen retener el gobierno de Galicia, la opción de Gobierno pasa por que pacten hasta cuatro o cinco formaciones de diferente índole. Casi incondicionalmente ya se han dado el «sí, quiero» PSdeG, BNG, y A.G.E. (la Anova de Beiras con Esquerda Unida), tampoco han dudado en manifestar su objetivo común de «desalojar al PP» formaciones como CxG. El multipartito gobernaría Galicia con todos los votos que no sean para el PP.
Será precisamente la Agrupación Galega de Esquerdas quien podría dar la sorpresa en estos comicios. Cualquier escaño quelogre a la coalición electoral será un espacio nuevo en el futuro Parlamento. Algunas encuestas otorgaron a la mezcla del partido independentista con un partido estatal hasta 7 escaños. Queda por saber si CxG, la SCD de Mario Conde, o UPyD se hacen con alguno de los escaños en juego.
Si no lo hacen, el gran derrotado de la contienda será Mario Conde, ya que el exbanquero de Tui ha apostado por Galicia para testear la viabilidad de su proyecto en toda España. Pero no sería el gran derrotado. La mayoría del PP pondría fin a la carrera política de Manuel «Pachi» Vázquez, que evitó in extremis las primarias socialistas que, con toda seguridad, le iban a apear de la candidatura a la Xunta. El hombre de Rubalcaba en Galicia acumula algún que otro escándalo a sus espaldas, como su intención de entrar en el PP, partido con el que llegó a negociar, o el de los impuestos jamás resueltos en su mansión de O Carballiño, entre otros.
La campaña ha transcurrido con cierta tranquilidad. El gran asunto de la misma han sido los contratos que la petrolera Pemex firmó con los astilleros Navantia y Barreras que, dado el impacto para un sector vital de Galicia y la buena imagen ante el electorado que esto trae al actual presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, la oposición se empeña en desacreditar por, en su opinión, inexistentes.
La nota turbia la puso recientemente Xosé Manuel Beiras, que aseguró que «Feijóo está matando más gente que ningún grupo terrorista en España», rompiendo la cordialidad y la normalidad con la que se ha desarrollado la campaña.
Pocas grandes promesas de uno y otro lado, aunque modelos muy opuestos de Gobierno, que los socialistas basan en más inversión pública financiada a través de impuestos, los nacionalistas en la consecución de más autogobierno, y Núñez Feijóo en tratar de terminar el proyecto que ha llevado a Galicia «a ser la comunidad mejor posicionada para salir de la crisis».






