Tsunami actuará en la jornada de reflexión para distorsionar el 10-N

Este jueves, a través de sus canales de información por internet, Tsunami emitió un comunicado para que los partidarios de la independencia de Cataluña se «autoorganicen» y conviertan la víspera del 10-N —entre las 16.00 y las 22.00 horas, en principio— en una jornada de desobediencia a la JEC, ya que el sábado 9 de noviembre no están permitidos los actos políticos partidistas. Uno de los «leitmotiv» de esta iniciativa es «reclamar» a las instituciones que reflexionen «sobre la violencia policial aplicada contra la población pacífica».

En este sentido, Tsunami fue el grupo que inició las protestas violentas en Cataluña tras conocer la sentencia del Tribunal Supremo contra algunos de los líderes del referéndum ilegal de 2017. Desde esta «asociación» se pidió, animó e incitó a los independentistas a que fueran a ocupar el aeropuerto de Barcelona , el mismo lunes en que se dio a conocer la sentencia. Un acto que colapsó las vías de acceso al aeropuerto y obligó a la Policía Nacional y los Mossos d’Esquadra a tener que utilizar la fuerza.

En el comunicado de ayer, Tsunami también considera que la JEC coarta «derechos fundamentales de manera arbitraria e indiscriminada», por lo que, en su opinión, el día de reflexión «es un buen día para que lo haga el Estado» y, así, anima a sus seguidores a que se realicen todo tipo de actividades, también «políticas». Una decisión que guarda similitudes con lo ocurrido en 2017, cuando el día antes del 1-O se ocuparon los espacios electorales para evitar la actuación de los distintos cuerpos policiales, obligados por una resolución judicial.

Mientras tanto, los estudiantes independentistas siguen acampados en el centro de Barcelona —alrededor de un centenar de tiendas—, una situación que ayer dificultó, y mucho, el tráfico rodado en la Gran Vía. Ada Colau, alcaldesa de la ciudad, pidió la mediación de los Mossos y Josep Bou (PP) le exigió que sean desalojados.

La jornada de huelga (Secundaria y universidades) fue desigual, según los datos del Gobierno catalán. En la UB y en la UPC hubo un seguimiento mínimo; considerable en la URV; y nulo en la UAB, UdG y UPF. En los institutos, el seguimiento a la huelga osciló entre el 15,41 % de Barcelona y el 77,45 % de las Tierras del Ebro.