El salario mínimo, la reforma fiscal y Cataluña como puntos de partida de una hipotética negociación PP-PSOE

Pero en el PP todos saben que será necesario ceder en otros asuntos para conseguir el apoyo de fuerzas como el PSOE o Ciudadanos, imprescindibles para alcanzar la suma que haga posible gobernar España.

Es, aseguran en el PP, «una situación muy complicada» la que encara el presidente Rajoy. Él, o las personas de su equipo que designe, empiezan ya una ronda de conversaciones con esas fuerzas con las que coinciden en lo principal, y que prefieren no nombrar por «prudencia» y para «no tener que arrepentirse a continuación».

Al difícil encaje de programas e inquietudes desde ideologías diferentes, se une en esta ocasión la falta de unidad en el interlocutor: así lo destacan fuentes populares, quejosas de que en el PSOE se esté «diciendo de todo, una cosa y la contraria» , y no siempre en la misma dirección. De hecho, aseguran dirigentes populares, en este momento en que los pactos están en una fase embrionaria, la primera duda es saber qué postura adoptará el PSOE, y si estará dispuesto a plantearse esta gran coalición constitucionalista o se decantará por acercarse a Podemos.

Si se quiere llegar a un pacto ,todos tendrán que ceder: ahora toca negociar y llegar a un entendimiento, aunque para ello haya que modificar algunas políticas. Pero ¿dónde están las líneas rojas?¿Hasta dónde está dispuesto a llegar el PP para lograr un acuerdo?

«Nada de referéndum catalán», es lo primero que se dice. La unidad de España y la soberanía nacional son dos barreras infranqueables para los populares. Y otra son los objetivos de crecimiento económico: es «imprescindible» que a Europa le llegue el mensaje alto y claro de que España seguirá aplicando políticas que permitan mantener la recuperación económica. «No se puede salir asustando a los mercados» , recuerdan.

A partir de ahí, hay muchos asuntos sobre los que se puede debatir. Es probable que se le pidan al PP mejoras como un incremento del salario mínimo, o medidas de lucha contra la desigualdad , fáciles de entender por el electorado socialista como conquistas arrancadas en la negociación.

A día de hoy, si hay algún elemento de consenso entre todos los socialistas, desde la Dirección Federal de Pedro Sánchez a los barones, es que no pueden facilitar la investidura de Mariano Rajoy, a quien el lunes pasado Pedro Sánchez llamó «indecente» delante de toda España. Anteayer, lunes, el secretario de Organización, César Luena , dejó entreabierta la puerta a la investidura de otro candidato o candidata del PP dado lo enrevesado del panorama político, pero ayer el portavoz del Grupo Socialista, Antonio Hernando, lo negó: «Nuestra convicción es definitiva en este tema» .

Así pues, al PSOE solo le quedan dos opciones: forzar nuevas elecciones o intentar un «tripartito» con Podemos e Izquierda Unida . Esto último pone los pelos de punta a la mayoría de los barones y que, en concreto, Susana Díaz , dejó ayer claro que no aceptará. Solo el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara , pareció quitar presión sobre Sánchez, en quien están posadas todas las miradas, al señalar que si Rajoy no puede conformar una mayoría, el Rey tendrá que decidir a quién propone, y «no puede ser otra persona que Pedro Sánchez».

«Si el viernes por la noche hubiéramos dicho que vamos a hacer a Rajoy presidente, habríamos sacado la mitad de los escaños. Si eso no se lo hemos dicho a los ciudadanos, no podemos hacer ahora que gobierne Rajoy» . No obstante, Vara rechaza el referéndum en Cataluña que exige Podemos para pactar. De la opinion contraria son los exministros Matilde Fernández y José Luis Corcuera . Fernández señaló ayer que España necesita «estabilidad» y no puede caer en operaciones de gobierno que no la garanticen.