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Foro ABC

Albert Rivera solo gobernará con el PP, pero promete desbloqueo

El presidente de Ciudadanos renuncia al «no es no» a Pedro Sánchez y le permitirá gobernar con condiciones si gana el 10-N

Apuesta por una coalición con Pablo Casado

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Albert Rivera, líder de Cs, durante su intervención en el Foro ABC Ignacio Gil
Juan Casillas Bayo

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Más de seis meses después, Albert Rivera regresó ayer al Foro ABC con un discurso cargado de nuevos matices. Sus propuestas son muy similares a las que trasladó aquel 5 de abril , pero sus peores expectativas electorales, paradójicamente, le hicieron adquirir un tono con un sentido de Estado más patente.

Si entonces los asistentes distinguieron a un líder que aspiraba a dar un «sorpasso» histórico al PP y que se aferraba a su máxima del «no es no» a Pedro Sánchez —prometió que ni tan siquiera se abstendría en una investidura del candidato socialista—, ayer Rivera mostró una cautela mayor en sus comentarios y trató de capitalizar el centro político de su partido para ser convincente en su promesa de desbloqueo .

Por primera vez, el candidato de Ciudadanos (Cs) amagó con hacer autocrítica y admitió que todo el mundo, incluido él, se equivoca «cada día». Las perspectivas electorales de su formación son pésimas —la última encuesta de ABC/GAD3 le sitúa en 17 escaños y el CIS , en una horquilla de 25 a 37— y cunde la sensación de que quizás haya perdido la oportunidad de sumar sus 57 diputados actuales a los 123 del PSOE para consolidar una legislatura estable.

«Yo me equivoco cada día, pero la pregunta no es en qué nos equivocamos sino en qué podemos acertar», aseveró en su intervención inicial, aunque sin hacer mención explícita al extinto veto al candidato socialista. Rivera construyó un marco de futuro e insistió en que lo importante no es lo que suceda en las urnas el 10 de noviembre , sino qué le deparará al país a partir del día siguiente. «Yo propuse un compromiso de desbloqueo, que voy a firmar y suscribo, pero me gustaría que lo hiciesen el resto de partidos», apuntó.

«No» a un cheque en blanco

Esa promesa, no obstante, no se traduce en un cheque en blanco para los socialistas si ganan las elecciones. El primer objetivo de Rivera sigue siendo vencer a Sánchez en los comicios, aunque esta vez haya dejado por el camino superar a Pablo Casado en la carrera por encabezar el centro-derecha. Ayer reiteró que si PP y Cs suman un solo escaño más de los necesarios para dejar al PSOE fuera del Palacio de la Moncloa, llamará la misma noche electoral a su homólogo popular para negociar un gobierno que cerrarían, sostiene, «en menos de un mes».

No habrá coalición en ningún caso con un PSOE al que Cs solo tiende su mano desde la oposición . «Quiero ganarle a Pedro Sánchez. Sería mucho mejor un gobierno de Cs y el PP, un gobierno que uniera a los españoles, pero asumo que si los españoles eligen a Sánchez, estaré dispuesto a ayudar desde la oposición».

Con este alegato constructivo es posible que hoy los españoles no se viesen abocados a votar de nuevo, pero Rivera se sacudió la responsabilidad señalando al secretario general del PSOE como el principal culpable del bloqueo político . «Hoy Sánchez ha reconocido que nunca quiso llegar a acuerdos con Cs y el PP», afirmó Rivera, que también trajo a la memoria los cánticos que se escuchaban en Ferraz, la sede del PSOE, tras la victoria socialista: «Con Rivera, no; con Rivera, no» . «Yo no soy un “lobby” para presionar a nadie», se defendió, diciendo con sorna que lo único que podría haber hecho es colarse en las reuniones de Sánchez con el líder de Podemos, Pablo Iglesias , para implorarle que negociase con el PP y con Cs.

Pero en el fondo de su animadversión al PSOE en general, y a Sánchez en particular, siempre subyace el coqueteo con el nacionalismo por cuyo aro no pasa el líder de Cs. Rivera enumeró el decálogo de reformas prometidas con su «gran acuerdo nacional» , que consolidó el giro con el que regresó al centro del tablero político, pero enfatizó con especial atención en el décimo punto: España y su «gran reforma pendiente», «la unión y la igualdad entre españoles».

El candidato liberal se crece cuando habla de su tierra y de «las cesiones» al separatismo que se han prolongado durante cuarenta años. Aunque es consciente de que tiene un filón en el combate al nacionalismo, también sabe de la importancia de consensuar cómo enfrentarlo. Él reclama aplicar el artículo 155 de la Constitución en Cataluña para cesar al presidente regional, Quim Torra .

Iceta, el problema del PSOE

Rivera señala a Torra como el problema de la comunidad en la que nació su formación, pero también identifica a un culpable, con nombre y apellidos, de la deriva del PSOE en los últimos años: ya no es el presidente en funciones, como decía antes del 28-A, sino el primer secretario del PSC, Miquel Iceta .

Ayer los acontecimientos dieron la razón al candidato de Cs, cuando Iceta compartió en Twitter una noticia presumiendo de haber presionado a Ferraz para mantener en su programa electoral las referencias al federalismo y la plurinacionalidad. «Iceta, nos guste o no, es el que dirige el PSOE -lamentó Rivera-. Sánchez podría haber elegido otro camino, pero en el marco imaginario de Iceta y los nacionalistas el PP y Cs somos fachas ».

A pesar de ello, Rivera dijo no aceptar «el conformismo por bandera» y se negó a ser «pesimista»: «Quiero hoy hablarles de soluciones». Y los remedios al conflicto independentista inflamado en Cataluña no se aplican a base de «paracetamol», avisó Rivera, sino de Constitución, ley, igualdad, unión y democracia .

«Quiero escuchar a todos los españoles que viven silenciados. Hay una España silenciada por el ruido del nacionalismo », clamó el presidente de Cs, rodeado ayer por varios dirigentes de peso en su partido que le escucharon erigirse en el defensor de los «débiles y los agraviados».

« Para encajar Cataluña hemos desencajado toda España » , aseveró en una nueva crítica implícita al PSC, y subrayó el error de haber tratado de contentar durante décadas a los que ahora «queman contenedores» o a los que han diferenciado entre «ciudadanos de primera y de segunda». «Torra y sus cachorros cortan estaciones de AVE —denunció—. En Extremadura no pueden. Primero, porque no tienen a Torra; segundo, porque no tienen AVE». Lejos queda el Rivera que empujaba en público a Sánchez a pactar con «sus socios populistas y separatistas».

Las reformas de Cs

Pero en Cataluña no acaba el proyecto de Cs y Rivera aprovechó el Foro ABC para enunciar sus principales líneas de actuación si llega a gobernar o tiene capacidad para influir en el ejecutivo desde la oposición. Para empezar, admitió que Cs —ni ningún otro partido— no puede abordar solo «ninguna de las reformas» que propone. «En ninguna se puede ignorar a la oposición» , disparó hacia Sánchez.

Rivera plasmó la importancia de la macroeconomía, las políticas fiscales o las empresas, pero sin olvidar a las familias y un problema al que nadie ha puesto coto: la baja natalidad en un país que envejece y corre el riesgo de no poder mantener su sistema de pensiones. «Un país sin niños es un país sin futuro» , afirmó.

En materia educativa abogó por un pacto de Estado como el que «reventó» Sánchez y prometió una ley de universidades que acabe con el fraude académico . Definió la sanidad como «la joya de la corona» española y apostó por un pacto contra la despoblación. Rivera retomó grandes propuestas de Cs como la regeneración, la bajada de impuestos, el blindaje de las pensiones, terminar con la precariedad laboral o reformar la ley electoral.

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