Antón Gómez-Reino compareció en el debate presentándose como un padre de dos niñas que se fogueó laboralmente como «mozo de almacén en Zara» y buscó golpes de efecto como anunciar que «si estamos en el Gobierno, desde el día 13 A banca ... devolverá todas y cada una de las cláusulas abusivas cobradas estas semanas» y «va a haber una intervención pública», aplicando el artículo 30 del Estatuto de Autonomía, de Alcoa, a cuyos trabajadores envió un saludo. También prometió abrir los centros de día.
El candidato de la coalición rupturista no dejó de hacer guiños a sus socios potenciales , de quienes indicó «humildemente» que tiene la «máxima confianza», tanto en el PSdeG como en el BNG, de que cuentan con un «programa alternativo» para «cambiar de una vez por todas este país», y les tendió «la mano». En materia sanitaria se centró en acusar a Feijóo de impulsar una política de «recortes» e instó al presidente de la Xunta a admitir que «generaron mucho sufrimiento». No faltaron los ataques a la gestión de las residencias por parte de la Xunta:«Nuestros mayores no pueden ser más mercancías en manos de fondos de inversión».
Hubo también alabanzas a medidas del Gobierno central del que forma parte Podemos: subida del salario mínimo interprofesional, ingreso mínimo vital y ERTE, con capote para su compañera Yolanda Díaz, ministra de Trabajo. Pero Gómez-Reino consumió buena parte de su tiempo en atacar a Feijóo, a quien trató de desestabilizar con un listado de «casos de corrupción» , y de quien aseguró que «su único proyecto» pasa por «suceder al señor Pablo Casado».
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