Àngels Chacón: «Nadie me va a hacer escoger entre independencia y economía, quiero las dos cosas»

Hemos optado por defender nuestro propio modelo de país. Somos independentistas. Pero hemos decidido romper la uniformidad de pensamiento, sobre todo en relación con la izquierda independentista. Somos un partido de centro, por lo que no estábamos cómodos en la fórmula en la que todo el mundo exponía su modelo de país y nosotros teníamos que renunciar a ello. Junts no sabemos lo que es.

Ahora que lo dice. ¿Qué diferencias tienen con Junts, con los que usted ha formado gobierno?

Siempre he sido del PDECat, desde 2016. Junts per Catalunya tenía dos almas. Por un lado, el PDECat, y por otro, un conjunto de independientes. Yo no me he movido de donde era. ¿Qué es lo que nos separa ahora? Debería preguntarlo en Junts. Pero estratégicamente la línea de la confrontación y paralización del país no es la nuestra. La confrontación, sea inteligente o no, no es nuestra estrategia.

Es decir, las diferencias no son de contenido ideológico, ¿no?

No lo sabemos, porque Junts es tan variado que todavía no sabemos qué y a quién representará. Creo que se sabrá cuando respondan a preguntas concretas. La fórmula de JpC en el Parlamento de Cataluña ha podido votar sin complejos propuestas de ERC y la CUP u otras fuerzas de izquierdas. Pero esto significó que nosotros, el PDECat, tenía que abdicar de sus postulados. Hemos dicho basta. En Junts hay gente que defiende la nacionalización de las empresas y gente que cree en la iniciativa privada. Esta dispersión nos lleva a no saber cómo se definen.

Si Chacón es decisiva para hacer un nuevo Gobierno catalán, ¿a quién votará, a Pere Aragonès, apoyado por PSC y comunes, o a Laura Borràs?

Chacón no hace especulaciones.

Estamos haciendo especulaciones permanentemente. Usted asegura que tendrá grupo parlamentario.

Es según las encuestas que tenemos… Lo que hemos de hacer ahora es explicar nuestro proyecto.

Pero si el PDECat entra en el Parlament, tendrá que posicionarse.

Sí. Veremos.

Es decir, no descarta ninguna de las dos opciones.

Si nos presentamos ahora es para defender el proyecto propio. Si aceptamos que votaremos a una u otra fuerza política, no hace falta que nos presentemos. Por lo tanto, mis esfuerzos irán destinados a explicar nuestras propuestas.

¿Qué papel jugarán Artur Mas y Joana Ortega en la campaña electoral?

Ortega es la «número dos» y Mas se mantiene como asociado del PDECat y participará en algún acto de campaña. Pero será Ortega quien tendrá un papel más relevante.

¿No es Mas un activo para el PDECat?

Tenemos muchos activos, como también el profesor Andreu Mas-Colell…

Pero mediáticamente…

El principal activo de este proyecto son los contenidos. Mas es un referente e impulsor de fórmulas que sumaban partidos independentistas, como Junts pel Sí. Lideró el gobierno que tuvo que gestionar el post-endeudamiento del tripartito con más de 50.000 millones de euros de deuda que no estaban presupuestados. Mas simboliza muchas cosas. Es uno de los activos del PDECat.

¿Usted reivindicará el legado de CiU?

No renunciamos a nuestro legado. En JpC, en 2017, se dejó a un lado el ideario del PDECat porque era un momento excepcional. Se buscó una lista muy transversal. Ahora hemos visto que la independencia no la conseguiremos de manera inmediata y hay que gestionar el día a día, así como el problema de los ciudadanos. No renunciamos a la independencia, evidentemente, pero queremos gestionar el día a día. Y lo queremos hacer con nuestra visión: colaboración público-privada, defensa de la economía productiva, etc.

Volvemos al «peix al cove», entonces.

No. Fuimos clave en la construcción de la Cataluña que hoy conocemos: el sistema sanitario, la educación, la investigación, etc. Pero ahora tenemos dos condicionantes. Uno, la gestión de la pandemia y sus efectos. Y dos, la nueva economía, la sostenibilidad, la integración, la economía del conocimiento, la competitividad… Hemos de combinar las dos. Nos ha cambiado la música, por lo que tendremos que cambiar el paso de baile.

¿Cree que el ciudadano percibe este cambio?

Por lo que capto, por un lado, la ciudadanía está pasando por una crisis económica y de productividad. La base industrial está sufriendo mucho, pero también el comercio, el turismo… La situación es crítica. Y por otro lado, hay que gestionar la frustración por el 1-O. Hay más de dos millones de personas que no han dejado de ser independentistas. Pero sí quieren una hoja de ruta pactada y más realista.

¿Qué haría diferente, en relación a la pandemia, si fuera consejera de Salud?

Ya lo decía cuando era consejera de Empresa y sin quitar importancia al Procicat: paralelamente al Procicat debería haber un diálogo con los sectores turístico, comercial, industrial, cultural, deportivo… porque ha fallado la interlocución con estos sectores, son dos mundos, con el económico, que no se conectan, y no digo que este tenga que condicionar al sanitario, pero se deben tener en cuenta todas las realidades. Falta diálogo e información. No vemos unidad de acción y coordinación.

¿Y qué haría diferente, en relación a otros temas, de lo que está haciendo este gobierno del que formó parte hasta septiembre?

Lo primero que haría es establecer la multidisciplinariedad ya que hay dos socios de gobierno. Las Consejerías son como estancos, pese a estar relacionadas. La división de las Consejerías es prácticamente propia del siglo pasado. Y, además, modificar que el 80 por ciento del presupuesto de la Generalitat vaya solo a políticas sociales concentradas en tres Consejerías….

Gestionadas por ERC.

Sí, son de ERC, precisamente. Pero con esta distribución no estamos ayudando o acompañando a un conjunto de sectores y población que generan la riqueza, y que permiten que se lleven a cabo políticas sociales. Nadie se ha parado a pensar en este gobierno que estamos en el siglo XXI y en un contexto globalizado.

Por ejemplo, ¿más o menos impuestos?

Menos. Absolutamente, menos. Supresión de los impuestos de Sucesiones y de Patrimonio. El impuesto de Sucesiones es una doble imposición. ¡Fuera!

Hay algunos analistas que dicen que ahora hay que subir los impuestos o crear nuevos.

Hemos de gestionar muy bien y de manera transparente el dinero público. Y lo que no podemos hacer es cargar siempre sobre el mismo grueso de población la carga impositiva: la clase media y las pequeñas y medianas empresas. Los estamos ahogando. Si incrementamos el número de impuestos, evidentemente, fomentamos también la deslocalización de algunas empresas.

¿Cuál es el «leitmotiv» de la campaña electoral del PDECat? ¿Dónde pondrán el foco: explicar quién es Chacón, atacar a Junts para diferenciarse, reivindicar el orden de la época de CiU…?

La gente lo está pasando mal. Tenemos un problema de desafección…

Hace tiempo que escuchamos que hay desafección y en las elecciones se vota más que nunca o igual que en las de mayor participación.

En 2015 y 2017 estábamos en un contexto en el que se transmitía una ilusión de futuro. Ahora hemos de gestionar una situación de emergencia. Retomando la pregunta sobre el foco: todos los partidos han de bajar las propuestas al suelo. Es decir, pasar de los discursos a las propuestas concretas y que la gente sepa, por ejemplo, lo que es mantener el impuesto de Sucesiones o quitarlo. O los impuestos que se pagan de más en Cataluña si uno se compra un piso de obra nueva respecto a lo que se paga en otra comunidad autónoma. El discurso sobre la izquierda y la derecha me suena a antiguo. La economía está condicionada por elementos geoestratégicos. Hemos de concretar las propuestas. Hay que cambiar el chip y dejar las proclamas populistas y simplistas. Menos estómago y más cabeza. No renunciamos a ser independentistas, está en nuestros Estatutos. Pero nadie me va a hacer escoger entre independencia y economía, quiero las dos cosas.

Por último, ¿qué le parece que Salvador Illa sea el candidato del PSC a la Generalitat y Lorena Roldán vaya de «dos» en el PP?

Se trata de un 155 del PSOE al PSC porque no se respeta la voluntad de los asociados. Sobre Lorena Roldán. Ciudadanos también demuestra que no respeta la voluntad de los militantes.