Elecciones - Catalanas

Diario de la campaña, día 7: Un regate elegante

Con los mismos defectos pero sin tantas virtudes, Inés Arrimadas funcionaría mucho mejor. Ser bella no la ha ayudado en un país de envidia transatlántica

La candidata de Ciudadanos a la presidencia de la Generalitat, Inés Arrimadas
La candidata de Ciudadanos a la presidencia de la Generalitat, Inés Arrimadas - efe

Con los mismos defectos pero sin tantas virtudes, Inés Arrimadas funcionaría mucho mejor. Ser bella no la ha ayudado en un país de envidia transatlántica.

Pero más allá de su atractivo un poco «d’écolier sans devoirs dans la foule empressée de New York», y otro poco de Ana Briongos recobrada, hay en ella una política trabajadora y capaz, de regate elegante. Incluso en los debates en los que no cuenta con complicidades, mantiene la calma, la sonrisa, la habilidad para seguir colocando su discurso, y nunca se enfada.

Lleva nueve años en Barcelona y aunque ni es independentista ni ha pretendido vivir del mercadillo de la «estelada», habla un catalán impecable, mucho mejor que el de Mas, que luego exige el nivel C que él no tiene, ni tendría, a los funcionarios.

Es paradigmático de lo que ocurre en mi país que personas que llevan más de cuarenta años aquí y no hablan ni una palabra de catalán, como el presidente de la organización independentista Súmate, Eduardo Reyes, sean vistos como héroes de la patria, y que en cambio, en esta nación de inspiración lingüística, como Pujol diría, Inés Arrimadas, con su catalán voluntarioso, dulce y perfecto, sea acusada de poco menos que de fascista por ser la candidata deCiutadans.

Ella y su partido recuerdan poderosamente a la Convergència que ganaba las elecciones desde el centro, y que Artur Mas con su épica de la cabra y la trompeta ha acabado abandonando para ir a jugarse su destino a los dados.

Construye Arrimadas un relato alegre y ordenado. Le sobra cursilería regeneracionista, alguna rigidez de la corrección política, y ese feminismo hiperventilado que las mujeres que valen suelen dejar para las petardas. A fin de cuentas el Occidente libre es un bálano redentor al que hay que aferrarse para crecer, y no ese odiarle tan vulgar de las desesperadas.

Uno tiene la sensación de que tanto la candidata como Albert Rivera, que han estado magníficos en su papel de obligar al Partido Popular a renovarse, tendrían menos techo y más recorrido si en lugar de derrotar a la derecha intentaran trabajarla en sus aceros. Ciudadanos es el Píxar del PP, y Disney acertó cuando hizo una oferta a aquellos jóvenes tan extraordinarios. Es mediocre oponerse al talento. Es brillante incorporarlo.

Las encuestas dicen que Ciutadans será la segunda fuerza política del Parlamento de Cataluña e Inés Arrimadas la jefa de la oposición. Tendrá todo el espacio libre que Convergència va a dejarle para crear la nueva centralidad política catalana, y sería audaz que en lugar de pelearse con el PP trabajaran juntos para abrir el campo. La tentación de la belleza es la vanidad y la inteligencia del talento es el poder.

Inés tendrá tiempo y oportunidad de demostrar que teníamos razón los que quisimos ver en ella algo más que una alegre muchacha de muslo bello y flojo el cinturón. Que tu talento se imponga a tu vanidad, y que tu inteligencia haga el resto.

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