entrevista

Miquel Iceta: «Reconocer la singularidad catalana no implica privilegios»

El candidato del PSC a la Generalitat defiende que en su partido «hay diferentes sensibilidades... pero coincidencia en que debe haber reforma, y esta debe incluir la singularidad catalana»

Miquel Iceta
Miquel Iceta - inés baucells

-¿Cataluña es nación, realidad nacional, nacionalidad...? ¿Dónde está el PSC? El elector no entiende nada.

-El elector entiende que es necesaria una reforma de la Constitución, que hay que reconocer la singularidad de Cataluña, pero que hay formas de hacerlo diversas. Mire, yo no he visto una definición más precisa de reforma que la que acordamos los socialistas en Granada: incorporar los derechos históricos del Estatut a la Constitución.

-En cualquier caso, lo que le llega al elector es que el PSC y el PSOE no se ponen de acuerdo en la forma.

-El nuestro no es un partido cuartelero, en el que uno dice y los demás obedecen. Hay diferentes sensibilidades... pero coincidencia en que debe haber reforma, y esta debe incluir la singularidad catalana.

-¿Reconocer la singularidad catalana implica privilegios?

-No, y esta es la cuestión clave. La base de la reforma no altera el principio de que la soberanía corresponde al conjunto de los españoles, y no introduce diferencias de derechos. Incluso en la propuesta más avanzada, reconocer Cataluña como nación, esto no cuestiona el concepto de soberanía o la igualdad de derechos. Mire, la única comunidad que tiene transferidas las prisiones es Cataluña. ¿Eso da más o menos derechos a los presos de aquí? La asimetría competencial no implica desigualdad de derechos.

-El PP no está por la reforma constitucional: sin ellos no es posible.

-Para empezar el PP va a perder la mayoría absoluta, y yo confío en que también pierda las elecciones. El panorama se va a abrir. El 9-N vimos que hay casi dos millones de catalanes que dicen que no quieren seguir así, y eso es un problema. No digo que haya que darles la razón, pero no puedes negar que existe un problema.

-Pedro Sánchez se implica a fondo en la campaña catalana. ¿Un mal resultado del PSC puede lastrar la campaña del PSOE en las generales?

-El compromiso de Pedro Sánchez en la campaña del PSC tiene más que ver con su preocupación por que Cataluña y España sigan unidas que con la preparación de las generales.

-El 3%, la corrupción, estalla en campaña. Artur Mas acusa al Estado de controlar el tempo de la Justicia.

-Lo que debe hacer Mas es contestar, ya no vale escudarse en los otros.

-Se acusa al PP de generar tensión para reforzarse ante las generales.

-Sería muy grave, pero cuando se hacen propuestas como la reforma del TC, y de la manera en que se ha hecho, lo llegas a pensar... Creo que hay en el PP la idea de que una bronca con Cataluña puede ser beneficiosa electoralmente en el conjunto de España, y eso es temerario, porque nos lleva a un enfrentamiento en el que no habrá ganadores. Sin reformas esto no tiene solución. Solo apelar al cumplimiento de la ley no resuelve el problema.

-El ministro Morenés recordó el papel del Ejército. ¿Imagina un escenario de violencia, de confrontación?

-Lo veo muy difícil. Ni la sociedad catalana ni la española quieren esto, pero es cierto que todas las escaladas empiezan verbalmente... y por eso hay que frenarlas de raíz. Y hay a quien parece gustarle eso: hemos visto a eurodiputados preguntar si el vuelo rasante de un caza del Ejército en Cataluña era una maniobra para asustar. Hay gente que se alimenta del conflicto. La mayoría de cosas que pueden suceder tienen un marco de corrección que son el TC y los tribunales de Justicia.

-¿Qué escenario contempla para el día 28?

-Si hay mayoría independentista vamos al desastre.

-¿Y si no la hay? ¿Reedición del tripartito de izquierdas?

-No necesariamente. Hay partidos no de izquierdas, hablo de Unió y de otros, que pueden querer participar en ello. Reactivación económica, Estado del Bienestar, lucha contra la corrupción... En eso podemos llegar a acuerdos.

Cinco dardos

El PSC ha pasado de controlar todas las instituciones a despeñarse electoralmente. ¿Qué han hecho mal?

-Aún sufrimos la erosión de gobernar cuando empezó la crisis. Se hizo lo que se pudo pero los ciudadanos vieron que no fuimos capaces de anticiparla y de tomar medidas. También nos perjudica la polarización del conflicto en Cataluña, a veces por que se nos acusa de tibios.

¿La equidistancia es tibieza, cobardía?

-Decir no a la independencia, a no saltarse la ley... ¿eso es ser equidistante? A eso añado: no al inmovilismo, no a la falta de diálogo. Lo que yo veo es que ni Mas ni Rajoy pueden resolver esto. ¿Equidistante? Para nada. Como dijo Felipe González: no soy equidistante entre quien quiere saltarse la ley y quien está dentro. Pero diciendo solo esto no solucionamos el problema. La mejor manera de mantener el proyecto compartido entre los pueblos de España es renovar el consenso constitucional.

¿Existirá el PSC en cinco años?

-Y en 20, por supuesto. Lo que no imaginé yo es que vería la extinción de CiU, la situación de ICV...

Tras muchos años en la sombra del poder, ahora como líder parece encantado. ¿Se gusta?

-Quedará fatal, pero me gusto yo. Me gusta la política y me siento cómodo como líder. Y en un momento como el actual, alguien como yo es la persona adecuada.

¿Tenemos solución los catalanes?

-Por supuesto, tenemos que mantener la ambición y el espíritu de país que quiere ser reconocido y ser líder, pero también la ambición de querer ayudar en la transformación de España. Eso lo han tenido siempre los catalanes y los catalanistas, y el gran error de los independentistas es haberse rendido, creer que la transformación de España es imposible. Mire, Cataluña podría salir de España pero no de la Península Ibérica, siempre estaremos aquí, y necesitamos la mejor relación con los vecinos, compartir proyectos. Rendirse a la posibilidad de una España mejor es un error, no es alternativa.

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