Juan Marín, el hombre campechano que quiere arreglar los problemas de la gente de la «Andalucía real»

Inconformista por naturaleza, Marín decidió en 2015 echarse a la espalda la responsabilidad de conseguir representación con este nuevo partido en el Parlamento de Andalucía. Si entonces consiguió dejaratrás a los agoreros y alcanzar los nueve diputados en sus primeras elecciones regionales; ahora, aupado por «muchos más» militantes, recursos y personalidades como el presidente de Cs, Albert Rivera , o la portavoz de la Ejecutiva nacional, Inés Arrimadas, espera llegar a liderar un gobierno «regenerador y limpio».

Y es que estas son dos de las palabras que más repite en cada acto de campaña y conversación de 'tú a tú' que mantiene porque, según explica durante una jornada de campaña electoral compartida con Europa Press, «le queman» los problemas de la gente de la «Andalucía real», de la que madruga y brega con las circunstancias del día a día.

En esta campaña, ya en su recta final, se levanta temprano, repasa la prensa escrita y digital -aunque reconoce que no lleve al dedillo la campaña de los demás- y comienza el día subido en una furgoneta,junto a su equipo, para llegar «a cada rincón» de Andalucía la «ilusión» que quiere transmitir. «El cambio es posible y va a llegar. Ahora tenemos una gran oportunidad », subraya a cada instante.

Málaga, donde consiguió dos escaños en la pasada ocasión y donde decidió abrir esta campaña electoral -Cs contó en la legislatura anterior al menos con un diputado por provincia menos por Jaén-, lo recibe en el ecuador de su campaña con una mañana fría y con los problemas de movilidad y acceso del Parque Tecnológico de Andalucía (PTA ), en una reunión con empresarios.

Tras el encuentro y atender a la prensa, el candidato ya lejos del foco, aguanta unos minutos más la conversación para saber qué necesitan los autónomos y los emprendedores, hasta subirse en uno de los coches eléctricos que han llevado hasta el punto de atención a medios y bromear con la prensa sobre la cantidad de sistemas eléctricos que tiene integrados.

Porque la broma y la chanza es una de las llaves que usa Marín para acercarse a los demás, aunque reconoce que su equipo de asesores no siempre le deja contar todos los chistes que quisiera. Así lo demostró en la hora larga en la que compartió autobús de campaña con la prensa -camino de Málaga a Almería- en la novena jornada de campaña, donde se pudo saber desde el alicatado de su cocina hasta algunos entresijos de la política andaluza y sus altas expectativas para estos comicios.

Los medios venían reclamando un encuentro informal con el candidato y, por fin, este pasado viernes Marín subió al autobús de la prensa. Como amante del fútbol y sufridor bético , se siente cómodo con el balón, y, como orador, en el uso de la palabra. Pasado el mediodía subió por la puerta de atrás del autobús y fue avanzando hasta llegar a la zona delantera montando un revuelo de cámaras y periodistas a su paso.

Una vez sentado y apaciaguadas las ansias de imagen de los gráficos, Marín se suelta poco a poco y responde a preguntas de los periodistas, tanto los que conviven durante horas en el autobús detrás de él como aquellos que se han acercado expresamente a este encuentro 'off the record'. Las risas se mezclan con alguna que otra confidencia hasta que los asesores le llaman al orden y le piden que vuelva al redil y se centre en los elementos básicos de su campaña electoral.

Para redondear la jornada, el equipo de Cs organizó un almuerzo en Nerja (Málaga) con medios para hacer ver ese carácter accesible, campechano y extrovertido de Juan porque, como reconocen, Marín se crece en las distancias cortas y es en estas ocasiones, junto con los paseos por los centros históricos y en las reuniones sectoriales, cuando se le puede conocer mejor. En cambio, el mitin, esa noche en Almería junto al secretario general de Cs, José Manuel Villegas, lo encorseta más, aunque a lo largo de estos días defiende que ha idoganando «fuerza».

Dos de las pasiones del candidato de la formación naranja son la lectura, ahora tiene entre manos 'Patria' de Fernando Aramburu , y el deporte, pero «ya no para competir sino por el gusto de relajarme y despejar la mente», adelanta con un resfriado incipiente por los cambios de temperaturas de estos días, ataviado con unas mallas y una sudadera negras de camino a un partido de baloncesto con el cabeza de lista por la provincia de Málaga, Javier Imbroda -exentrenador profesional de baloncesto y capaz de ganar a EEUU en 2002 en el Mundial de Indianapolis dirigiendo la Selección- y la cabeza de lista por Almería, Marta Bosquet, que le puso mucho empeño y llegó, incluso, a anotar una canasta.

De camino al partido en la furgoneta -que terminará haciendo más de seis mil kilómetros y a la que ha invitado a Europa Press-, el candidato recuerda su años más lozanos jugando al fútbol en Sanlúcar de Barrameda , su ciudad natal, hasta que una fractura en una de las piernas lo apartó del terreno de juego, al menos, como jugador, pero no como entrenador, ya que durante más de dos años dirigió a un plantel de chicas de la localidad gaditana pero esta vez en voleibol. «Estas chicas, cada una con sus circunstancias, me enseñaronmuchísimo», reconoce con cierta nostalgia.

Un grupo de simpatizantes y militantes le espera en el Paseo Marítimo de Almería para, junto a Imbroda y Bosquet, hacerle 'el pasillo de honor' como adelanto de lo que vendrá el próximo domingo 2 de diciembre. Todo son besos y abrazos para el candidato, que se deja querer entre los suyos. Llegados a este punto, Imbroda toma la palabra y, como buen entrenador, arenga a la tropa y le insufla «ilusión» y ganas para «no poner límites a los sueños».

Todos juntos pasean hasta unas pistas de basket cercanas. Marín muestra sus dotes sobre la pista. El público se sorprende de la habilidad que parece tener dentro de la cancha, reparte el balón y dirige la jugada como buen 'base', tiene algunos pases acertados que terminan en canasta y pocas veces pierde la bola . Entre losespectadores, se escuchan voces que piden calma y no entrar fuerte en las jugadas. «No queremos que se repita lo de Albert», avisan en referencia a la lesión que sufrió jugando al tenis días atrás Rivera.

Imbroda maneja los dos banquillos, del equipo naranja, donde juegan Marín y Bosquet , y del equipo blanco, con simpatizantes y periodistas, y va llamando a jugar equilibrando las fuerzas de unos y otros. «Pasamos al compañero y seguimos corriendo», explica a los jugadores cuando más de uno resopla por lo de seguir moviéndose. Finalmente, el partido termina con un gran aplauso, sin lesionados --se acuerda que en empate- y condeclaraciones a los medios que aguardaban en las bandas.