—El CIS dice que va a ganar el PSOE y usted defiende el mismo día que lo que necesita Asturias es «conciencia de pacto», ¿prepara ya el terreno para una alianza con IU y UPyD?
— En lo único que pienso es en tener el día 25 una fórmula que me permita, no ya ganar, sino gobernar, en Asturias. Es la unica salida posible para esta Comunidad.
— ¿No ve a PP y Foro en condiciones de entenderse? Antes del 22-M pronosticó que se unirían, aunque...
— Sí, y me equivoqué porque pensaba que había un mínimo de racionalidad en las derechas. Pero por encima de las afinidades ideológicas, que son todas, están los rencores y el cainismo. Aspiro a que los ciudadanos se pregunten eso, si las derechas van a formar gobierno ahora en caso de sumar 23 diputados. Yo creo que un gobierno de la derecha no es bueno para la Comunidad, pero es mucho peor que no haya gobierno.
— ...y Álvarez Cascos le ha acusado de hacer «pinza» junto al PP contra él, al menos en 24 votaciones parlamentarias
—Yo no apoyo a Foro porque tengo una visión y un programa absolutamente diferente. Por qué no les vota el PP... que conteste el PP. Pero, desde luego, no es porque tengamos ningún complot. A mí lo que me choca es que en un momento tan crítico como este la derecha no sea capaz de pactar ni consigo misma. Eso penaliza de forma adicional a Asturias
— El 25-M vamos a ver mucho voto de vuelta, votos que se fugaron para dar escaños a Foro y que regresan... ¿que ocurre con el electorado asturiano: es desorientación, es desencanto... ?
—Cascos se presentó como alguien transversal, un pragmático, un caudillo, un mesías que venía a romper la inercia de la política esturiana. Y tuvo éxito. Como ocurre con los mutantes políticos, el último refugio suele ser el regionalismo, y aquí llegó hablando de que éramos un país olvidado. Es el mismo victimismo de los nacionalistas, un mensaje dirigido a las emociones. Él no venía a gestionar: se ha enfrentado con Cajastur, con el Parlamento, el Niemeyer, el Festival de Cine. Ha multiplicado el déficit por tres y dejado 20.000 parados más. Nunca nadie destruyó tanto en tan poco tiempo. Cascos ha sufrido un gatillazo con Asturias, su reputación y sus resultados electorales tienen que padecer seriamente por ello.
—¿No le asusta que, además, aumente la abstención, que siempre castiga más a la izquierda?
— Es verdad, en Asturias la derecha son menos pero votan más. Otra cosa es que ahora les pueda afectar ver que aquellos que quieren que gobiernen son incapaces de llegar a acuerdos. Se perciben mejor las diferencias ideológicas que hace meses no estaban tan claras. En todo caso, la idea central es que no hay otra fuerza política en Asturias aparte del PSOE que sea capaz de formar gobierno.
— ¿Y no chirría culpar a Cascos de triplicar el déficit en sólo ocho meses cuando el PSOE ha gobernado los doce años anteriores?
— Cuando no hay gestión, las deudas se multiplican y el déficit crece, y este gobierno no ha gestionado. La responsabilidad de Cascos es haber incrementado en tiempo record el déficit asturiano.
—¿Cumplirá con el 1,5 de déficit marcado por Rajoy si gobierna?
— Yo tengo dos prioridades, una es crear empleo, y para ello no hay más fórmula que crecer. La otra es mantener el Estado del Bienestar. Lo demás queda en segundo plano.
— Pero cumplirá el objetivo?
— Tendrá que salir, si no lo relajan…, alternativas no van a dejar. Nosotros mantenemos el impuesto de Sucesiones, el de Patrimonio, tenemos el céntimo sanitario, y no va a haber un incremento de la presión fiscal en Asturias, no está en nuestro programa.
— ¿Ha salido a la calle contra la reforma laboral, irá a la huelga general?
— Soy militante de la UGT. La reforma laboral ha superado mis peores expectativas. Y sí, acompañé a los trabajadores en la calle como una persona más. Lo que no hacemos nosotros es convocar, ni insultar.
—¿Le perjudica la imagen de que su partido, el PSOE, está «en obras»? ¿Repetirá como secretario de los socialistas asturianos?
—Mí único horizonte es el día 25, es la única meta y único escenario. En cuanto al PSOE, ha tenido un congreso en un momento muy difícil… pero estoy muy satisfecho, siempre he confiado en Alfredo Pérez Rubalcaba.
— Si las encuestas aciertan también con Andalucía, usted será el único presidente autonómico socialista en una España azul
— Ojalá..., por salud democrática. Y la reconquistaremos en cuatro años, no harán falta ocho siglos.




