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Jáuregui mantea la herencia pre-crisis y Gallardón se sacude los recortes

El PP promete garantizar por ley la revalorización de las pensiones, mientras el ministro de la Presidencia admite que el Gobierno ha creado «tres millones de parados cuando dejó de hacer viviendas». El debate a cinco no ha deparado sorpresas: CiU y PNV hacen reivindicaciones nacionalistas e IU carga contra el sistema

Día 10/11/2011 - 13.02h
Jáuregui mantea la herencia pre-crisis y Gallardón se sacude los recortes
ABC

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Con el mismo formato y bloques temáticos que el “cara a cara” que enfrentó a Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy 48 horas atrás, la moderadora María Casado de TVE ha dado paso al enfrentamiento dialéctico entre cinco portavoces políticos, en lo que ha tildado del “gran debate electoral” de esta campaña.

Tres para el azul y dos para el rojo sería el resultado del debate si nos ciñésemos a la telegenia y al tono escogido para sus corbatas por Ramón Jáuregui (PSOE), Alberto Ruiz-Gallardón (PP), Pere Macías i Arau (CiU), Josu Erkoreka (PNV) y Gaspar Llamazares (en representación del grupo ERC-IU-ICV). El balance sería distinto si atendiésemos a otro criterio de marketing político y televisivo, del que se ha hablado bastante tras el debate del lunes, y es el mirar directamente a cámara y al votante potencial, o preferir el vistazo a los papeles para no perder el hilo. Cabecea al papel desde el primer minuto de exposición inicial, previa a cada bloque, el convergente Macías, Llamazares prefiere mirar a la encargada de moderar el cruce de acusaciones, y se ganan al respetable desde el arranque el “número cuatro” de la lista del PP por Madrid y actual alcalde de la capital o el cabeza de lista del PSOE por Álava, Ramón Jáuregui (cuya mirada se distrae unos segundos pero pronto se reencuentra con el piloto rojo de la cámara).

Ninguno se sale del guión que se podía presuponer antes de que se sentasen en el “ruedo” improvisado en los Estudios Buñuel del ente público a las 22.10 horas de este día de la Almudena festivo en Madrid. Parece que el haber visitado por la mañana a la Virgen patrona de la capital en la ceremonia de la Plaza Mayor ha bendecido el salto de Alberto al coso nacional.

El regidor restituido por el PP para sus listas en estas generales y elegido por Mariano Rajoy para que participase en este debate llega preparado, máxime en la cuestión vital para la ciudadanía que lo observa que es la economía y el empleo. En la arena hay buen trato en todo momento, distinguiéndose con un “querido Alberto” o “querido Ramón”, pero también un cruce de reproches abiertos.

Bloque económico: “Nostalgia del 96”

Desde su primera intervención, Jáuregui acusa al PP de no haber ayudado al Ejecutivo socialista a sortear la debacle económica que ha atribuido a la “implosión del sistema financiero internacional”, ya que no la “ha generado” el Gobierno del que él ha sido ministro de la Presidencia. Jáuregui se retrotrae hasta los “pactos de La Moncloa” –porque es “el más viejo” de los dirigentes presentes en el debate- para señalar cómo el PSOE sí estuvo del lado de otras formaciones cuando hizo falta, y la ha contrastado con “la estrategia de cuanto peor, mejor” que impone el PP para “conseguir ganar las elecciones”.

El ministro vasco ha incluido por primera vez en el debate, algo que no hizo el candidato socialista a la Presidencia el pasado lunes, a la oposición en el rifirrafe por los cinco millones de parados. No obstante, en su continua rémora de la “nostalgia del 96” que achaca al PP, se enfunda las gafas y dispara: contra José María Aznar, por haber advertido 24 horas antes del riesgo de intervención de la economía española, ya que el PP durante sus mandatos “no saneó la deuda española”, dice; y contra la herencia recibida de esos dos mandatos populares. Reconoce: “Hemos creado tres millones de parados cuando hemos dejado de hacer viviendas”. “Los pactos son necesarios para superar la situación”, apostilla.

El alcalde de la ciudad recoge el testigo, primero con suavidad (“no vengo a hablar del pasado, sino del futuro), y después con garra: “Si los españoles nos dan su confianza, jamás diremos que la culpa viene de fuera, que la culpa la tienen otros”, porque hay que “asumir la responsabilidad” de cada cual. Expone medidas políticas y sentencia que el PP tiene “proyecto y forma de gobierno”. En una nueva interpelación, el alcalde-candidato al hemiciclo responde al ministro de la Presidencia: “Ustedes no lo hacen porque creen que no lo pueden hacer, otros países lo han hecho, pero lo fundamental es creérselo”. Y el candidato repasa logros de ocho años de mandato de Génova como el diferencial a cero con el bono alemán, que hoy “angustia” al país. Gallardón habla por primera vez en los dos debates de los agricultores y su agónica coyuntura, una iniciativa que explicita el PP en su programa donde pergeña la recuperación del Ministerio del ramo. “¿Nostalgia del 96?” Gallardón sí trae los deberes hechos para defender la gestión de los Gobiernos de Aznar. “No cites –le dice a Jáuregui- a Alemania o Francia, porque todos firmaríamos su tasa de desempleo. Vosotros habéis convertido este país en uno en el que ocho de cada diez parados europeos son españoles”, acaba el popular.

En su parte más endeble, Pere Macías i Arau tampoco ha deparado demasiadas sorpresas circunscritas bajo el epígrafe de “Economía y Empleo”. Favorecer el crédito a las empresas, modificar la aplicación de la Ley de Morosidad, la necesidad del pacto fiscal e impulsar el Corredor Mediterráneo desde el “primer día de la legislatura” forma parte del recetario económico de CiU para superar la crisis.

En el caso de IU, Llamazares se queja, llega “indignado” y no aparca la verborrea que tan llamativa le resulta en el estrado parlamentario para criticar las ayudas a los bancos y la poca participación de estos en la salida de la crisis o “la sinfonía del ajuste” y los recortes que a su entender se ha aplicado en el Gobierno del PSOE y se hará en un futurible del PP. Eso sí, cierra su primera alocución con un mensaje prometedor: “Debemos salir todos juntos, no por separado” de la intrincada situación que atraviesa el país. Otro de los temas olvidados en el “cara a cara”, menos ágil y dinámico que éste, es el de la corrupción y el fraude, que en esta ocasión se encarga de poner sobre el tapete el portavoz asturiano. Llamazares urge un plan de creación de empleo, también en paralelo al medio ambiente y la cohesión social. “Los ajustes en estos momentos nos llevan a una mayor crisis”, ultima. Llamazares acusa a PP y PSOE de “falta de credibilidad”, y lamenta que sea la “carta de Trichet” la que comande los designios de la economía nacional.

Erkoreka, por su parte, también da en el debate las píldoras de la “Euskadi abierta, solidaria, plural, capaz de convivir con otros pueblos” que preconiza la formación jeltzale. También señala que tras el anuncio de “cese de la violencia” por parte de ETA, que se produjo el pasado 20 de octubre, su formación impulsará un “nuevo periodo de esperanza” en la región vasca, ése que supone la “transición de la violencia a la democracia”, ha ilustrado. En lo tocante a la economía, el cabeza de lista peneuvista por Vizcaya, se copia la frase pronunciada por el propio Jáuregui para señalar que “Euskadi es para España lo que Alemania para Europa”, merced a la “política industrial” que instigaron gobiernos como los de los lendakaris Ardanza e Ibarretxe. La opone a la política del ladrillo que atribuye a los gobiernos del PP y a la mala gestión de la economía que hicieron los postreros del PSOE.

El marco social: la hora de los recortes

El representante vasco da en la clave en el segundo de los bloques del debate: “Nadie en el arco parlamentario quiere desmantelar el Estado del Bienestar”, pero además de en el mantenimiento de la sanidad, la educación y las pensiones y su sostenibilidad que todos repiten en sus discursos, “hay que poner énfasis en su calidad”. Y lo ejemplifica con el sistema educativo, que se vuelve loco con tanto plan distinto de cada gobierno. Así que apela al pacto educativo para torpedear el fracaso escolar.

En este apartado, Gallardón es contundente. "Preservaremos la calidad de los servicios públicos”, garantiza el dirigente popular. “Combatiremos el elevado fracaso escolar del 30%, no habrá copago sanitario, se velará por la “generación de jóvenes más formada” de España y nunca más en la historia de España se congelarán las pensiones, ya que el PP garantizará por ley la revaporización de las pensiones”. Apuntilla: “Educación, sanidad y pensiones son básicos para el PP, son esenciales y el PP se compromete a que no sean afectadas por la crisis económica”.

Pero el dirigente de IU despotrica contra “los recortes injustos”, “el Estado del medioestar porque la parte rica del país no contribuye al bienestar” y plantea una reforma fiscal solidaria para que los impuestos de las grandes fortunas reviertan en la calidad de la educación y sanidad y los servicios sociales”.

El pacto por la sanidad, tras el de la educación planteado por Erkoreka, es cosa de Macías en esta mesa. Defiende la competencia autonómica como la de Cataluña para vehicular los servicios sociales, como la educación y sanidad y dice que la región está “gravemente castigada” en lo que a redistribución solidaria se refiere.

“Sus palabras no tienen nada que ver con la realidad -reprocha Jáuregui al alcalde-“ y apela a ejemplos como la Comunidad de Madrid que ya “están privatizando la sanidad”... “Alemania congeló las pensiones tres años - ejemplifica el ministro- y lo importante para el pensionista es ir más allá de su demagogia ya que el sistema es viable y seguirán recibiendo su dinero en el siglo XXI”. “Lo que este gobierno ha hecho con la reforma de las pensiones –replica a Llamazares- es dar seguridad a los pensionistas para los próximos 25 años”. “La sanidad, Alberto, ya está generando déficit y los presupuestos autonómicos son inferiores al gasto. Nuestro partido tiene soluciones para la sostenibilidad sanitaria, y el vuestro, yo se lo digo, recortes y privatizaciones. Lo suyo son palabras, desgraciadamente sólo eso”, dice Jáuregui en una réplica que recuerda mucho a las del “interrogador” Rubalcaba a Rajoy.

Gallardón lanza un guiño contra Duran i Lleida (cabeza de cartel de CiU) cuando denostó a los agricultores andaluces que están en el bar y cobran el PER cuando responde a Macías que “no se puede ser una isla de riqueza rodeada por la pobreza y que el progreso de Andalucía es bueno para Cataluña y para Andalucía”. Al ministro le dice: “Entiendo su frustración, señor Jáuregui, porque ninguna comunidad gobernada por el PP ha recortado los servicios sociales, no confunda ideología y acción”. Y suscribe ante Erkoreka: “La educación no debe depender nunca de la alternancia de gobierno”.

Otras políticas: el 15-M, el sexto actor

Más presente que nunca han estado ciertas peticiones voceadas por los miembros del movimiento 15-M en este tercer apartado, marcado por los mensajes distintos con que cada partido ha recibido el anuncio de cese de la violencia etarra y las propuestas para regenerar ciertos organismos del Estado y el propio sistema electoral.

Es el ministro vasco el que saca a relucir, en un día en el que ha acompañado a Alfredo Pérez Rubalcaba de mítines por el País Vasco, que el anuncio de ETA supone “una victoria de la sociedad a las que se ha llegado por el esfuerzo de muchas voluntades” y de una política que reivindica como “constructora de la paz”. El PSOE tiende la mano al que da como ganador de las elecciones para “construir” el nuevo tiempo. Erkoreka recoge el relevo para trabajar la concordia y recuerda que no hay que atribuirse méritos concretos ni partidistas, sino que es un triunfo colectivo. “El anuncio no es suficiente, sólo lo será el día de la disolución”, ha aseverado Ruiz-Gallardón, que ha pedido que nadie se cuelgue medallas, porque “no es momento” de eso, sino de la unidad. Llamazares sí ve una conquista de la sociedad democrática y reivindica también la primacía de la política sobre cualquier otro mecanismo sobrel a violencia. En el caso de CiU, se tilda el cese como una “buena noticia”, pero Macías advierte que “de la paz a la reconciliación hay un largo camino”. La política penitenciaria o las concesiones a la banda no se abordan.

El de IU pone el acento en tres problemas: “No hay derecho a la corrupción política y que empañe la imagen de todos y afecten a la credibilidad de los ciudadanos”, destaca “la contaminación bipartidista de todos los organismos del Estado y el conflicto bipolar que acarrean”, y la última reforma de la Constitución sin someterla a referéndum. Pide consultas ciudadanas, como también lo hace el PNV.

Es la hora de sacar pecho de la gestión realizada para Jáuregui, que espera que con las elecciones no se vaya hacia atrás en el “avance moral y cívico” conseguido sobre los derechos de los homosexuales, discapacitados e inmigrantes. También cita la televisión neutral y plural en la que se hallan todos, y lanza el envite al PP: “No es razonable” que presenten recursos a la Ley de Igualdad, a la de Libertad Religiosa, a las bodas gays...

Gallardón pide acabar con la politización de la Justicia y volver al nombramiento profesional como la Constitución previó y una Fiscalía absolutamente independiente del Gobierno, además de suprimir las duplicidades en las administraciones.

Macías añade un tema candente, la preocupación por la lengua, o la imposición al 50% a TV3 para que sea bilingüe. Jáuregui mira “con envidia” el bilingüismo catalñan y se alinea con Macías en ello, como vasco, y sacude otro espantajo que en su día hizo mucho daño al PP: su ferviente anticatalanismo que, a su entender, “ha fomentado el separatismo”. “Nosotros queremos más autogobierno”, recalca Erkoreka.

Y Gallardón, que es consciente de la importancia de los tiempos televisivos, se ha dejado su alocución para el final. “Para poder competir no podemos segmentar nuestros mercados, la unidad de mercado no es incompatible con las competencias autonómicas, el PP defiende el trilingüismo, y en un Estado de Derecho protestar porque se invoque la Constitución y se reclame que sea el Tribunal Constitucional el que decida sobre ciertas materias no puede ser objeto de protesta”. “Creo que el que lo hace tiene miedo de que lo que se ha hecho no se adecue a la Constitución”, zanja el candidato popular.

La salida de la crisis en la salida del debate

Broche de oro de los cinco: Erkoreka apela a que hay que votar en Euskadi a los que defendieron que es más que ETA y terrorismo y supieron poner en alza sus valores positivos; Macías dice que en estas elecciones está en juego el pacto fiscal y que los catalanes continúen pagando por el resto (termina en catalán y María Casado, la moderadora del debate, le hace la traducción simultánea, ante un gesto rabioso del político); Llamazares apela a no “desesperar ni ir a la abstención” y al derecho a cambiar de voto; Gallardón sostiene que el 20-N “lo que está en juego no es un partido sobre otro, sino la posibilidad de que España salga de la crisis y generar empleo”, para lo que dice que el PP no lo hará solo sino que consensuará a las fuerzas políticas y a toda la sociedad; y Jáuregui asegura que “España puede, porque tiene las condiciones para salir de la crisis, pero que la pregunta es si con fractura social y destruyendo su modelo de bienestar y con salarios baratos o no. Apela a la tarjeta de presentación de los socialistas para que los ciudadanos confíen en este partido, ya que “los grandes logros de la historia del Bienestar en España” los consiguieron gobiernos socialistas.

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