La portavoz y fundadora de UPyD nunca tuvo pelos en la lengua y eso le costó el enfrentamiento con algunos colegas de partido. Ese, el PSOE, del que fue militante hasta 2007 y en el que llegó a postularse como candidata a la Secretaría General, en ese mismo congreso en el que José Luis Rodríguez Zapatero se alzó como nueva cabeza visible de los socialistas.

Toda esa experiencia y esa convicción fue lo que le llevó a mostrarse cada vez más crítica con las relaciones de su antiguo partido con el PNV y la banda terrorista, sobre todo, durante las negociaciones de 2005 y 2006 con la banda. Previamente había apoyado el acercamiento de presos de la banda por parte del gobierno de Aznar en 1999, lo que desencadenó las críticas dentro de su propio partido.

Fundadora de UPyD

Finalmente decidió abandonar las filas del PSOE en verano de 2007 para formar parte de la Plataforma Pro (nacida de «Basta ya!»), que un año más tarde se convertiría en la formación Unión, Progreso y Democracia (UPyD). Con este partido Rosa Díez se presentó como cabeza de lista al Congreso en la generales de 2008, obteniendo un solo escaño que a la joven, aunque políticamente veterana formación, le supo a victoria.

Anteriormente, la actual candidata de UPyD a la presidencia del Gobierno había ocupado puestos de responsabilidad en UGT y había sido europarlamentaria (1999-2007) bajo las listas del PSOE. También se presentó a las primarias del partido socialista de Euskadi en 1998 para la elección del candidato a lehendakari, pero fue derrotada por Nicolás Redondo.

Lectora complusiva, cocinera convencida

Hija de un obrero metalúrgico socialista, condenado a muerte durante el franquismo (su pena fue finalmente conmutada), Rosa Díez se define a sí misma como lectora compulsiva («cada estado de ánimo requiere un libro»), apasionada de la libertad («la libertad en concreto, no solo las libertades en abstracto») y afortunada por «hacer coincidir casi siempre lo que quiero hacer con lo que creo que debo hacer».

Aficionada a la cocina, recurre frecuentemente a la metáfora culinaria para elaborar lo que ella considera su «receta política» para España. No en vano, Díez considera que en la cocina, al igual igual que en la política, «obetener el éxito casi nunca es casual».