¿Puede John Kasich batir a Donald Trump?

Cualquier resultado diferente a una victoria clara en Ohio hubiera sido un desastre para Kasich, que es el gobernador de este estado. Pero el candidato lo ha utilizado para situarse como el único capaz de frenar a Trump.

El «establishment» del partido republicano ha visto como -desde Jeb Bush a Marco Rubio - sucumbían al torbellino populista de Trump. Por desesperación o por falta de opciones, el partido mira ahora a Kasich como tabla de salvación.

¿Tiene Kasich opciones reales? Los números dicen con claridad que no. El candidato de Ohio ha obtenido por el momento 143 delegados, por 673 de Trump y 410 de Ted Cruz, el candidato más conservador y que no goza del favor del ‘establishment’. Solo ha ganado en Ohio y una remontada que le permita conseguir los 1.237 delegados necesarios para una mayoría en la convención de julio es virtualmente imposible. En estos momentos, los mejores de toda su campaña, Kasich tiene un apoyo a nivel nacional del 12%, frente al 36% de Trump y el 22% de Cruz, según «RealClearPolitics».

Su única opción es ganar los delegados suficientes como para que Trump no obtenga la mayoría que le daría la nominación directa en la convención. «El plan es ganar Ohio y algunos otros estados. Si eso ocurre, nadie va a tener los delegados suficientes como para ganar la nominación en la primera votación», explicó a Reuters John Weaver , el estratega jefe de la campaña de Kasich. Su equipo también cuenta con que ahora será más fácil impedir el avance de Trump, porque quedan menos estados en los que el ganador se lleva todos los delegados y más en los que el reparto es proporcional.

En opinión del estratega republicano Ford O’Connell , «solo hay dos opciones: o Trump consigue la mayoría de delegados, o nadie lo consigue». Es en el segundo escenario, el de una convención abierta, en el que emergería Kasich, como una opción más centralista que Ted Cruz para liderar el «todos contra Trump».

Una convención de este tipo, en la que no se nomina a un candidato en primera votación, sería una rareza, no ocurre desde 1952. Pero, al mismo tiempo, sería un reflejo fiel de la polarización y ruptura del partido republicano, en el que los candidatos que quedan son un populista que galvanizaría el voto demócrata, un ultraconservador especializado en ganar enemigos en su propio partido y un gobernador amable que ha convencido a muy pocos votantes.

En la hipotética convención abierta, Kasich podría valerse de su carácter moderado para alistar a todas las corrientes opositoras a Trump. Ya consiguió que Marco Rubio pidiera el voto para él en Ohio y Mitt Romney, candidato republicano en las elecciones de 2012, le ha dado su apoyo. Kasich también repite siempre que puede que él es el único capaz de derrotar a Hillary Clinton en la elección final. Varias encuestas le dan ventaja frente a la ex secretaria de Estado en un uno contra uno, mientras que ésta se impondría a Trump y empataría con Cruz . Pero para que eso ocurra, Kasich tendrá que respaldar estas teorías con mejores resultados y demostrar que su victoria en Ohio no solo ha sido por jugar en casa. El próximo partido, el martes que viene en Arizona y Utah.