«Tenemos que mostrar al mundo que las mujeres y los latinos sí apoyamos a Trump»

El movimiento que encabeza, «Latinas for Trump», está formado por mujeres y además de origen latino, dos sectores a los que muchos consideran que el candidato republicano ha ofendido. ¿Por qué, en cambio, ustedes lo apoyan?

Porque las mujeres y los inmigrantes no necesariamente se sienten ofendidos. Cuando Trump hizo los comentarios sobre los ilegales que llegan y se quedan, no generalizó, sino que hablaba de los que llegan con malas intenciones. Para mí, este movimiento nace de una necesidad de mostrar al mundo que no es cierto lo que quería mostrar el Partido Demócrata, como maniobra para manipular la percepción de estas elecciones.

¿Está usted de acuerdo con el muro en la frontera con México que propone Trump?

Estoy completamente de acuerdo. Es un poco hipócrita por los medios y nuestra sociedad decir que no deberíamos considerarlo, sobre todo con el fenómeno de los refugiados que vemos en Europa. No es que todos sean malos, pero hay que vigilar y saber con quién vamos a coexistir. Para mí, el muro significa un poco más de compasión, para que el Gobierno mexicano se ponga los pantalones y atienda mejor a sus ciudadanos, para que no sigan emigrando para acá. Dicen que este es un país de inmigrantes. Yo digo «un país de inmigrantes… americanos», que están tan agradecidos que primero se ponen la bandera americana, porque gracias a ella pueden continuar con su herencia acá y encuentran lo que no tienen en su país.

¿El muro significa compasión?

Al que venga a hacer las cosas bien no le debe preocupar una pared. La pared es para el comercio de los «coyotes» y la explotación de personas, niños y mujeres, que quieren pasar a Estados Unidos. Por eso yo veo el muro como un punto de compasión, para que todo el mundo entienda que hay que hacer las cosas correctamente para que nadie termine como ciudadano de segunda mano.

Me parece también muy hipócrita que México tiene una de las leyes de inmigración más estrictas del mundo. Están deportando cubanos y son poco tolerantes para los sudamericanos y centroamericanos. Y no hay un «Obamacare», un plan de salud para ayudar a todo el mundo. ¿Cómo exigen lo que ellos no dan? En este país, que es un país bueno que provee, es hora de cuidar lo que tenemos.

En cuanto al polémico video que se conoció hace unas semanas…

Sí, lo sé, los comentarios … ¿Por qué esperaron tanto tiempo [para hacerlos públicos]? Son indefendibles. Pero hay otras cosas indefendibles, como lo que hizo el señor Bill Clinton en la Casa Blanca, ni más ni menos. Era una conversación entre dos hombres. Lamento decir que las he escuchado peores en restaurantes, hasta en el trabajo, y no creo que deba ser ahora el punto de encuentro para las necesidades de este país. ¿Te vas a preocupar a la hora de votar por lo que surgió entre [la ex miss Universo] Alicia Machado y el señor Trump, y no pensar que con Trump vas a pagar menos impuestos, que se va a reorganizar un establishment ? Me parece insólito y por eso, con mucho orgullo, me paro y lo defiendo.

No es tanto al señor Trump, sino lo que él representa, América y los valores conservadores, aunque, como cualquier persona, tuvo sus tropiezos. Si quitaras a Trump y pusieras a Cantinflas, pero representara pagar menos impuestos, tener un plan médico que realmente pueda pagar, que las corporaciones se puedan regular de manera que me puedan volver a contratar al salario que yo merezco, entonces votaría por Cantinflas. Mientras, existe una candidata que es sinónimo de los grandes dictadores, como Chávez o Kirchner.

Le quería preguntar si ese vídeo y las mujeres que denuncian que sufrieron acoso de Trump habían hecho variar su postura, pero entiendo que no.

No. Todo el mundo puede hacer una acusación, pero no hay nada concreto, ninguna tiene un reporte de policía, lo están enjuiciando en la opinión pública, de manera tergiversada. En cambio, el esposo de Hillary Clinton sí fue acusado de perjurio. Ella tiene un sinfín de cosas: lo del servidor gubernamental en su casa , que negó un sinfín de veces, y destruyó evidencias. Está jugando con el sistema, nos está mostrando que está por encima de la ley. Son las prácticas de Kirchner en Argentina, Chávez en Venezuela o Castro en Cuba, y la gente se quiere cegar con estas otras boberías.

¿Cómo ha sido su trato por Trump, como mujer y como latina?

Él es un tipo simpatiquísimo y supertransparente, que es el problema. En el mundo de la política son muy malintencionados. Tuve la oportunidad de sentarme a hablar del tema de Cuba, de la mujer... Es muy cálido, no el personaje fuerte, disciplinario. Aunque es lo que debe tener un país, no el charlatán de Obama, que nadie toma en serio, que llega a un país y ni siquiera lo van a recoger, como en Cuba o China, que tuvo que bajarse por la parte trasera del avión. El mundo está en contra del señor Trump, pero si pusieran con el ISIS (el autodenominado Estado Islámico) el esfuerzo que le están poniendo al señor Trump, le habríamos vencido hace mucho.

¿Cómo surgió la idea de crear «Latinas for Trump»?

En el momento que lo vi en el primer debate, me encantó. Me pareció que no tenía nada que perder. Al contrario, dijo que había comprado a unos cuantos políticos que estaban en la tarima con él. Entonces, cuando empezó a surgir este problema de que las latinas o los latinos no simpatizaban con él, yo acababa de ver una película en la que Sandra Bullock es una estratega política que trabaja con un político al que le hicieron la misma campaña y se me ocurrió: esto no es cierto, tenemos que crear una comunidad para mostrarle al mundo que las mujeres sí lo apoyan, y los latinos y las latinas también.

El mundo de la política es nuevo para mí, no me gusta nada, pero estas elecciones son decisivas. Cuatro años más del legado de Obama serían fatales. A mí no me interesan 197 dólares al mes en cupones de alimentos, eso que se lo den a las personas que realmente lo necesiten. Yo quiero la oportunidad de trabajar, de echar adelante. Este es un país de prosperidad. Hay una campaña contra las personas ricas y todo es que tenemos que ser iguales. No podemos ser todos iguales, porque por naturaleza somos egoístas.

¿Recibe apoyo económico o de otro tipo por parte de la campaña de Trump?

Para nada, yo he hecho esto solita. La campaña de Trump me fue a contratar y yo veía que ellos no entendían lo que se debería hacer con los hispanos. Al entrar en la campaña uno tiene que someterse a ciertas reglas. Yo me quería mantener autónoma, que no llegaran a decirme «no se puede decir esto o lo otro». Yo voy a decir lo que tenga que decir cuando sea necesario.

¿Cuántas personas forman parte ahora de este movimiento?

En la página hay 4.000 y pico personas, pero sé que son más. Muchas me dicen: «Mira, no me apunto porque se ofende mi marido, las personas me ofenden…». Tristemente, el demócrata habla mucho de liberar a personas, pero cree mucho en censurar. Cuando no están de acuerdo contigo, te quieren callar la boca o humillar, y eso no está correcto. Apoyar a Trump significa ser racista, deplorable, como diría Hillary Clinton. Sin embargo, ella apoya a personas que tiran a los homosexuales de los edificios, tienen a las mujeres como ciudadanos de segunda mano, se casan con niñas de nueve años...

¿Han sentido de manera explícita esos ataques?

Sí, por todos lados. Un amigo mío gay un día me dice: «Es más fácil salir salir del clóset que decir que tú apoyas a Trump». Y yo dije: «Tenemos que cambiar eso, porque esto es un país libre».

¿Hasta qué punto será decisivo el voto de los latinos en estas elecciones?

No solamente el voto latino, sino que aquí viene en juego el voto independiente. Esto es una guerra en contra del establishment de los dos partidos, demócrata y republicano, que no han hecho absolutamente nada por este país. El independiente que está pasando trabajo, que quiere sacar adelante este país de nuevo, que quiere que este país sea lo que fue.

¿No cree que haya un voto latino propiamente dicho, sino que a los hispanos les preocupa lo mismo que al resto?

No, definitivamente. Somos los que vamos a determinar, pero no porque seamos latinos, hombres o mujeres, sino por la necesidad de este país, que ahora tiene 45 millones de personas en pobreza y 47 millones viviendo del programa social, un número insólito para los Estados Unidos.

No obstante, ¿los mensajes de Trump ahuyentan a parte de los votantes latinos?

Sé que él es a veces un poquito brusco, pero muy transparente. Pero el que se quiere ofender, se ofende, y si dice «azul», critican que haya dicho «azul». Ahora le acusan de ser responsable de los Wikileaks y estar en conjunto con Putin y Julian Assange para acabar con las elecciones. Perdóneme, señora Clinton, su trayectoria como mentirosa y corrupta, y esa pila de escándalos que todavía están en vitrina, son algo concreto y por lo cual en estos días la pelea está reñida. Están empatados a pesar de los billones de dólares que se ha gastado Clinton. Él no es la amenaza; la amenaza es ella.

Antes decía que hay una lucha contra el establisment…

Sí, los demócratas y los republicanos nunca han trabajado juntos para enmendar las leyes de inmigración y ahora de repente se juntan para ir contra este hombre. Cuando veo a estos republicanos que apoyan a la señora Clinton, pienso: «¡Qué basura estas élites, pensando en ellas nada más!».

¿Este divorcio con el aparato republicano puede llegar a ser positivo para la campaña de Trump?

Va a ser positivo para nosotros. Estas elecciones han abierto los ojos a la gente, sobre todo respecto a lo comprados y vendidos que están los medios, la falta de información imparcial. Los republicanos están mostrando que ellos solitos se han destruido. Y en el Partido Demócrata, el candidato tenía que haber sido Bernie (Sanders). Esta contienda tenía que haber sido entre Bernie y el señor Trump. Qué casualidad, ambos son independientes.

A pesar de que las encuestas venían dando ventaja a Clinton, ¿habrá sorpresa al final?

Yo creo que sí, el mundo está despertando. Lo vimos en Inglaterra y en Colombia. Es hora de abrir los ojos y confiar en la intuición de uno, y no dejarse llevar por los partidos, porque los partidos te parten.