El ajuste de gasto, inevitable en la nueva legislatura

Otra de las características del nuevo Gobierno, según su presidente, es que tiene un marcado perfil político, lo que no supone una buena noticia para el mundo económico o la inversión. No obstante, prácticamente una decena de ministerios, incluidas las cuatro vicepresidencias, son de carácter económico, lo que puede tener una doble lectura. Por un lado, la importancia que la economía va a tener en esta nueva legislatura, y otra no tan positiva, sobre el posible intervencionismo... cuanto más ministerio económico, más normativa, y más regulación.

No obstante, habrá que esperar a que comience a andar, a que conozcamos los segundos espadas –para saber si estos sí tienen un perfil más técnico–, e incluso aguardar a saber si finalmente Nadia Calviño es elegida para presidir el Banco Europeo de Inversiones, y se produce un reajuste en el Ejecutivo, para poder hacer un análisis más riguroso sobre hacia donde puede ir esa política económica. Aunque mucho me temo que el continuismo será la tónica, o al menos eso es lo que pretende el presidente del Gobierno.

Es cierto que en la última legislatura, y a pesar de la disparada inflación, la economía no ha jugado en las urnas en contra del Gobierno socialista, como sí lo hizo en otras épocas, y si no qué se lo digan a Rodríguez Zapatero. Y no ha jugado en contra porque la lluvia de dinero europeo y el standby de las reglas fiscales ha permitido a Sánchez aprobar medidas anticrisis y regar con miles de millones de euros a los ciudadanos. De hecho, en cuanto puede el presidente saca pecho y compara el crecimiento español y la inflación con la de nuestros vecinos europeos. Bueno, de la inflación dejará de hablar en breve porque el IPC europeo se ha situado en octubre en el 2,9%, frente al 3,5% de España. Pero es cierto que durante unos cuantos meses la economía española ha estado ganando competitividad respecto a sus socios europeos y eso es importante. Y también lo es que aunque fuimos los últimos en recuperar el PIB previo a la crisis, ahora estamos creciendo más que la mayoría de nuestros vecinos. Miremos a Alemania, especialmente afectada por su dependencia del gas ruso y el parón industrial.

Haríamos mal, por tanto, en no reconocer que la economía española ha resistido mejor de lo previsto. Pero esto no puede hacer olvidar al nuevo gabinete que el escenario que se avecina exige moderación en el gasto. En primer lugar porque la moderación de la inflación trae aparejada la desaparición de los ingresos extra que genera. Y en segundo porque las reglas fiscales vuelven a Europa, y es necesario reconducir el déficit por debajo del 3% y la deuda a niveles más asumibles teniendo en cuenta el nuevo escenario de subida de tipos de interés. Si a esto sumamos los caros compromisos que Pedro Sánchez ha adquirido con sus socios de investidura, más le valía que hubiera empezado reduciendo el tamaño del Gobierno para comenzar a dar ejemplo.

El presidente y su abultado gabinete no pueden actuar como si aquí no hubiera un mañana y el dinero lloviera del cielo. Por mucho que suban los impuestos, el ajuste del gasto será imprescindible para adaptarnos al nuevo escenario europeo.