La vorágine de alzas de los alquileres condena a los jóvenes a compartir piso a precio de oro
La demanda de habitaciones se dispara y los propietarios perfilan sus inmuebles para este mercado con el fin de esquivar futuras intervenciones como las límitaciones de subidas del 2% a los arrendamientos tradicionales
El precio del alquiler llega a su máximo histórico tras la intervención del mercado y no tocará techo en 2023
Madrid
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Iniciar sesiónUna generación nacida entre dos crisis que lleva a cuestas la pesada carga de la inestabilidad económica y laboral, y que ahora arrastra a otra a la que también se le dificulta el acceso a la vivienda en las grandes ciudades, los focos donde se ... concentra la mayoría del empleo cualificado en España. El precio del alquiler y de compra toca máximos en muchas capitales de provincia y los jóvenes se quedan sin opciones para independizarse. Una adversidad que les obliga a eternizar la vida de estudiante y compartir piso con otros inquilinos. Y no precisamente a precio de ganga.
El mercado del alquiler de habitaciones cobra ya la misma dinámica selvática que el del arrendamiento tracicional en ciudades como Madrid o Barcelona. Los anuncios de habitaciones duran horas en los portales inmobiliarios a pesar de que los precios no sirven para abrir el apetito. En la capital se paga de media para compartir vivienda 430 euros y en la ciudad condal llega a 460 euros el importe que los inquilinos deben afrontar de manera mensual, según los datos de Pisos.com. En estos dos focos se concentra el 45% de la demanda en esta modalidad.
Todos los indicadores son desorbitados. Entre los expertos inmobiliarios consultados por este periódico existe un consenso claro sobre que el mercado de habitaciones se ha mimetizado con los de alquiler y compra. Antes de la pandemia, el arrendamiento por habitación vivía un auge que vino empujado por la concentración del empleo cualificado en las grandes capitales, pero la pandemia y el teletrabajo lo desinflaron. Solo fue un impás. Hoy no es extraño que un casero pida una mensualidad de más de 600 euros por una estancia en un piso de tres habitaciones cuando se trata de zonas céntricas. Incluso aunque el inmueble sufra un notable deterioro. Un precio por el que se podría acceder a un alquiler completo en capitales de provincia más pequeñas. Incluso hace no tanto en las principales urbes.
El vicepresidente y jefe de negocios y operaciones de Spotahome, Eduardo Garbayo, señala a este periódico que entre finales del año pasado y principios de 2023, la demanda de habitaciones se ha disparado cerca de un 40%. «En cualquier ciudad y zona de la misma donde publiquemos , si el precio es razonable, se alquila en seguida». En Barcelona, esta plataforma alquila a una media de 603 euros al mes y en Madrid a 558 ; Palma de Mallorca (516 euros), Santa Cruz de Tenerife (510 euros), Sevilla (488 euros) o Málaga (457 euros) son otras grandes capitales españolas donde el esfuerzo que hace el inquilino es descomunal.
¿Los motivos ? «Si suben los apartamentos, también lo hacen las habitaciones y una habitación en un piso compartido puede llegar a ser un 60% más barato que un piso completo», señala Garbayo a la vez que reconoce que hay una mutación en el perfil de inquilino que se decanta por esta modalidad. «El 40% de la demanda de habitaciones procede ya de un rango de edad entre los 25 y 35 años y hemos llegado a un 7% de personas por encima de los 45 años que alquila en nuestra plataforma».
No es solo una consencuencia de los precios imposibles de los alquileres. «Hoy el inquilino prefiere vivir con gente de su edad y estilo de vida para no aislarse en un estudio o apartamento fuera de la ciudad», destaca Garbayo.
Desde la plataforma digital especializada en alquiler a medio y largo plazo también aseguran percibir una avalancha de propietarios que apuestan por la modalidad de arrendamiento de media duración (entre 6 y 12 meses). Aseguran haber añadido 20.000 caseros más en los últimos meses y lo atribuyen a «la rentabilidad superior al del alquiler vacacional que ofrecemos y a servicios de seguridad de impagos y de gestión completa del inmueble».
No reconocen en este nuevo escenario, sin embargo, ningún condicionante relacionado con las intervenciones de los precios de los alquileres que el Gobierno habilitó hace un año, como sí han hecho otros agentes inmobiliarios.
El límite del 2% a las rentas del alquiler que se extenderá, al menos, hasta 2024, ha provocado que buena parte de los caseros que han podido prescindir de inquilino, hayan apostado por otro tipo de arrendamiento. El alquiler de media duración y el vacacional han sido dos de los trasvases favoritos, pero también el de habitaciones. Los tres ofrecen la misma ventaja para el propietario: escapan de cualquier límite a la subida de renta y de la congelación de los contratos durante seis meses vigente desde principios de año.
Doble efecto
Las intervenciones han producido un doble efecto en el alquiler tradicional. Los caseros suben más el precio del alquiler en los nuevos contratos por miedo a que los límites al alquiler se extiendan (el Gobierno ya estudia su perpetuación para la ley de vivienda) y desincentiva la puesta en el mercado de nuevos inmuebles.
Los caseros presentan 2.000 reclamaciones al Gobierno por el límite del 2% a la subida del alquiler
Daniel CaballeroAsval, la asociación del ramo, ha remitido la documentación al Ministerio de Transportes reclamando compensaciones por el daño patrimonial ocasionado
El director de estudios de pisos.com, Ferran Font, señala como ejemplo el alud de herencias producido en pandemia, que sin embargo no se ha materializado en un gran aumento de stock en los alquileres. «A los posibles caseros les llega el ruido de intervenciones, impagos, de pisos okupados y esto hace que acudan al mercado de la compra para ahorrarse problemas».
Según Idealista, a final del año pasado el stock de viviendas en alquiler en España descendió al 0,85%, su nivel más bajo desde mayo de 2020 (0,77%).
¿Hay una fórmula mágica para desatascar el mercado del alquiler y facilitar el acceso a los jóvenes? «La solución se basa en la colaboración público-privada, a través de concesiones a largo plazo en alquiler», señala Hortensia Bermejo, profesora de Finanzas de ESIC. Pero no parece que pueda llegar a corto plazo. «Actualmente el coste de construcción es muy elevado para garantizar rentas muy por debajo de mercado».
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