La vivienda abre sus puertas a la eficiencia y la industrialización

La transformación en el ámbito residencial busca el mayor grado de conciliación laboral y familiar, un aspecto que destaca Susana Rodríguez, CCO y directora ejecutiva de Living en la consultora Savills, asegurando que «una tendencia clave del último año es la búsqueda de una separación entre los espacios personales y de trabajo dentro de la propia vivienda o a través de espacios comunitarios de coworking». Para conseguir la plena funcionalidad, la arquitectura apuesta por la apertura, «donde los usos están menos definidos y compartimentados y donde prevalecen la flexibilidad y la polivalencia», matiza Mata. Teletrabajar y disfrutar del tiempo libre en familia no son en absoluto incompatibles, y la creatividad juega a nuestro favor: «El 'home office' lleva la imaginación al límite, por ejemplo, transformando el hueco de la escalera en una pequeña oficina móvil», sugiere Miguel Pinto, director gerente del Clúster de la Edificación.

A la hora de encontrar el hogar ideal, la sostenibilidad juega un papel cada vez más importante, y no solo por el ahorro en las facturas de suministros que implican actuaciones como cambiar los cerramientos o instalar sistemas de climatización que funcionen con energías renovables, sino porque el impacto de una vivienda poco eficiente en el medio ambiente nos preocupa. «Los proyectos inmobiliarios con certificación sostenible se venden más rápido e incluso han dado origen a un nuevo comprador e inversor para el que estos certificados son un requisito mínimo para adquirir o no una vivienda», asegura Carolina Roca, presidenta de la Asociación de promotores inmobiliarios de Madrid (Asprima). Evitar que la edificación residencial se siga comportando como un depredador energético y minimizar sus emisiones pasa por «la búsqueda de materiales que alarguen la vida útil de las viviendas y mejoren la eficiencia energética y el tratamiento circular del agua y de los residuos», anuncia Rodríguez.

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Uno de los proyectos más paradigmáticos que hemos visto este año ha sido el Edificio Piloto Sostenible, que incluye todas las medidas de sostenibilidad del mercado y a un precio asequible. La iniciativa, llevada a cabo por un equipo multidisciplinar liderado por CIP Arquitectos, está llamada a convertirse en «un modelo industrializado replicable que contribuya a la descarbonización del sector», según Pinto, que enumera algunas de las medidas de eficiencia energética que contempla: paneles fotovoltaicos, aerotermia, equipos para disminuir el consumo de agua y recoger pluviales, elementos constructivos con baja huella de carbono, diseño modular, cubierta ajardinada…

Sin tecnología resulta complicado hacer frente a los desafíos que el mercado de la vivienda tiene por delante, y las compañías que se dedican a ello lo tienen muy claro. El ecosistema 'proptech' cobra relevancia, alumbrando herramientas de nicho muy interesantes. A modo de ejemplo, Rodríguez valora «el desarrollo y uso de la tecnología para una gestión eficiente de los alquileres de alta rotación, donde se requiere de mucha agilidad para acortar los tiempos de comercialización, entrada y salida de inquilinos, reparaciones o incidencias de cualquier tipo».

Uno de los campos tecnológicos que promete acelerar su recorrido es la industrialización. Roca pone el acento en ventajas como «reducción de tiempos, escalabilidad, incorporación de la mujer y de los jóvenes al sector, menos siniestralidad, menos residuos y, por supuesto, una mayor sostenibilidad en el proceso de construcción o rehabilitación». La construcción modular con elementos preconstruidos en fábricas ha comenzado por fachadas y baños, «que se ensamblan en las viviendas y eliminan los problemas postventa que suelen generarse en las zonas húmedas», opina Rodríguez. Las empresas están asimilando el proceso industrializado en sus elementos para integrarlos en obra y pone así los cimientos de una nueva era.