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Las viejas trincheras condenan a Europa a ocupar un segundo plano en la nueva economía

La dispar aplicación de las normativas comunitarias y la falta de unidad de acción entre los países frustran todo el potencial del Viejo Continente para competir en un contexto global convulso y cambiante

Enrico Letta aboga por acabar con «la fragmentación» del mercado europeo para combatir las políticas de Trump

La ausencia de campeones 'paneuropeos' resta músculo para innovar en tecnologías clave
Laura Montero Carretero

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Europa cuenta con bazas a su favor para situarse a la cabeza en la carrera por la hegemonía mundial, pero corre el riesgo de acabar relegada al pelotón por culpa de la fragmentación del mercado interior, un lastre histórico que debilita su poder negociador y ... amenaza con llevar su capacidad de innovación al carril de desaceleración. Los más de 450 millones de habitantes del continente representan un auténtico filón de cara a generar escalabilidad, pero el potencial se diluye a causa de un bloque que se comporta como una unión de países donde cada uno busca maximizar su interés. La divergente aplicación de la normativa común por parte de las autoridades nacionales es un reflejo de la falta de una unidad de acción con la que plantar cara a contendientes como Estados Unidos o China, que se reparten el liderazgo de las tecnologías clave de nuestro siglo.

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