Cuando el viaje soñado es gratis: el intercambio de casas se consolida

Este modelo turístico ha dejado de ser una alternativa casi desconocida para ganar su espacio como opción turística económica, tranquila y sostenible

Home Exchange es la web más grande del mundo de intercambio de casas presente en 159 países. No existe intercambio de dinero entre propietarios, que pagan una cuota de 149 euros al año por operar y contar con los servicios de esta plataforma ABC

Charo Barroso

Alojarse seis días en París en plena Navidad, en un coqueto apartamento a quince minutos de las zonas más turísticas de la ciudad del amor, y a coste cero, es posible gracias al intercambio de casas. Un modelo que cada año se consolida como ... una fórmula económica y responsable de viajar: ocho de cada diez españoles conocen esta modalidad turística y son los menores de 45 años quienes muestran un mayor interés e intención por utilizarla en un futuro próximo. Entre las ventajas destacan el aspecto económico, siendo la gratuidad del intercambio el principal beneficio para el 64% de los españoles, así como la posibilidad de acceder desde una misma plataforma a multitud de destinos, algo reconocido por el 31% de los encuestados en el estudio sobre intercambio de casas realizado por Home Exchange, que también señala que este sistema ha aumentado un 650% en este puente de diciembre.

Y es justo en esas fechas en las que Thierry Meynle me recibe en el apartamento, donde destaca el cuadro de Frida Kahlo pintado por su esposa Muriel; acude desde Estrasburgo para realizar unas gestiones en París y gracias a ello puede dejarme su casa. Su primera experiencia fue hace solo unos meses, cuando acompañaron a una amiga a una casa de intercambio en Amberes. «Nos sedujo la fórmula en un momento en el que cambiamos de vida, de ejecutivos súperestresados a consultores individuales con mucho más tiempo para viajar. En unos días nos iremos a una casa a una estación de esquí y en verano a Bali, dejando nuestra casa de Estrasburgo a una familia balinesa. Reconozco que es más sencillo si cuentas con una segunda vivienda, aunque el concepto original es un intercambio recíproco. A veces realizarlo no es sencillo porque hay que hacer muchas peticiones y argumentarlas bien». A la pregunta de si se trata de una manera de ahorrar dinero o de una filosofía de viaje, responde: «Creo que son las dos cosas y algo más. Es una forma de viajar en condiciones estupendas, de vivir como un lugareño en lugares preciosos, de conocer gente nueva, de poder irte fuera mucho más a menudo y sorprenderte cada vez».

Esta apuesta por el 'slow travel' y otra manera de viajar fue la que motivó a Emmanuel Arnaud y a Charles-Edouard Girard a fundar una plataforma de intercambio: Guest to Guest que hoy, después de 30 años y rebautizada como Home Exchange, es la web del sector más grande del mundo con más de 400.000 casas en 159 países. Y ello, gracias a su sistema de verificación de perfiles y a una triple fórmula: intercambio recíproco en las mismas fechas, en diferentes y un sistema de 'guest points' que permite acumular puntos que pueden usarse para cualquier casa y momento.

«No existe intercambio de dinero alguno. Los miembros solo pagan una «No existe intercambio de dinero alguno. Los miembros solo pagan una cuota anual de 149 euros por operar con la plataforma. Se trata de una forma de viajar diferente, basada en la confianza. Además, intentamos no promocionar destinos muy lejanos para mitigar la huella de carbono, y también por una razón de economía, ya que el gasto principal del turismo son los desplazamientos y el alojamiento. Nos interesa que el viajero explore otro tipo de turismo, más relajado, más lento, pero más interesante, dedicando tiempo a conocer los lugares y a sus gentes. El 'slow travel' es el futuro», señala Girard. «En España, 2022 ha sido un año increíble, se ha registrado el crecimiento más importante del mundo tanto en intercambios como en adhesiones a la plataforma, en la que ya operan 13.000 socios y se producen 571.000 pernoctaciones anuales por intercambio de puntos.

Además, es un gran país receptor: funciona muy bien porque muchas familias tienen una segunda vivienda, bien en la costa, bien en los pueblos. En muchas ocasiones son casas espectaculares, históricas y ubicadas cerca de zonas naturales y pueblos con gran patrimonio natural que nunca visitarías desde otro país si no es por el intercambio de la casa», señala el CEO y fundador de Home Exchange.

«El 'slow travel' es el futuro»

Charles-Edouard Girard

CEO y fundador de Home Exchange

Con la misma idea pero con un enfoque peculiar nace Behomm, la primera web de intercambio de casas para creativos y amantes del diseño a la que se accede por invitación. «Formábamos parte de una plataforma de intercambio, pero no encontrábamos casas adecuadas a nuestros gustos y a nuestra estética. Así que decidimos crearla», explica la diseñadora gráfica Eva Calduch, para quien es importante mantener la privacidad de las viviendas.

«Nuestros miembros acceden por invitación, pero no es una cuestión de esnobismo, sino de seguridad. Se trata de tu casa, al principio siempre cuesta romper la barrera de dejarla a otros. Realizamos solo intercambio recíproco, no tenemos sistema de puntos», explica Calduch. Además, el 5% de las ganancias se destinan a una organización internacional sin fines de lucro que utiliza el diseño arquitectónico para combatir enfermedades en el mundo.

Ofrece a los propietarios de segundas residencias de lujo hospedarse, con pago mínimo, en otras viviendas similares ABC

El ejemplo de que esta nueva forma de viajar no es solo una cuestión de ahorrar dinero es Thirdhome, red de intercambio de segundas residencias de muy alto nivel. «Para tener acceso se ha de poseer una segunda vivienda valorada como mínimo en 500.000 euros, aunque el valor medio de las propiedades es de unos dos millones», señala Benjamín Le Breton, responsable de la marca en España, quien puntualiza que en el intercambio se produce entre propietarios de las mismas características, que buscan una casa del mismo nivel y con unos servicios de alto standing. Eso sí, no existe intercambio totalmente gratuito, y pasar una semana oscila entre los 500 y 1.500 euros. Un precio ínfimo para muchos de estos propietarios pero no accesible para el bolsillo de muchos.

Una familia trotamundos con récord de intercambios

«Este año 2022 le hemos bautizado el de los viajes de la post pandemia, el momento de recuperar destinos y sueños atrasados que se quedaron pendientes», explica Elisabet Serelde, Y, desde luego, junto a su marido Pedro y su hija Shaila, esta familia no ha perdido el tiempo: en enero se alojaron en una casa en Dubái, en febrero en Tenerife, en marzo Valencia, en abril Copenhague, en mayo Madrid, en junio y julio Cádiz, Creta y Hawai; agosto y septiembre Ibiza y Mallorca, octubre en Edimburgo, en noviembre Nápoles y en diciembre Miami y Nueva York. «No me considero una usuaria de una plataforma de intercambio, sino una fan», cuenta con entusiamo. Y confieso que después de escucharla hablar dan ganas de salir corriendo a hacer la maleta y poner rumbo a cualquier vivienda del mundo.

No en vano, obstentan el record en número de intercambios en España y son los cuartos del mundo en la plataforma Home Exchange: «En los últimos seis años hemos realizado un total de 228 intercambios visitando cinco continentes. Pero nos iniciamos hace más de doce años, así que la realidad es que hemos hecho muchos más. Acabamos de volver de Nueva York de una casa en el Soho de una escultora famosísima que tenía sus obras en la casa, nos hemos alojado en una villa al lado de la de Justin Bieber, en una granja en Nueva Zelanda...». Experiencias que comparten a través de su página Trotamundos family.

Para poder alojarse en otras casas intercambian su vivienda situada en una localidad a las afueras de Tarragona. «Es un piso pequeño, pero hemos recibido a familias de Colorado, Hawai, Francia... No se trata solo de poder visitar países con alojamiento gratis, sino de una filosofía de vida donde cada intercambio te enriquece. Lo importante son las personas. Esas familias que te ceden su casa y con las que creas lazos de amistad increíbles», explica.

Elisabet, profesora, junto a su marido Pedro, informático, y su hija Shaila Trotamundos family

Su acercamiento a este modo de viajar comenzó tras un viaje a China: «Nos gastamos 10.000 euros y pensamos que era algo inviable y descubrimos el intercambio de casas. Pero lo que en un principio puedes plantearte por una cuestión económica se transforma con la primera experiencia. La nuestra fue a Los Ángeles, y cuando llegamos la familia nos había dejado todo tipo de detalles y obsequios. Como éramos nuevos no habíamos tenido en cuenta toda esa filosofía de atención y recibimiento en mi casa. Tuve que llamar a mi padre urgentemente para que les llevara una paella», recuerda ahora con alivio.

Elisabet reconoce que una vez rompes la barrera de dejar tu casa ya no hay vuelta atrás. «Es una experiencia que engancha en la que todo se basa en la confianza, pero no solo con las personas que intercambias vivienda, también lo proporciona la plataforma, porque también hemos tenido alguna experiencia negativa. El seguro te garantiza otra, o parte del coste de un hotel en caso de cualquier problema, y si no es posible corre con los gastos realizados o cubre cualquier incidente en una casa».

Cuando el intercambio no es recíproco los puntos que se reciben por ceder la vivienda permiten usarlos para ir a otras. «Nos vamos a vivir unos meses a una autocaravana para poder dejar nuestra casa y acumular puntos. Pero nos compensa con creces», señala Elisabet quien ya tiene cerrados sus próximos destinos: «Este martes nos vamos a un rascacelos de lujo a Miami y tenemos ya 17 intercambios para 2023, en verano en Noruega e Islas Mauricio». Lo dicho, me voy a hacer la maleta.

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