Una de las principales medidas que se prevé llevar a cabo a inicios del próximo año es un nuevo incremento del salario mínimo interprofesional (SMI), situado ahora en los 1.000 euros al mes, tal y como confirmó la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, justo antes de despedir el curso político. Y confirmó que para abordar la medida se mantendrán reuniones con los agentes sociales ya desde la vuelta el verano.
La idea, tal y como señaló en el día de ayer en una entrevista televisada el secretario de Estado de Empleo y Economía Social, Joaquín Pérez Rey, es llevar el nivel del SMI al 60% del sueldo medio en España ya en 2023. Ello implicaría, según los parámetros actuales, abordar un incremento de 48 euros para alcanzar los 1.048 euros. Con esta medida, el Ejecutivo cumpliría con uno de los puntos pactados en el pacto de coalición de llevar la mínima remuneración prevista en el mercado laboral a los parámetros que establece la Carta Social Europea.
«Procederemos a subir el salario para el año que viene. Esta es una gran política de mucho éxito y más necesaria que nunca para hacer frente a los efectos de la inflación en los que peor lo pasan, aquellos que están cobrando los salarios más modestos», señaló el secretario de Estados de Trabajo.
El SMI está fijado en la actualidad en 1.000 euros mensuales en 14 pagas. Tanto la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, como los sindicatos se han mostrado partidarios de seguir la senda de aumentos del SMI, sobre todo con el repunte de la inflación. Sin embargo, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) ha manifestado sus recelos en varias ocasiones. Dese la patronal advierten de que abordar un nuevo incremento de los costes, en este caso los laborales, de las empresas en un entorno en el que producir cuesta un 23% más puede ir contra la creación de empleo.
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