Terminar la opa en agosto, el nuevo gran riesgo para el BBVA
Esto jugaría a favor del Sabadell ya que el accionista que no se pronuncia cuenta como un 'no'
El Sabadell piensa en fusiones con la banca mediana si fracasa la opa de BBVA

El culebrón de la opa de BBVA sobre Banco Sabadell va camino de cumplir ya un año. Y a la vista de los acontecimientos, todavía no existe claridad sobre cuándo tendrán que decidir los accionistas de la entidad catalana. Los plazos se van ... retrasando cada vez más y uno de los escenarios factibles en este momento es que el periodo de aceptación -el momento de decidir- termine en agosto, lo que se convierte en un nuevo gran riesgo para el banco vasco ya que no pronunciarse equivale a no acudir.
La normativa de opas no es explícita sobre lo que ocurre cuando un accionista no se pronuncia, pero el resultado 'de facto' es que el accionista se queda como está y, por tanto, no vende sus títulos. Se toma como un 'no' tácito a la operación. Esto, en agosto, un mes de vacaciones y muy baja actividad, tiene riesgos para el BBVA, según fuentes financieras.
Como recoge la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) en su apartado de información práctica para inversores, «la decisión de acudir a una opa es voluntaria. Si el inversor decide acudir a la opa, debe manifestarlo de forma expresa presentando una orden de aceptación en la entidad donde tenga depositadas sus acciones». Es decir, que quien desee vender debe manifestarlo de manera inequívoca.
El funcionamiento de la opa puede suponer un problema para el BBVA por cómo avanzan los tiempos. La Comisión nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) todavía no ha emitido su veredicto ni las condiciones que fija a los vascos para absorber a la entidad catalana. Su resolución es clave ya que sin ella el proceso no puede avanzar. Tal como publicó 'Expansión', se prevé que dé el visto bueno en condiciones asumibles para BBVA. Se especula con que podría dar el 'ok' en cuestión de pocas semanas.
BBVA tiene margen para jugar con el plazo de aceptación y evitar la parálisis de los mercados durante el verano
Tras la CNMC, el Gobierno tiene la posibilidad de intervenir para mantener, reducir o ampliar las condiciones impuestas a BBVA en la operación por parte de Competencia. Esto sumaría mes y medio más al proceso. Después, con ya todas las condiciones claras, la CNMV habría de dar su plácet al folleto de la opa y ahí ya sí el BBVA lanzaría la oferta y se abriría el periodo de aceptación.
Así las cosas, en un escenario con todo rodado el periodo de aceptación no comenzaría hasta mediados-finales de junio. Ese plazo para la aceptación puede llegar a 70 días, con lo que sería más que factible que parte del mismo cogiera el mes de julio y pudiera terminar en agosto.
Tanto en BBVA como en Sabadell son muy conscientes de estos plazos, con distintos deseos uno y otro. El banco vasco, según fuentes financieras, es conocedor de que tener el periodo de aceptación en pleno verano supone una traba extra ya que en vacaciones los inversores también se paralizan; el riesgo de que haya muchos silencios durante la aceptación, con el efecto que eso tiene, es real. En el entorno de la entidad catalana, según fuentes financieras, tienen presente que esta posibilidad les beneficiaría en su intento de rechazar la opa.
Condicionantes
En cualquier caso, los plazos están sujetos a múltiples condicionantes. Si algo se ha demostrado en esta opa es que los cálculos de tiempos que inicialmente se realizaron no se han cumplido. La incertidumbre, en este sentido, es grande desde varios flancos. El primero de ellos, el veredicto de la CNMC, que aunque todo apunta a que verá la luz en pocas semanas, nada es seguro.
El momento en el que intervenga el Gobierno es otro foco de incertidumbre. No solo porque imponga condiciones demasiado duras de asumir a BBVA, sino porque en teoría ese trámite debería durar un máximo de mes y medio pero fuentes financieras señalan que se puede parar el reloj y extenderse. El Sabadell, como ya dijo hace algunas semanas, parece que se encomienda en parte a que el Ejecutivo torpedee la operación.
Lo que sí se daría por descontada es una aprobación más o menos rápida de la CNMV, ya que llevan muchos meses trabajando en el folleto de la oferta que tienen que publicar. Y después en cinco días hábiles el banco vasco lanzaría el proceso.
BBVA, no obstante, dispone de cierto margen para jugar con el periodo de aceptación de la oferta, por un plazo de entre 15 y 70 días. La entidad ya ha dicho que será de un mínimo de 30 días, y de ahí puede extenderlo hasta el tope máximo a conveniencia.
Con todo, en las opas hostiles es habitual alargar al máximo el plazo para dar el mayor tiempo posible a los accionistas para acudir. La duda que tendrá el BBVA será hasta dónde llevar el periodo de aceptación si acaba cayendo en agosto. Porque no solo los accionistas minoritarios se van de vacaciones en verano sino que también lo hacen los institucionales, rebajando mucho su actividad en el mercado.
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