Más de un tercio de los empleos creados durante la legislatura pertenecen al sector público

No obstante, y también en parte debido a estos acontecimientos sin precedente, el crecimiento de la ocupación en España en la última legislatura, desde la llegada del presidente Pedro Sánchez a La Moncloa, ha recogido casi tantos frutos por el lado del sector público como por el del sector privado. De entrada, tomando el periodo en cuestión y según la estadística oficial del INE, entre el segundo trimestre de 2018 y el último trimestre de 2022 -últimos datos disponibles-, en España se llegaron a sumar un total de 1.120.000 puestos de trabajo, situándose la ocupación total en 20.463.900 personas.

Pero la lectura en detalle deja varios aspectos llamativos. El primero es que algo más de un tercio del más de millón empleos creados en la legislatura corresponden al sector público, aunque cabe resaltar aquí que las cifras del INE sobre empleados dependientes de la Administración recogen tanto a funcionarios de carrera como a personal laboral de las empresas públicas. Es decir, todos aquellos empleados que reciben una nómina procedente del erario público.

Concretamente, si a mediados de 2018 había en España un total de 3.117.000 empleados públicos a cierre de 2022 la cifra ascendía a 3.526.000 trabajadores. Es decir, en el periodo se han incrementado en 409.000 ocupados funcionarios o empleados de empresas públicas, lo que supone un crecimiento del 13,12%. Por otro lado, el número de trabajadores en compañías privadas ha pasado de los 16.226.000 a comienzos de legislatura a 16.937.000 en diciembre del pasado ejercicio. Es decir, el empleo privado ha crecido en 711.000 trabajadores en los últimos cuatro años y medio, un 4,38% más.

En este sentido, se observan dos factores clave. El primero es que durante estos años el empleo público ha crecido el triple de rápido que el privado, exactamente, según se desprende de los registros del INE. Aquí, como se mencionó a comienzos del artículo, cabe recordar que sobre todo por el impacto de la pandemia, tanto el Estado como los organismos autonómicos se vieron obligados a incrementar las plantillas en el sector sanitario. Mientras que el sector privado se desangraba en los peores momentos del confinamiento llegándose a perder más de un millón de empleos en poco más de cuatro semanas.

De hecho, buceando en la estadística otra variación llama altamente la atención y arroja, más allá, cierta luz sobre esta coyuntura prominente del empleo público en España: el importante crecimiento de ocupación en la rama de actividad sanitaria y de servicios sociales. Aquí, aunque no se distingue cuáles de ellos pertenecen a contrataciones de los centros y hospitales de la sanidad privada, la preponderancia de la pública encuadra en este ámbito la mayor parte de las variaciones que se produzcan, tanto al alza como a la baja.

Este colectivo acumulaba a mediados de 2018 a un total de 1.595.000 trabajadores, mientras que a cierre de 2022 y con una pandemia entre medias, el volumen se situaba en el 1.899.000 empleos. Es decir, 305.000 ocupados más en esta rama de actividad durante el periodo observado, lo que supone un 19,1% más. De hecho, esta cifra que formaría una parte de los 1,2 millones de ocupados sumados en estos cuatro años y medio, es concretamente el 27,2% de todo el empleo generado en la legislatura, casi un tercio.

Con todo, el Gobierno llevará al proceso electoral que arranca en la próxima primavera la bandera del empleo como uno de los principales logros en materia económica en la presente legislatura. Todo, a pesar de que como se ha mencionado ya este año el mercado laboral rebajará considerablemente la velocidad de creación de puestos de trabajo que se ha venido registrando en el último lustro.

El mismo Gobierno ha expresado en reiteradas ocasiones el sorprendimiento por el buen comportamiento de las contrataciones en España, especialmente durante 2022, ya que comenzaba a mitigar el viento de cola del reaperturismo total de la actividad comercial con el fin de las restricciones de la pandemia y justo cuando se produjo el 'shock' global por la invasión rusa en Ucrania. Nada más lejos: el pasado año España sumó 278.900 ocupados, un 1,38% más que el año anterior.

Sin embargo, ya ese crecimiento denota una importante desaceleración del mercado laboral durante el pasado ejercicio. Justo doce meses antes, en el cuarto trimestre de 2021, el aumento de la ocupación fue del 4,35%, es decir, tres veces más. Es más, en el primer trimestre del pasado año aún creció la tasa interanual de ocupación, que arrojó un avance del 4,57%; en el segundo trimestre se conservó el ritmo con un crecimiento del 4,05%; y en el tercer trimestre, coincidiendo con el verano, ese avance se redujo a la mitad, con el alza de ocupación del 2,57%.

Y el ritmo caerá a la mínima expresión en el conjunto del presente ejercicio, coincidiendo con el final de la legislatura. De media, el aumento de ocupación fue del 3% entre todos los trimestres de 2022. En términos de empleo efectivo, el Gobierno estima en su cuadro macroeconómico que el saldo de afiliación del pasado año fue del 2,9%, cifra similar a la que arroja Estadística.

Pero para este año, tanto las previsiones del propio Ejecutivo, rebajando la ganancia de puestos de trabajo al 0,6%, como la proyección del Banco de España en términos de horas trabajadas, que apuntan un avance del 0,9%, arrojan un importante enfriamiento del mercado laboral en nuestro país.