El tejido empresarial acusa la presión de los costes con 42.400 negocios menos que antes del Covid

Los pequeños son los que más sufren, a las puertas del recorte de jornada a 37,5 horas y el encarecimiento del despido improcedente, que Yolanda Díaz pretende imponer por ley

Yolanda Díaz lanza un órdago a CEOE: reducirá la jornada, subirá el salario mínimo y encarecerá el despido aun sin acuerdo

Elma Saiz, ministra de Seguridad Social ABC

En unos días el tejido empresarial dejará atrás un lustro de malas noticias, aunque algunos años hayan sido mejor que otros. Espiral de inflación, aumento de costes, falta de materias primas, escalada de las cotizaciones, del salario mínimo interprofesional... y menos negocios. Han pasado cinco ... años desde la pandemia, en los que las empresas han afrontado una situación muy delicada, incluso llegaron a reclamar un 'plan de rescate' al Gobierno que frenara el goteo de cierres, que llegó a devorar 80.000 empresas en el primer año del Covid. La «tormenta perfecta» que en este periodo ha caído sobre los empleadores ha provocando la asfixia en muchos negocios, sobre todo los pequeños, los mayores generadores de empleo en España. En este periodo muchos se han visto obligados a despedir a todos sus trabajadores y a bajar, sin remedio, la persiana.

A finales de octubre había en España 1.438.760 empresas con cuentas de cotización en el régimen general de la Seguridad Social frente a las 1.481.166 de 2019, el año anterior a que el Covid arrasara la economía. Y entre enero y octubre de este año se han perdido 6.400 negocios. Durante los últimos cinco años las empresas se han recuperado y han vuelto a caer, pero si se analiza el periodo completo el balance no acompañada. España se ha quedado sin parte de su músculo empresarial después de perder 42.400 negocios.

Las cuentas de cotización son un indicador similar al que mide la afiliación; refleja la marcha de la actividad empresarial y también es un termómetro que da una idea de cómo marchan los ingresos de la Seguridad Social , un organismo que debe hacer frente a la millonaria factura de las pensiones y que arrastra una deuda histórica superior a los 116.000 millones de euros.

Hoy se da la paradoja de que crece el empleo y cierran negocios. Los datos de caída de negocios contrastan con la fortaleza que sigue manteniendo el empleo. La Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre del año dejo buenos datos para el mercado laboral: crece la población activa, la ocupación alcanza un récord histórico y baja el paro, lo que se traduce en que hay más personas en disposición de trabajar, más empleo y menos parados, aunque también parece consolidarse un estancamiento de la tasa de desempleo, anclada en un nivel todavía muy superior al mínimo registrado antes de la crisis financiera de 2008, según coinciden los analistas. Y contra esta tendencia general del incremento de la ocupación de forma sostenida de los últimos años, los pequeños negocios parecen acusar el peso del aumento de los costes, laborales y de producción, que han ido acompañando a las buenas cifras que arroja el mercado laboral.

Escalada del SMI

La subida del IPC, que poco a poco va cediendo, sumado a medidas como el incremento del salario mínimo interprofesional en un 54% y el goteo de aumentos de cotizaciones sociales para pagar la factura de las pensiones ha hecho mella en autónomos y pequeñas empresas. Los últimos datos de Cepyme reflejan que las empresas de menos de cinco trabajadores han perdido 62.000 empleos en cinco años.

Panaderías, fruterías, carnicerías, peluquerías... El declive del pequeño negocio se agudiza ahora por la presión de los costes, pero el proceso ya viene de lejos. En el caso del comercio, que es el que más está sufriendo, la proliferación de grandes centros comerciales en la periferia de las ciudades, la consolidación del comercio online y con ella la irrupción en el mercado de los gigantes tecnológicos, hicieron que las tiendas de barrio se tambalearan en un momento en el que ya estaban sufriendo el zarpazo de un cambio de los hábitos de consumo. La subida de la inflación y el aumento de los costes laborales han rematado el círculo.

Amenazas de Yolanda Díaz

Y a las puertas está una de las medidas a las que más temen los pequeños negocios: la reducción de jornada a 37,5 horas sin recorte de sueldo. CEOE y Cepyme han alertado del impacto que puede tener sobre los más pequeños este recorte que pretende poner en marcha la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, con el apoyo de los sindicatos.

Dicen las patronales que son los pequeños los que tienen menos posibilidades de realizar una reorganización a nivel interno y que en muchos casos, dependiendo del tipo de actividad, se verían obligados a cargar no sólo con los costes directos del recorte horario sin merma salarial sino también con otros indirectos, en caso de necesitar contratar a nuevos trabajadores. La oferta de CEOE al Gobierno fue que este recorte se negociara en la negociación colectiva y que el nuevo horario se fuera aplicando según venciera la vigencia de los convenios. La patronal no convenció ni a Gobierno ni a sindicatos y se retiró del diálogo.

Ahora, en un paso más, Yolanda Díaz ha advertido a los empresarios que sus próximos pasos son aprobar la reducción de la jornada, sin ayudas para los negocios, el encarecimiento del despido improcedente, y la subida del SMI para 2025, además de reactivar el Estatuto del Becario. Un nuevo órdago de la vicepresidenta segunda que no ha hecho más que agrandar el abismo que hoy separa al Gobierno de las empresas. Los más de 30 cambios laborales emprendidos por la vicepresidenta por la puerta de atrás han hecho mella en las relaciones con la patronal, totalmente rotas y sin ningún atisbo de que la situación pueda revertir.

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