La tecnología generativa da sus primeras puntadas en la creación textil
El papel de la IA en el diseño de moda aún es un boceto en construcción con enormes posibilidades, pero también nudos por deshacer, como la propiedad intelectual o la viabilidad de los proyectos
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El uso de la IA se está generalizando en el mundo de la moda en sus muy diversos procesos, introduciendo cambios en la forma de trabajar y mejoras en los resultados. En una de sus fases, la del diseño, aporta más ideas, rapidez, diversidad ... de estilos y propuestas. Ya hay marcas que comienzan a introducir esta herramienta a la hora de diseñar, aunque todavía no es algo generalizado. Desde el sector se pone en valor todas sus aportaciones aunque hay también algunas reticencias. No se trata de una herramienta puntual sino que aparece integrada en la cadena de valor, desde el diseño y la fabricación hasta la venta o el marketing. Y lo mismo ocurre con otros instrumentos como la realidad virtual o la aumentada.
«Los procesos productivos están cada vez más integrados con tecnologías generativas, principalmente porque estas herramientas ofrecen una rapidez y eficacia sin precedentes en muchas etapas de la confección», afirma Felina Hernández del Barrio, directora creativa, artista digital y 'programme leader' del máster de Moda Digital del IED Madrid. Resalta igualmente que la IA ha agilizado significativamente los procesos creativos, permitiendo explorar nuevas formas visuales y materiales, así como experimentar con otros enfoques que antes resultaban más costosos o complejos. En este sentido, «abre vías inéditas para reinterpretar tanto los métodos de producción como los de ideación», añade. Encuentra una cierta resistencia en algunos sectores de la industria, pero cree que puede representar un punto de inflexión comparable a lo que supuso la llegada de la fotografía en su momento: «No sustituye al proceso creativo, sino que lo transforma, amplía y democratiza», subraya. Lejos de ser una amenaza, puede liberar tiempo y recursos, dando más espacio para que las ideas se desarrollen de manera libre, «alejadas de muchas de las limitaciones económicas a las que los creativos se enfrentan actualmente», puntualiza.
En progresión
Desde MIOTI Tech & Business School recuerdan que aunque más del 60% de las compañías ya emplea IA en áreas como atención al cliente o redacción de contenido, solo el 30% la integra en diseño y desarrollo de producto. «Según Statista, en 2023 el 25% de las colecciones de 'fast fashion' incorporaron al menos un diseño generado por IA, pero menos de un tercio de las empresas ha probado estos sistemas en su workflow creativo», subraya Fabiola Pérez, su CEO. Pese a ello, los proyectos piloto de IA aplicada al diseño crecen constantemente, «lo que sugiere una adopción progresiva hacia una integración más amplia en todos los procesos», puntualiza. Entiende que la IA se ha convertido en una palanca imprescindible para optimizar el tiempo y los recursos de los equipos de diseño. Gracias a herramientas de prototipado digital asistido, es posible reducir hasta un 30% las horas dedicadas a generar muestras físicas y bocetos iniciales. «Ese ahorro se traduce en más espacio para profundizar en el 'storytelling' de la colección, ajustar detalles de patronaje o explorar texturas y acabados con calma, en lugar de apresurarse por cumplir plazos rígidos», pone como ejemplos.
Resalta también el hecho de que la IA despliega un potente análisis predictivo de tendencias, procesando ingentes volúmenes de datos, desde ventas pasadas hasta 'hashtags' virales o comportamientos de compra; para anticipar las paletas de color, las siluetas y los estampados que resonarán con el público. «Esta capacidad de previsión dota a las marcas de una ventaja competitiva: llegan al mercado con colecciones alineadas con las expectativas reales de sus clientes, reduciendo el riesgo comercial y maximizando el impacto creativo», indica Fabiola Pérez.
Un uso excesivo de la tecnología puede acabar diluyendo la firma creativa de las casas de moda
David García, director del Clúster Catalán de la Moda (Modacc), indica que las marcas más avanzadas están en una fase de exploración de esta nueva tecnología aplicada al desarrollo de materiales de comunicación y en una segunda etapa al diseño y creación de nuevos productos pero, a día de hoy, todavía de forma muy experimental. «No estamos en una fase de implantación generalizada de la tecnología sino de exploración por parte de 'earlyadopters'. Nosotros, desde Modacc, estamos desarrollando proyectos piloto de aplicación de la IA utilizando 'softwares' como Neural Fashion», pone como ejemplo.
Alto riesgo
Si bien esta herramienta permite a los diseñadores expresar su creatividad implica también riesgos que provienen de la propiedad intelectual. «Es difícil saber la originalidad de los que ofrece la IA y las posibilidades de protegerlo intelectualmente», subraya David García. Por otro lado, la IA generativa es muy buena generando ideas de diseño, «pero no tiene en cuenta los factores técnicos y económicos vinculados al desarrollo de cualquier producto: puede generar diseños muy interesantes creativamente, pero técnica o económicamente difíciles de realizar», puntualiza.
Para la CEO de MIOTI Tech & Business School uno de los riesgos que puede traer el uso de la IA en el diseño de la moda es el de las llamadas 'alucinaciones' y sesgos de los modelos que «pueden traducirse en propuestas creativas irrelevantes o incluso ofensivas si los datos de entrenamiento carecen de diversidad o calidad». En segundo lugar, existe un riesgo legal evidente: «Reutilizar obras protegidas durante el entrenamiento de los algoritmos expone a las marcas a reclamaciones por infracción de derechos de autor», resalta. Asimismo, entiende que una dependencia excesiva de la tecnología «puede diluir la firma creativa de las casas de moda y relegar los roles tradicionales del equipo de diseño a un segundo plano». Por último, la incorporación de datos biométricos, por ejemplo, avatares 3D basados en rostros, «obliga a cumplir estrictamente normativas como el GDPR, la CCPA o el inminente AI Act, lo que añade complejidad y posibles sanciones en caso de incumplimiento», matiza Fabiola Pérez.
La IA permite anticipar las paletas de color, las siluetas y los estampados que serán tendencia
En Desigual empezaron a explorar vías para incorporar la inteligencia artificial ya en 2022. «Todo comenzó con una diseñadora del equipo, muy interesada en la tecnología, que nos animó a probar plataformas emergentes como Midjourney. Fue en julio de ese año cuando generamos nuestras primeras imágenes mediante IA, y creamos un catálogo de 700 propuestas visuales», señalan fuente de la firma. Thomas Meyer, su fundador, fue un gran impulsor de esta revolución digital en los diseños. También desde su hub de innovación, el Awesome Lab, buscan constantemente soluciones creativas basadas en IA. «Por ejemplo, hoy trabajamos con Fermat, una herramienta que nos permite generar 'moodboards' y realizar interacciones de un diseño a partir de una imagen base», avanzan recordando que «la clave está en combinar el potencial humano con estas nuevas herramientas tecnológicas».
La experiencia les permite constatar que esta herramienta ayuda a potenciar la creatividad de sus equipos de diseño, «explorar caminos que quizás no habríamos considerado con los métodos tradicionales. Podemos visualizar diseños de forma más creativa, abrir nuevas líneas de desarrollo y enriquecer el proceso creativo desde dentro», subraya la compañía. Y deja claro que no sustituye al diseñador humano, «al contrario: lo complementa y lo potencia». Importante es destacar lo que ganan en rapidez y eficiencia. «Podemos generar muchas más propuestas, con más variedad, y reducir significativamente los tiempos de desarrollo. Esto, a su vez, se traduce en un 'time-to-market' mucho más rápido», matizan.
La acogida de los clientes ha sido buena, y creen que «el uso de esta tecnología reafirma esa percepción de que Desigual es una marca que está siempre un paso por delante». Además, están desarrollando una nueva línea de negocio 'on-demand', en la que producen solo lo que pide el cliente y para ello la IA también juega un papel clave, «ya que permite una personalización más precisa y ágil». Gracias a la IA «nos da una visión de diseño mucho más amplia y conectada con el día a día de las tendencias, y que nos permite responder con mayor agilidad a las necesidades del mercado», indica la firma. Y recuerdan también que su uso requiere cierta formación del equipo. «Son herramientas que multiplican nuestras posibilidades, y la inversión en aprendizaje es mínima comparada con lo que se gana», puntualizan.
En Desigual están explorando continuamente nuevas tecnologías como la fabricación 3D o la realidad aumentada, aunque reconocen que en este momento «aún no están lo suficientemente desarrolladas para integrarlas de forma generalizada». Los biomateriales o la impresión 3D todavía son opciones que tienen un coste elevado, «pero sabemos que en el futuro cercano serán claves para un diseño más sostenible y personalizado», resaltan.
El 30% de las firmas ya incorporan la IA en el diseño y desarrollo
Dentro del diseño de moda, Felina Hernández del Barrio recuerda que una de las herramientas digitales más relevantes y ampliamente integradas en la industria ha sido el patronaje digital. «Este método de construcción y visualización de prendas en entorno digital ha transformado por completo los procesos tradicionales, permitiendo una digitalización ágil y eficiente del desarrollo de producto», subraya. Si bien esto ha representado una ventaja para pequeños creadores, al dar mucha más capacidad de producción y experimentación; «también propone retos en relación a la aceleración de la producción e incitación al consumo por parte de grandes marcas», reflexiona.
Por otro lado, la realidad aumentada ha cobrado gran protagonismo en la moda digital. «Ha servido como puente entre los creadores y un público más amplio, ofreciendo nuevas formas de interacción a través de filtros faciales y corporales», cuenta la profesora del IED Madrid. Algo que permite experimentar con identidades alternativas, probándose prendas virtuales como vestidos de fuego, pantalones luminosos u objetos flotantes, «lo que evidencia lo restrictiva que puede ser la moda tradicional y abre un espacio para imaginar nuevas formas de vestir y expresarse en entornos digitales».
Experiencias
En cuanto a la realidad virtual, «su uso ha sido especialmente valioso para crear experiencias inmersivas vinculadas a colecciones», recuerda Hernández del Barrio. Gracias a ella, los diseñadores pueden construir universos digitales en los que los usuarios exploran conceptos estéticos o narrativas específicas de una colección.
Por su parte, Fabiola Pérez indica que las plataformas de diseño 3D y prototipado virtual se han consolidado como piezas fundamentales en el proceso creativo. Herramientas como CLO, Browzwear o MarvelousDesigner «aceleran la elaboración de patrones y ofrecen fittings digitales hiperrealistas, de modo que los diseñadores pueden probar cortes, volúmenes y drapeados sin recurrir a muestras físicas».
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