Talento español para el avión hipersónico de hidrógeno más rápido del mundo

España tiene un papel protagonista en este equipo multicultural (más de 30 nacionalidades), que cuenta con el apoyo del Centro para el Desarrollo Tecnológico y la Innovación de España (CDTI), que seleccionó a Destinus para su proyecto del Plan Tecnológico Aeronáutico (PTA): 12 millones de euros para desarrollar esta aventura aérea del hidrógeno. Y la UE también colabora en este sorprendente desempeño, con los fondos Europeos Next Generation en el ámbito del Perte del hidrógeno, gestionado por el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE).

Davide Bonetti, CEO de Destinus Spain, señala la importancia de esta ayuda institucional: «Para las empresas de tecnología pura como nosotros, el acceso a estos fondos es esencial para realizar una investigación avanzada y acelerar la innovación necesaria para ser competitivos a escala mundial».

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Patricia Biosca

Los aviones supersónicos, capaces de realizar un vuelo Londres-Nueva York en tres horas y media, podrían ser algo cotidiano. Al menos, así lo quiere la NASA, que probará su prototipo X-59 este año sobre EE.UU. con la intención de demostrar que el estampido sónico es cosa del pasado, y estas aeronaves, el futuro

En este entorno, la empresa cuenta con Pedro Duque, ex ministro de Ciencia e Innovación en España, ex astronauta de la ESA y ex presidente de Deimos Imaging, en el consejo de administración, en el que figuran su fundador y director general, Mikhail Kokorich; Cornelius Boersch, uno de los inversores en startups más activos de Europa como 'business angel', y Philipp Rösler, ex vice canciller y ex ministro de Economía y Tecnología de Alemania.

El físico, matemático y empresario Kokorich fundó Destinus con la voluntad de ubicar en España la planta de fabricación del primer avión hipersónico de Europa, el sistema más rápido del mundo para transporte de pasajeros y mercancías y con el toque de distinción de usar el sostenible hidrógeno como alternativa al contaminante queroseno. España se configuraba como idóneo escenario de pruebas, como destacan desde la compañía, «por tener salida al mar, su alto nivel de ingeniería, la excelente cadena de suministros, muy buenos polos de fabricación aeronáutica y alta calidad en la red de comunicaciones».

Una ruta, menos hipersónica que la del avión, dado lo complejo de los objetivos a conseguir, como señala Plácido Márquez: «El camino hacia la hipervelocidad basada en el hidrógeno líquido es muy largo y costoso, pero, al recorrerlo, vamos desarrollando activos tecnológicos que tienen una aplicación más inmediata como productos o servicios en la industria del hidrogeno, de la movilidad en otros modos de transporte o en productos aeronáuticos menos sofisticados».

En este recorrido, y para cerrar el círculo de la eficiencia energética y empresarial, Destinus ha anunciado la compra de OPRA Turbines, cuyo nuevo nombre es Destinus Energy (dedicada a desarrollar, fabricar y servir sistemas de turbinas de gas de última generación, para funcionar con hidrogeno, metano y otros gases).

La colaboración internacional y multidisciplinar con agentes públicos y privados atiende también a la necesidad de definir las rutas de vuelo óptimas a gran altitud de la aviación hipersónica (en la actualidad, por encima de los cielos comerciales y por debajo del espacio). Y un ejemplo de esta vía de disrupción se encuentra en la participación en el proyecto europeo ECHO (European Concept of Operations for Higher Airspace Operations), y en todo tipo de alianzas con compañías especializadas, además de la firma de contratos con varias universidades y centros tecnológicos españoles y europeos, y la participación en organizaciones del fomento de la tecnología como la Plataforma Aeroespacial Española (PAE) o la Alliance for Zero-Emissions in Aviation (AZEA).

Ya cuenta con dos prototipos de hidrógeno (Jungfrau y Eiger) y trabajan en una turbina de gas equipada con un postcombustor de hidrógeno que se probará antes de mediados de este año. Proyectos en firme para, además de las mencionadas rutas entre Europa y Australia, contemplar recorridos desde Fráncfort a Shanghai en dos horas y 45 minutos… ocho horas menos que los vuelos actuales. Un 'work in progress', a toda velocidad, para el que Destinus prevé duplicar su plantilla en 2023 (acaba de anunciar 19 vacantes de ingeniería, 17 de ellas en España), como base de trabajo real para una empresa que parece de ciencia ficción.