China crea un ejército de empresas renovables zombis que amenaza el comercio mundial

Un 30% de las energéticas verdes en el país de Xi Jinping son ineficientes, debido a los incentivos de los gobiernos locales que les mantienen a flote y permiten operar a pérdida

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Paneles fotovoltaicos en el techo de una fábrica de Wuhan efe

Claudia T. Ferrero

China lidera la producción de infraestructura de energía verde a nivel mundial. Este sector energético es la gran apuesta del Gobierno de Xi Jinping a largo plazo. Durante la última década, Pekín ha incentivado a miles de energéticas chinas a entrar en la carrera ... interna y externa que libra el país. Así, los gobiernos locales emiten masivos subsidios con los que invertir en empresas dentro de sus territorios para encontrar el campeón nacional en producción de infraestructura y energía limpia.

Las constantes oleadas de inversión derivan en una oferta en exceso y sobrecapacidad productora imposible de asumir por una demanda no solo ralentizada, sino también saturada. Consecuentemente, miles de entidades resultan ineficientes, no obstante, lejos de ir a la bancarrota y desaparecer, las autoridades locales persisten incentivando, artificialmente, su existencia. Son las conocidas como entidades zombis y el gigante asiático está infestado de ellas, resultando un problema de índole estructural.

Así se desprende del informe '¿Podría la «involución» resolverse con las decisiones de inversión de las empresas?' elaborado por el banco de inversión francés Natixis CIB y cuya economista jefe para Asia Pacífico, Alicia García Herrero, ha detallado a este diario.

Hasta un 30% de las empresas del sector de las energías renovables son entidades zombi: sobreviven a pérdidas, sin una rentabilidad económica que las respalde, gracias al respaldo de las ayudas económicas proporcionadas por unos gobiernos locales que alimentan su esperanza por que un día la demanda se dispare. En este sentido, las distintas autoridades provinciales buscan un «campeón nacional», entre las energéticas de sus respectivos territorios, que se alce como ganadora en la batalla interregional por el podio de las renovables. Pero que, sin embargo, deriva en el mantenimiento de empresas no viables a través de subsidios competitivos interregionales que incentivan una oferta de por sí desbocada, manifiesta la economista jefe para Asia-Pacífico.

Así las cosas, el principal problema radica en la no percepción del problema. China no admite este exceso de capacidad, sino que atribuye la falta de eficacia a la 'competencia irracional' interna sustentada en esa búsqueda de la empresa hegemónica regional dentro del sector. El primer ministro chino Li Qiang evita establecer una relación entre sobrecapacidad e involución, por lo que achaca el posible cuello de botella energético a la idea de que las empresas nacionales reducen los precios para ganar más cuota de mercado frente a otros competidores locales.

En un intento de reducir ese exceso de capacidad -competencia irracional para el gigante asiático-, la solución planteada por el Gobierno central pasa por la creación de un fondo para promover la fusión de empresas y no por la limitación de incentivos económicos o cierre de entidades. Ello no necesariamente disminuirá la sobrecapacidad, lamenta García Herrero, sino que, de no desarrollar planes de reducción o recorte, creará conglomerados con idénticas distorsiones. Sin el cierre de compañías no viables y un reajuste profundo raramente el sector recuperará su rentabilidad, dice.

Con tal de no provocar una oleada de despidos masivos, protestas y, en consecuencia, malestar social, las autoridades locales prefieren asumir ese exceso de empresas y, por ende, de capacidad productora que arrastra la rentabilidad del mercado. «Hay que dejar que haya empresas que vayan a la bancarrota, que desaparezcan y esto China no lo contempla, de ahí el número de zombis», manifiesta.

Distorsiones en el mercado internacional

Uno de los objetivos de esta sobrecapacidad radica en su exportación. La transformación y modernización del gigante asiático pasa por las 'new productive forces' -nuevas fuerzas productivas-, explica García Herrero. Xi Jinping impulsa esta estrategia como nuevo modelo de crecimiento donde la manufactura torna eje principal para dar salida al sector de las renovables.

Actualmente, la inversión en manufactura es «la única que está creciendo por encima del PIB», por lo que un reducción drástica de la capacidad instalada afectaría negativamente a la segunda economía del mundo. De ahí que Pekín considere mejor opción no parar la producción e intentar vender los excedentes al exterior. Además, del bajo coste que supone para China aumentar la inversión tanto en plantas como en producción, gracias al exceso de ahorro con el que se financia su economía, asevera García Herrero.

En julio de 2025, los datos de exportación son «increíbles», las ventas al exterior de renovables chinas crecieron más del 7%, asegura García Herrero. En concreto, sobresalen las ventas del sector fotovoltaico: durante la primera mitad de año, las exportaciones de células solares se dispararon un 76% -19GW de capacidad-, mientras las de obleas solares incrementaron un 26% -8,6GW-, según el think tank Ember Energy. Pese al descenso en la comercialización de paneles solares, que cayeron un 5,2%, la capacidad combinada de productos fotovoltaicos chinos aumentó un 11% de enero a junio.

Si bien por ahora esta estrategia de «producir para exportar» funciona, puede no ser sostenible a largo plazo. «Las empresas a nivel micro aguantan mal», pues operan con márgenes mínimos de beneficio, o directamente en pérdidas, mientras mantienen los niveles de inversión en innovación y desarrollo para seguir accediendo a estos subsidios, sostiene la economista jefe.

El dragón rojo que se muerde la cola. Para evitar el cierre de empresas, despidos y malestar social las autoridades locales invierten más y otorgan más ayudas a cambio de innovación, provocando un exceso de capacidad productiva imposible de atender en un mercado interno de por sí saturado y, por ende, optan por recurrir al comercio internacional con signos también de sobresaturación, lo que, finalmente, resulta en la no satisfacción económica de los excedentes, precios irrisorios en las exportaciones y el fin de la viabilidad de miles de empresas chinas.

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