Las 'smart cities' activan el interruptor de la eficiencia

En este marco y gracias a las innovaciones tecnológicas, surge la idea de 'smart city' como una herramienta para conseguir ciudades más eficientes y sostenibles. Este concepto engloba a la urbe capaz de utilizar la tecnología de la información y comunicación (TIC) con una visión holística, con el objetivo de crear mejores infraestructuras para los ciudadanos, o lo que es lo mismo, poner la tecnología disponible al servicio del ciudadano: desde transporte público, pasando por ahorro energético, sostenibilidad o eficiencia en todos sus aspectos, explican en la 'Guía Técnica de la Smart City desde el Alumbrado Exterior' editada desde el Comité Español de Iluminación (CEI). Es por ello que «el despliegue de la 'smart city' desde el alumbrado va a suponer la modificación o adaptación de la infraestructura de alumbrado existente para incorporar las tecnologías que lo transformen en un alumbrado inteligente o 'smart lighting'».

Por ejemplo, con la renovación de la fuente de luz, sustituyendo las lámparas de vapor de sodio de alta presión (VSAP), o las de halogenuro metálico (HM), por LED, «se está alcanzando un ahorro promedio de energía eléctrica del 67% en los más de 2.000.000 puntos de luz que se han sustituido en España de forma directa con las ayudas del IDAE», puntualiza Sánchez de Vera.

Pero existe una función no visible que adquiere también una vital importancia, según aseguran los expertos. La red de alumbrado en la 'smart city' se considera una infraestructura 'crítica' a la hora de planificar y proyectar la seguridad en las ciudades por su topología y funcionalidad. En primer lugar, porque sirve de base o complemento para el desarrollo de otros servicios públicos o privados. Y segundo, por ser la única red pública y conectada que cubre la totalidad o la práctica totalidad del territorio de esa población.

Desde la empresa española Hispaled, especializada en soluciones con tecnología led y conectividad para las 'smart cities', su CEO, Jorge Fraile, explica cómo la red mallada que forman las luminarias sirve de plataforma de comunicaciones para utilizar en otros servicios al ciudadano como la recogida de basura, estaciones de medida de contaminación, sistemas de riego de parques y jardines, cámaras de video vigilancia, gestión de plazas de parking, etc. Es, en definitiva, una combinación de tecnologías que avanza hacia una ciudad inteligente y que reduce el impacto ambiental, mejora la calidad de vida de los ciudadanos y contribuye a una mayor resiliencia frente al crecimiento urbano.

Este concepto de 'smartlighting' se vuelve tangible gracias a la combinación de un hardware, un software y un canal de comunicación con el que establecer una red de servicios inteligentes que interconectan distintos dispositivos.

En primer término, tenemos las luminarias LED o sensores que conforman el hardware. Luego están los dispositivos de telegestión que permiten el control remoto del alumbrado. Es decir, un software de gestión y plataformas de análisis de datos que interconecta los puntos de luz a través de sensores y dispositivos que se comunican en una red, permitiendo su monitorización y gestión remota, explica el CEO de Hispaled. «La última tecnología que hemos aplicado en las ramblas de Murcia como experiencia piloto con muy buen resultado es la NarrowBand IoT (NB IoT). Un sistema de radiofrecuencia –integrado con el Internet de las Cosas– con dispositivos integrados en cada luminaria, que detectan problemas en tiempo real que notifican a los equipos de mantenimiento, e incluso podrían ajustar la intensidad lumínica en función del tráfico de personas y vehículos, optimizando el consumo aenergético. Pero esto es algo que todavía no está implantado y que será posible con el avance en Inteligencia artificial».

En esta misma línea y con el objetivo de evolucionar hacia el concepto de 'SlowCity' o ciudades saludables, surge paralela la iniciativa Slowlight que fomenta una nueva cultura de iluminación. Mejores ciudades a través de la luz. Iluminación sí, pero de otra manera: luz sostenible, saludable, justa, respetuosa, flexible, inteligente y calmada. Una propuesta para obtener mejores entornos a través de la luz, tanto en el ámbito urbano como en el rural, creando espacios nocturnos en armonía, en los que la noche recupera protagonismo. Y aunque los niveles lumínicos son muy culturales y cada país tiene su propia legislación, hay una tendencia general a operar con temperaturas de color más bajas (2200K e incluso 1800K) que las actuales que oscilan entre los 3000K y los 4000K.

Aunque parezca evidente, un alumbrado público adecuado genera beneficios tangibles para las ciudades, impactando directamente en la seguridad vial y ciudadana.

Una correcta iluminación reduce accidentes de tráfico al mejorar la visibilidad, tanto para conductores como para peatones. Además, las áreas bien iluminadas son menos propensas a la delincuencia, lo que contribuye a una mayor sensación de seguridad en los espacios públicos. Lógicamente, el tipo de alumbrado que se emplee dependerá de la localización y las necesidades específicas del proyecto. Un ejemplo de uso muy bueno que sí se está haciendo con IA, destaca Fraile, son los pasos de cebra inteligentes. «De hecho en Galicia, en el municipio de Xilleda y con la colaboración de Ferrovial, estamos implantado un sistema de pasos de cebra que están equipados con iluminación LED que se activa cuando detectan el movimiento de los peatones que se aproximan».

Uno de los principales obstáculos que presenta el desarrollo de las 'smart cities' radica en la viabilidad económica de estos proyectos a gran escala. La financiación de las inversiones iniciales y los costes asociados a la operación y mantenimiento de estos sistemas inteligentes a largo plazo representan un desafío significativo que no todos los municipios pueden asumir.

En la actualidad, y según datos del Miteco, el alumbrado exterior de los municipios españoles se compone de unos 8,8 millones de puntos de luz, lo que supone un consumo anual de electricidad estimado en 5.296 GWh/año, con un coste para los municipios de 741 millones al año. En torno a seis de esos 8,8 millones aún no se han adaptado a las modernas tecnologías.

Por ello, y con el objetivo de contribuir a la reducción del consumo de electricidad y la incorporación de nuevos requisitos de ahorro, eficiencia energética y reducción de la contaminación lumínica, el IDAE financiará con 100 millones de euros, con cargo al Fondo Nacional de Eficiencia Energética, 46 proyectos singulares elegidos en concurrencia competitiva. Estos proyectos beneficiados reformarán aproximadamente 107.600 puntos de luz por luminarias de LED más eficientes y respetuosas con el medio ambiente, pudiendo ahorrar un 70% de energía, promoviendo así la sostenibilidad y mejorando la calidad del alumbrado público.

Para municipios de menos de 5.000 habitantes también existen ayudas otorgadas por el IDEA. La DUS 5000 es un programa que incentiva instalaciones de autoconsumo, renovación de vehículos eléctricos, instalación de puntos de recarga, y también de modernización del alumbrado público.