Las crisis empujan a los jóvenes a opositar: «Han aprendido que en la Administración hay menos riesgos»

José Canseco, experto de la escuela de negocios EAE, explica que en España la pirámide laboral esta cambiando. Con la entrada de inmigrantes, estos se dedican a los trabajos que requieren una labor más física y con menor estabilidad laboral, ante la necesidad de cubrir estos perfiles cada vez más rehuidos. Con ello, y en el entorno del estado de bienestar, los españoles tienden a la búsqueda de un trabajo fijo. Comenta que «desde un punto de vista de conciliación es mucho mejor ser funcionario». Además, cree que «la gente ha aprendido que ante oscilaciones de los mercados o crisis los trabajos en la Administración Publica tienen menos riesgos».

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Valentín Bote, director del departamento de Investigación de Randstad, añade que, «hay que tener en cuenta que ahora esta en aumento el número de plazas ofertadas en las convocatorias de oposiciones porque muchas de estas se pararon con la pandemia», y que como consecuencia hay también un mayor número de personas estudiando para estas.

Lucía, una joven valenciana de 25 años, aprobó la oposición de maestra el año pasado. Decidió estudiar esta oposición por los beneficios económicos: «A la larga, estar en la pública, es mejor. El tener el puesto garantizado hace que tengas menos incertidumbre, ya que en la privada o en la concertada, de un año al siguiente, pueden no renovarte», explica. Además añade trabajar en la educación pública le da muchas más facilidades para moverse de centro. Ante esto, Bote recuerda la parte negativa de estudiar oposiciones: «Hay muchas personas que se presentan y no consiguen plaza, y esto se puede convertir en algo frustrante para los estudiantes». Además, Bote cree que puede resultar en un «desperdicio de productividad» de los candidatos si al final no consiguen plaza.

En España el porcentaje de población con estudios en Formación Profesional (FP) llegó en 2022 al 22,3 % según el Observatorio de la Formación Profesional de Caixabank y Dualiza, elaborado con datos del INE y de la EPA. Proporción que en los últimos años está en continuo crecimiento.

Bote agrega que «la estructura de los de la población activa en España por nivel de estudios es muy peculiar». Comenta que, en el caso del segmento de población entre 25 y 29 años, en nuestro país, más de la mitad de estos tienen estudios universitarios. Bote manifiesta que esta proporción es «muy alta» en comparación con la media europea, que se localiza entorno al 43%. Ante esto, plantea que «habría que cuestionarse si el mercado laboral español necesita tantos trabajadores con titulación universitaria».

Bote desarrolla esta idea: «Aunque esta creciendo el número de españoles que optan por estudiar una FP, otros países van por delante. Es el caso de Alemania, donde la proporción de jóvenes que llegan al mercado de trabajo con perfil de FP duplica el dato de España». Y añade que en los últimos años, muchos empiezan a percibir que cursar «una formación profesional bien elegida» es mejor que un grado universitario «mal seleccionado» en el que las salidas profesionales son complicadas.

Canseco explica el incremento de este tipo de estudios: «La empleabilidad es mucho mayor en determinadas profesiones. Las compañías ven en los alumnos de FP gente que está preparada para el mercado laboral, cosa que muchas veces no pasa con una carrera universitaria». Cree que esto se debe a que tienen un enfoque mucho mas práctico.

Además, añade que otro factor que puede haber influido en este incremento es el cambio de mentalidad. Comenta que «hace años, los estudiantes pensaban que era obligatorio tener una carrera universitaria para conseguir un trabajo» y que eso ahora está cambiando, sobre todo para esas personas que «no les gusta tanto estudiar» ya que «ven mas práctico aprender un oficio en dos años y empezar a trabajar antes».

Lázaro Navarro, un joven de 25 años de Águilas, Murcia, decidió hacer una FP por su situación, ya que «era la opción mas asequible que tenía». Cuenta que él no podía permitirse independizarse de sus padres y pagar la matrícula de la universidad. El murciano ha estudiado un Grado Superior de Informática en un pueblo a 20 minutos del suyo. Él se alegra de haber tomado esta decisión. Apunta que, este tipo de estudios es «mucho más práctico» y añade que esto le ha beneficiado ya que «le han enseñado lo que ha necesitado en el mundo laboral». Su experiencia trabajando ha sido positiva, cuenta que poco después de acabar encontró trabajo y lleva en la misma empresa desde noviembre de 2021 con un contrato fijo.