El sector químico facturó un 16,3% más en 2022 por los elevados costes energéticos y no porque aumentara su producción

La subida de las cotizaciones encarece en mil millones de euros anuales los costes sociales de las empresas del sector

Planta química de Cepsa ABC

El sector químico, el primer exportador de la economía española, registró un incremento del 16,3% en su cifra de negocios en 2022, hasta rozar los 90.000 millones de euros, «no porque producimos más, sino que, lamentablemente, tenemos que producir más caro» por el ... incremento de los costes energéticos, ha afirmado hoy Teresa Rasero, presidenta de la Federación Empresarial de la Industria Química Española (Feique). Así, los precios de venta crecieron un 18,6% por la subida de la luz y del gas, que «han hecho más daño que la crisis de 2008 y el Covid».

Rasero ha reclamado una reforma del mercado eléctrico en la senda de la propuesta por el Gobierno español frente a la «insuficiente» y «decepcionante» realizada por Bruselas, con el fin de garantizar unos precios competitivos y predecibles a largo plazo, así como un mayor volumen de ayudas para los sectores gasintensivos.

En rueda de prensa, la presidenta de Feique y su director general, Juan Antonio Labat, aseguraron que «unos »momentos excepcionales, como los actuales, precisan medidas excepcionales«. »Todo lo que se está peleando desde España para que haya esa reforma del mercado eléctrico, desde aquí lo apoyamos«, dijo.

Así, la industria química pide establecer precios regulados y a plazo para las denominadas tecnologías inframarginales, la energía nuclear e hidráulica, así como para el conjunto de renovables adscritas al régimen Recore, lo que estima que permitiría disponer de 150 teravatios hora (TWh) anuales, volumen equivalente a la totalidad de la demanda de la industria española.

Igualmente, ponen el foco en el impacto por los derechos de emisión de CO2 que, con un precio medio que supera actualmente los 90 euros por tonelada, incrementa en 40 euros por megavatio hora (MWh) el precio del mercado mayorista cuando entra una central de ciclo combinado, apostando por excluir temporalmente a estas plantas del pago de derechos de emisión.

En lo que respecta al gas natural, con precios a lo largo del año pasado nueve veces superiores a los que se se registraban en 2019 y que han puesto contra las cuerdas al sector, exigen más ayudas directas para las empresas gasintensivas en función de su consumo.

Rasero indicó que, a pesar de que se prevé que 2023 pueda terminar con unos precios medios de unos 48 euros el MWh, la situación sigue siendo «una condición difícil y que resta competitividad a la industria«.

Ventajas de los países vecinos

En este sentido, estimó que las ayudas directas de unos 825 millones de euros dirigidas actualmente al sector son «insuficientes», frente a los 1.000 millones de euros de Portugal, un país con un nivel de consumo de gas muy inferior de su industria, o los 25.000 millones de euros de Alemania, considerando que sería necesario alcanzar un nivel de unos 5.000 millones de euros, en un nivel más próximo al de las ayudas portuguesas.

Además, abogó por un modelo de descuento, también en línea con lo existente en Portugal, de 40 euros/MWh en la factura, hasta un precio mínimo de 30 euros/MWh que aplica directamente la comercializadora, a quien compensa directamente el Estado.

Por otra parte, Juan Antonio Labat dio por zanjado los parones en la industria del sector arrastrados por los altos precios del gas natural vividos en 2022, ya que el actual entorno de precios y el alza en la demanda de Asia prevista permite volver a producir por precio. «Tenemos perspectiva de que todo el mundo pueda abrir, Quedará muy poco, algo por parones técnicos. De las que conocemos que están paradas en finales de marzo o principios de abril volverán a abrir», dijo.

Asimismo, apuntó que la subida de las cotizaciones sociales supondrá un sobrecoste de mil millones al año a las empresas del sector.

Destacó el crecimiento en los mercados exteriores, con una cifra de negocios que se impulsó un 29,2%, hasta los 63.626 millones de euros, lo que situó al sector como el principal exportador de la economía española, aglutinando el 19,5% del total de las exportaciones industriales.

Por sectores, el comportamiento no fue homogéneo, con una química básica que se vio como la más impactada por esos altos costes de la energía, sufriendo una caída de producción del 11,2%, mientras que la química de la salud y la de consumo directo (productos de limpieza y perfumería) crecieron entre el 10% y el 6%.

En lo que se refiere al empleo directo del sector, creció un 12,1%, hasta los 234.000 asalariados directos, tendencia que fue perdiendo fuerza en el tercer y cuarto trimestre en sintonía con la caída de la producción. Junto con los empleos indirectos, supone el 4,6% de la población activa.

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