El sector del metal avisa: los aranceles de Trump golpearán a las empresas españolas y «generarán distorsiones» en el comercio mundial
Las empresas españolas de acero y aluminio deberán pagar un tributo del 25% si quieren entrar en el mercado estadounidense
La UE responde a la guerra comercial de Trump e impone aranceles por valor de 26.000 millones de euros

La política arancelaria de Donald Trump empieza a tener su efecto en el Viejo Continente, la entrada en vigor del tributo del 25% a todas las importaciones de acero y aluminio a Estados Unidos ya es una realidad desde hoy. En respuesta a los ... gravámenes «injustificados», la Unión Europea ha comunicado a primera hora de este miércoles la renovación de aranceles a productos estadounidenses, adoptada en 2018 y 2020 y que había dejado posteriormente sin efecto, así como un nuevo paquete arancelario por valor de 26.000 millones de euros que impondrá a partir del próximo 1 de abril a una amplia gama de productos procedentes de Estados Unidos. Pero ¿cómo puede afectar esto a las empresas españolas productoras de acero?
España se posiciona entre los importantes países productores de acero, empleando en mayor medida la ruta siderúrgica de reciclado para su fabricación. En nuestro país se produce acero en un total de 22 plantas y 50 instalaciones de laminación y primera transformación, distribuidas por once comunidades autónomas, aunque con mayor presencia en la cordillera cantábrica, especialmente en Asturias y País Vasco, según la Asociación de las Empresas Productoras de Acero y de productos de Primera Transformación del Acero de España, Unión de Empresas Siderúrgicas (Unesid).
Respecto al flujo de ventas totales (no específicamente de acero) que España mantiene con EE.UU., este alcanza los 18.900 millones de euros, siendo el segundo destino, fuera de la Unión Europea, más importante para las empresas españolas, únicamente superado por Reino Unido. De ellas, unos 7.700 millones corresponden al sector del metal y muchas de estas exportaciones mantienen relación con la industria, informa confemetal, la Confederación Española de Organizaciones Empresariales del Metal.
Por su lado, España exporta aproximadamente250.000 toneladas de acero al año a EE.UU., lo que supone el 3,3% del total de las exportaciones siderúrgicas españolas y un volumen de 518 millones de euros en 2023 (a falta de los datos de 2024), según Unesid.
Sobre el papel, la nueva regulación de la administración Trump impone unos aranceles al sector del metal más severos que en 2018, pues alcanza a más productos y presenta un mayor enfoque en construcción e infraestructura. No obstante, el 80%, un flujo de 6.200 millones, de las exportaciones de metal a EE.UU. se verán liberadas de la tarifa del 25% gracias a los proyectos 'llave en mano' en concepto de bienes de equipo, aclara Confemetal.
Tras el descanso arancelario de Biden al sector del acero y el aluminio, la administración Trump vuelve a hacer de las suyas
No es la primera vez que la Unión Europea debe hacer frente a los gravámenes impuestos desde Estados Unidos. En marzo de 2018, el por aquel entonces recién iniciado en la Casa blanca, Donald Trump, impuso aranceles del 25% a las importaciones de acero y del 10% a las importaciones de aluminio, argumentando razones de seguridad. Un hecho que afectó a exportaciones europeas valoradas en 6.400 millones de euros y al que la UE respondió con la implementación de contramedidas arancelarias sobre los productos estadounidenses por valor de 2.800 millones de euros.
Ante la insostenibilidad comercial de esta situación, ambas partes llegaron a un acuerdo en octubre de 2021, meses después de la llegada de Joe Biden a la presidencia estadounidense, suspendiendo temporalmente la aplicación de estos tributos para entablar negociaciones con las que alcanzar un acuerdo global sobre el acero y aluminio sostenibles. De este modo, se sustituyeron los aranceles por contingentes arancelarios basados en las importaciones históricas con alguna que otra excepción.
Dos años más tarde, la UE decidió extender la suspensión de estas medidas de reequilibrio sobre productos estadounidenses hasta el 31 de marzo de 2025 al objeto de continuar las negociaciones y buscar una solución permanente a la disputa global
Sin embargo, la situación en el panorama da un giro con la vuelta de Trump a la Casa Blanca y su anuncio e imposición, a partir de hoy, de una tasa arancelaria del 25% a las importaciones que entren en el país. En respuesta, la UE ha anunciado un paquete de contramedidas arancelarias a gran variedad de productos estadounidenses por valor de 26.000 millones de euros a partir del 1 de abril de este año, así como la vuelta de aquellos tributos que habían sido suspendido con el propósito de entablar negociaciones. «Los aranceles son malos para las empresas y peores para los consumidores, que están injustificados y darán lugar a contramedidas firmes y proporcionadas. La UE actuará para salvaguardar sus intereses económicos. Protegeremos a sus trabajadores, empresas y consumidores», declaró Ursula von der Leyen.
Una situación que ocurre en un contexto ya de por si tensionado por la sobrecapacidad global de producción de acero, «desafío crítico que afecta a la competitividad de la industria siderúrgica española, europea y mundial y genera distorsiones en el comercio», indican desde la Asociación de las Empresas Productoras de Acero y de productos de Primera Transformación del Acero de España. Y añaden que será necesario un enfoque coordinado «para contrarrestarla», involucrando a gobiernos, empresas y demás organismos internacionales.
Desde Unesid consideran que con las medidas actuales «injustificadas» se vuelve a 2017 cuando Trump tomó posesión por primera vez y comenzó con esta política proteccionista. Asimismo, señalan que al igual que en 2018 sucedió con las medidas de salvaguardia, «se producirá un desequilibrio en el comercio mundial del sector».
La directora general de Unesid, Carola Hermoso asegura que las exportaciones españoles no suponen una amenaza para la industria estadounidense. «Al contrario, contribuyen a cubrir una demanda que en muchos casos la industria local no puede satisfacer», asegura. «La reintroducción de estos aranceles no solo afecta a nuestras empresas, sino que también va a generar distorsiones en el comercio internacional del acero y esto ya en un contexto de sobrecapacidad global. Nosotros creemos que es un problema que debe abordarse con un enfoque coordinado entre gobiernos, empresas y organismos internacionales», asevera.
Además, añade, que esto ocurre cuando la industria siderúrgica europea enfrenta una «competencia feroz» de importaciones procedentes de Asia y otras regiones, lo cual agrava más aún la situación. «Son importaciones que no cumplen las mismas reglas del juego que las europeas, ni de protección. La Unión Europea debe reaccionar con firmeza, al igual que ocurrió en 2018, es imprescindible que se implementen medidas de reequilibrio para proteger a nuestras empresas y nuestros trabajadores», exige Hermoso.
«Instamos a la Unión Europea a trabajar en acuerdos internacionales que ayuden a corregir la sobrecapacidad del mercado y a defender una competencia leal a nivel global. Nuestra industria ha demostrado su resiliencia y su capacidad de innovación, pero necesita un entorno comercial justo y estable para seguir contribuyendo al desarrollo económico de España y de Europa», añade la directora general de la patronal del acero.
Unos aranceles estadounidenses más severos que los de 2018
El acero -material estratégico de alta disponibilidad- es el primer y más usado nanomaterial a escala global, según Unesid. Este está presente en prácticamente la totalidad de los utensilios y tecnologías que empleamos en el día a día, desde las máquinas rotativas que producen el presente periódico en papel, pasando por las sartenes de acero inoxidable hasta los molinos de viento distribuidos por toda la península que permiten producir energía sin generar CO2.
Actualmente, los productores de acero españoles que deseen exportar hacia el mercado norteamericano deben hacer frente a un arancel del 25%, eliminado el sistema de cuotas libres de arancel y gravándose desde la primera tonelada de productos que crucen la frontera norteamericana. Mientras el arancel del 25% se mantiene para el acero respecto de 2018, la tarifa del aluminio aumenta del 10 al 25%, resaltan desde Confemetal.
Aunque, existe un acuerdo comercial que da un respiro a la exportación de ciertos productos que, en caso de que se encuentren dentro de un límite de volumen, podrán entrar al mercado estadounidense sin esa carga arancelaria, pero una vez superado dicho umbral, será de aplicación el tributo del 25%. Además, algunos productos siderúrgicos que, debido al déficit del mercado norteamericano, se consideran estratégicos gozarán de excepciones arancelarias, informa Unesid en un comunicado emitido ante la publicación de aranceles a esta aleación metálica por parte de la administración Trump.
Otra de las novedades, que expone confemetal, es el aumento de la lista de artículos sujetos a aranceles, incorporándose nuevos productos derivados del acero, como los siderúrgicos y de primera transformación o elementos habituales para el hogar, entre otros. Así, la nueva regulación endurece el alcance de estos gravámenes más allá de los productos básicos del acero y amplía sus redes.
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