Sánchez, junto a Scholz: «Me encantaría ser el primero en viajar a Argelia»

El presidente español parece decidido, eso sí, a llevar hasta el final el proyecto, con o sin Macron. «España está dispuesta a aportar todos sus recursos para ayudar a los países que ahora están sufriendo el chantaje energético de Putin. Hay que recordar que España concentra el 30% de la capacidad de regasificación de toda Europa y que no podemos utilizarla de manera total y completa como consecuencia de tener un cuello de botella», ha declarado Sánchez, «y eso es lo que tenemos que resolver, sea por Francia o por Italia».

El objetivo, tanto de Scholz como de Sánchez, es a largo plazo. No solo quieren solucionar la falta coyuntural de gas, sino fijar a futuro una vía estructural de abastecimiento de hidrógeno verde que beneficiaría enormemente a nuestra economía, tanto como posible futura exportadora como en su carácter de territorio de tránsito. Pero ambos son conscientes de que Macron les ha tomado ya la delantera. Mientras preparaban este encuentro, el presidente de Francia ha viajado a Argelia para empezar a cerrar acuerdos. Y sin Argelia no hay proyecto. Sánchez incluso se ha autoinvitado en Messeberg, reconociendo públicamente que «me gustaría ser el primero en visitar Argelia».

El canciller alemán se ha mostrado por su parte algo más relajado que en anteriores comparecencias acerca del estrés del mercado energético alemán, a pesar de que el gasoducto Nord Stream 1, a través del que la rusa Gazprom suministra a Alemania, está a punto de cerrar durante otros tres días para tareas de mantenimiento, que Berlín teme que se prolonguen con cualquier excusa. El suministro parece haber pasado a un segundo plano de sus dolores de cabeza y se centra ahora en el control de los precios. «Vamos a tener que desalmacenar», ha dicho sobre el estado de las reservas, «y las bolsas de precios no reflejan en absoluto la situación actual».

En la reunión distendida que los tres partidos miembros de la «coalición semáforo», que son socialdemócratas, verdes y liberales, se está afinando una reforma que independice el precio de la electricidad del del gas y se celebra la iniciativa de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para tomar medidas desde Bruselas. «Estamos a punto de anunciar un tercer paquete de ayudas que se centrarán en más medidas de alivio ciudadano y en el efecto que tiene la formación de los precios de la energía», ha descrito Scholz, pendiente de las medidas tomadas anteriormente por España.

Pero si hay algo en lo que la «coalición semáforo» desea beneficiarse de la experiencia previa española, es en la Estrategia Nacional de Seguridad, elaborada por el general Miguel Angel Ballesteros y que lleva a Alemania dos años de ventaja. Los ministros alemanes, inmersos ahora en la redacción de una propia, se han interesado por la explicación de Sánchez al respecto. «Hemos tenido ocasión de debatir sobre la Estrategia de Seguridad Nacional, en un momento en el que Alemania está queriendo impulsar la suya, hemos tenido una discusión muy interesante, espero que sea fructífera, sobre la elaboración y prioridades de los documentos estratégicos», ha dicho Sánchez, «hablar de estrategia de seguridad es hacer un análisis estructurado de comprensión del mundo en el que vivimos, de sus transformaciones y riesgos y de qué objetivos y acciones nos fijamos para enfrentarlos».

Precisamente este asunto ocupó, de entrada, la comida que han compartido después de su comparecencia conjunta los dos jefes de gobierno. En el proyecto español, que data de 2021, destaca la creación de la «Reserva Estratégica basada en las Capacidades Nacionales de Producción Industrial», cuyo objetivo es garantizar el suministro de recursos esenciales ante situaciones excepcionales, en la que está especialmente interesado el gobierno alemán. Contiene también la creación de un Centro de Coordinación y Promoción dela Industria Estratégica, para identificar medios y tecnologías que puedan producir y atender la demanda de bienes estratégicos de primera necesidad, que Alemania contempla como posible base para desarrollar incluso un proyecto a escala europea.

Sánchez, por cierto, se ha mostrado de acuerdo con el discurso programático en materia europea que Scholz pronunció ayer en la Universidad Carolina de Praga, aunque se ha permitido añadir en este encuentro con los partidos del gobierno alemán una reflexión sobre la necesidad de «revitalizar las relaciones entre Europa y América Latina y el Caribe, para ampliar así la capa de influencia geopolítica de la UE».