Los salarios en la eurozona crecen al 5,42%, la cifra más alta desde 1993, y amenazan la lucha contra la inflación

Los convenios colectivos reflejan un aumento de las retribuciones en el tercer trimestre de 2024 que podría presionar los precios al alza

La siguiente rebaja de tipos del BCE está supeditada a que la presión inflacionaria se estabilice por debajo del 2%

El BCE baja los tipos por segunda vez consecutiva y deja el precio del dinero en el 3,25%

Trabajadores en una fábrica de Volkswagen en Alemania AFP

Xavier Vilaltella

Madrid

Los europeos no pueden percibirlo porque el coste de la vida se ha disparado, pero lo cierto es que los salarios en Europa viven un ciclo alcista, así lo indican los datos dados a conocer hoy por el Banco Central Europeo (BCE). En el ... tercer trimestre de 2024, los salarios negociados (el BCE hace el cálculo a partir de lo que figura en los convenios colectivos) en la eurozona aumentaron un 5,42% con respecto al mismo período de 2023, anotándose su mayor alza desde el primer trimestre de 1993, cuando el aumento fue del 5,62% en términos interanuales.

Así las cosas, los salarios en la eurozona continúan con la tendencia pujante que empezó después de la Pandemia, en el tercer trimestre de 2022. Entonces el alza fue del 3,02%, y a partir de ahí el indicador no dejó de mejorar (con una ligera moderación en el segundo trimestre de este año) hasta alcanzar esta cifra récord en julio-septiembre de 2024.

El dato es importante porque es uno de los indicadores que el supervisor europeo tiene en cuenta en su política monetaria, que ahora está centrada en animar el crecimiento, sí, pero también en combatir la inflación. No hay que olvidar que tras llevar a cabo la tercera rebaja de tipos este año, que dejó el principal (el de facilidad de depósito) en el 3,25%, en octubre la presidenta del BCE, Christine Lagarde, avisó de que no darán la batalla por ganada hasta que el alza de precios se estabilice en el 2%.

Precisamente, ayer se supo que en octubre la inflación en la eurozona experimentó un repunte al situarse en el 2%, tres décimas por encima de la subida de los precios observada en septiembre.

Bien es cierto que las subidas salariales alivian a los ciudadanos, más aún en un contexto de inflación acumulada, pero el problema, como ya se ha avanzado, es que una subida salarial disparada puede acabar presionando al alza el IPC, porque hay más consumo y porque los costes laborales de las empresas aumentan, entre otras cosas. En una nota del 12 de septiembre, el BCE advirtió de que hacia final de año «la inflación podría ser más elevada de lo previsto si los salarios o los beneficios aumentan más de lo esperado».

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