Reino Unido entra en pánico ante el fin de las compras de deuda por parte del Banco de Inglaterra

Las medidas consiguieron cierta estabilidad, sin embargo, la agitación podría volver a producirse este viernes, cuando el Banco tiene previsto poner fin a su programa de compra de bonos de deuda. El mensaje fue claro: «Reequilibren sus posiciones antes del viernes», le exigió el gobernador de la institución, Andrew Bailey, a los inversores, una advertencia especialmente relevante para los fondos de pensiones que necesitaban vender activos para restaurar sus reservas de efectivo. No obstante, Bailey se mostró a la vez abierto a extender la fecha una vez más si es necesario, ya que la prioridad es la estabilidad. Mientras tanto, la expectación es máxima, ya que no se sabe cuál será la reacción de los mercados ni si la libra volverá a caer estrepitosamente si el programa finalmente acaba de este viernes.

Mientras tanto en el terreno político este jueves se ha recrudecido la presión sobre Truss para que dé marcha atrás con sus planes, que ya tuvo que suavizar de forma casi inmediata tras el anuncio, una presión orquestada desde el Fondo Monetario Internacional, que ha pedido «no prolongar el dolor», y también desde las propias filas del partido conservador, que exigen, entre otras decisiones, que se mantenga el incremento previsto del 19% al 25% en el impuesto de sociedades.

Esta presión, a la que se suma que el miércoles el BoE mantuviera a los mercados sin turbulencias con 4.400 millones de libras esterlinas en compras de bonos como parte de la intervención de emergencia, provocó este jueves la subida de la divisa británica hasta un 1,5% frente al dólar, mientras que el rendimiento de los títulos de deuda pública a 30 años cayó 0,43 puntos porcentuales hasta el 4,46%, lo que demuestra un aumento de su valor.

Un parlamentario citado de forma anónima por el Financial Times aseguró que el estado de ánimo en el partido era «horrible» después de una reunión de diputados con Truss el miércoles por la noche, horas después de que la premier declara en la Cámara de los Comunes que que no llevaría a cabo ningún recorte en el gasto público, lo que en lugar de tranquilidad provocó más dudas sobre cómo se financiará entonces la bajada masiva de impuestos del «mini presupuesto», que incluye recortes en tasas impositivas no financiadas de 45 mil millones de libras